Ethan Hawke y Pedro Pascal en Extraña forma de vida
Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > CINE

Extraña forma de vida: Almodóvar trae una historia de pasión y ternura vestida de wéstern

El nuevo cortometraje del director español, protagonizado por Ethan Hawke y Pedro Pascal, se estrenó en cines uruguayos
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26 de septiembre de 2023 a las 05:01

Allá por el 2001, al cineasta español Pedro Almodóvar le llegó una oferta de Hollywood. Una invitación para dirigir una película, que marcaría la primera vez que el manchego trabajaría fuera de su país, y en un idioma que no era el suyo.

Para ese momento, Almodóvar ya era un autor aclamado dentro del circuito cinematográfico mundial: había ganado el Oscar por Todo sobre mi madre, en su segunda nominación a ese premio, que se sumaba a otras películas celebradas como ¡Átame! y Mujeres al borde de ataque de nervios. Había un desafío en el cambio de idioma y demás, pero la propuesta parecía atractiva para el cineasta. Era un guion basado en un cuento de la escritora estadounidense Annie Prolux, sobre dos cowboys que iniciaban una turbulenta historia de amor, titulado Secreto en la montaña.

Almodóvar no dirigió esa película. Tras una larga danza de nombres, el proyecto finalmente fue conducido por el taiwanés Ang Lee, ganó tres Oscar y un lugar en la historia del cine reciente. Pero el español nunca se lo reprochó. Al contrario, se negó a dirigir la película porque estaba seguro de que no podría contar la historia a su manera. Que los intereses y las presiones de Hollywood le iban a impedir darle su impronta al relato.

El cortometraje se puede ver en cines

Ahora, Almodóvar estrenó su “respuesta”, como él mismo la ha llamado, a Secreto en la montaña. Se llama Extraña forma de vida, está en los cines uruguayos desde el pasado jueves, y es un proyecto peculiar, tanto dentro de la carrera del cineasta como dentro de lo que actualmente se puede ver en la cartelera.

Para empezar, las cuestiones de forma. No es común que se estrenen cortometrajes en los cines locales como si fueran estrenos convencionales, pero Almodóvar lo amerita. La película dura solamente media hora, lo que por supuesto obliga al director a decir lo mismo con menos, algo que en esta historia funciona muy bien.

Quizás por un tema de confianza, quizás por un tema de presupuesto, dos de los últimos tres esfuerzos de Almodóvar han sido cortos: La voz humana, de 2020, y ahora este. Los dos han sido sus primeros pasos trabajando en idioma inglés, con actores de Hollywood.

En el caso de Extraña forma de vida, los protagonistas son Ethan Hawke y Pedro Pascal. El primero encarna a un sheriff de pueblo, y el segundo a un ranchero que llega a la localidad para retomar su vínculo con el agente de la ley, un viejo conocido con el que décadas atrás compartieron correrías.

Porque esto es un wéstern, con todos los clichés y puntos habituales clásicos del género: el desierto, los cactus, los caballos, las pistolas y los rifles, el sheriff, el rancho, México, sombreros. Incluso en la forma en la que la película está filmada remite a la tradición de un género icónico del Hollywood clásico que influenció a Almódóvar.

Pero al mismo tiempo, este wéstern tiene por todas partes las huellas dactilares del director de Dolor y gloria. Los colores vibrantes, la abundancia de rojo, de patrones geométricos, el uso de la música ejecutada en cámara, el melodrama.

Porque este reencuentro entre sheriff y ranchero destapa una caja de pandora de la que saltan el pasado compartido entre ambos, y un drama que los tendrá como antagonistas involuntarios en el presente: porque el Sheriff Jake (Hawke) y el ranchero Silva (Pascal), compartieron un intenso y breve romance años atrás. Esa historia se cruza con un crimen ocurrido en el poblado, con el que ambos hombres tienen un vínculo personal y que ambos intentarán resolver a su favor.

Aunque en ocasiones peca de apelar a un guion explicativo para dar el contexto que no se puede dar de otra forma en media hora —pero que al mismo tiempo, cuaja bien con el tono melodramático y teatral de Almodóvar—, la historia no solo se resuelve bien en el formato y el tiempo dispuesto, sino que también logra decir mucho con poco.

Los recursos clásicos del wéstern abundan en la película

Esta historia de amor cowboy es dolorosa, sentida, intensa y tierna, gracias también a la destacada tarea de Hawke —recio, atormentado y hermético— y de Pascal —cálido, feroz y pasional, lejos de sus dandis y héroes paternales de otros proyectos—, que “venden” el romance y lo que mueve dentro de ellos que hace que las ganas de que la estadía con estos hombres sea más larga.

Hay algo extraño en este proyecto, sin embargo, que deriva de su propio mecanismo de financiamiento y producción. Además de la propia empresa de Almodóvar y su hermano Agustín, El deseo, la película está producida por la firma de moda francesa Yves Saint Laurent, que debuta de esta forma como empresa cinematográfica.

“Quiero trabajar con y dar un espacio a todos los grandes talentos cinematográficos que me han inspirado a lo largo de los años”, dijo en uno de esos desabridos comunicados empresariales que salen en este tipo de ocasiones el director creativo de la grifa, el belga-italiano Anthony Vaccarello.

Y si bien siempre se agradece que haya alguien dispuesto a financiar los trabajos de los cineastas que tienen algo para decir y que en la lógica actual de la industria cinematográfica no siempre encuentran billeteras abiertas, hay algo en Extraña forma de vida, sobre todo en sus momentos iniciales, con Silva que llega cabalgando al pueblo mientras un precioso muchacho canta el fado que da título al corto que hace que, más que una ficción al uso, todo parezca un aviso de perfume o de una nueva colección de ropa.

Extraña forma de vida es el segundo trabajo en inglés de Almodóvar

Salvo por Pascal y Hawke —que de todas formas son también señores muy agraciados—  el resto del elenco, y ciertas cuestiones estéticas le ponen una capa de extrañeza y artificio que a veces se hace demasiado espesa para atravesar.

Pero cuando gana el pulso Almodóvar, Extraña forma de vida conforma una historia conmovedora, con un toque provocador, pero sobre todo, con mucha pasión y ternura derribando algunos esquemas tradicionales de un género clásico, que acá pasa por el lente de un autor que se anima a algo familiar, pero también distinto. Y no es poco hacerlo con 74 años recién cumplidos.

Extraña forma de vida se exhibe en Cinemateca, Life (Punta Carretas, Alfabeta y 21) y Movie (Punta Carretas, Montevideo Shopping y Portones). A partir del 20 de octubre se podrá ver en la plataforma Mubi.

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