Sugieren que en la primera infancia se usen libros de texto.

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¿Menos tablet y más libros de texto? La decisión de Suecia que evidenció la “disputa” no resuelta en Uruguay

"La educación consiste en la transformación del cerebro y no en el entrenamiento de la agilidad de los dedos", insiste académica sueca que critica el avance de las pantallas en clase
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18 de junio de 2023 a las 14:00

Suecia inició su “apagón digital” en las aulas. En diciembre, antes del receso de Navidad, la Agencia de Educación con sede en Estocolmo había aprobado un plan para “democratizar” el acceso a dispositivos electrónicos en clase. Pero, cambio de gobierno mediante, la nueva ministra de Educación, Lotta Edholm, dio un giro al timón, paró el proyecto, argumentó que los libros de texto tienen “ventajas que ninguna tablet puede sustituir”, y argumentó que todavía no está claro el impacto que las pantallas ocasionan en el cerebro de los niños.

El nuevo gobierno sueco decidió que no se va a insistir en que se usen tabletas en la escuela y va a comprar más libros de textos y menos computadoras.

Inger Enkvist, asesora histórica del sistema educativo sueco y reconocida a escala mundial por desafiar el establishment académico, dijo a El Observador que “empieza a haber señales de que se aprende menos con las tabletas” y para los docentes “es más fácil tener tranquila el aula sin computadoras que resultan ser una tentación para todos, pero sobre todo para los alumnos más flojos”.

La polémica decisión se da en un contexto en que los sistemas de enseñanza están preocupados por los bajos aprendizajes en lectura y escritura: uno de cada cuatro escolares no alcanza la comprensión básica de un texto al término de la educación primaria. Pero sorprende que la iniciativa la lidere Suecia, un país que se ubicó entre los 11 mejores en habilidades lectoras en las pruebas PISA, cuando países como Uruguay se ubicaron debajo del puesto 48.

¿Más libros de texto y menos tablet en el aula? Aunque parezca una pregunta anticuada, a 16 años de la creación del Plan Ceibal ni siquiera en Uruguay está saldada la discusión. Porque “existe un impacto cognitivo y de percepción por la lectura en pantalla —en especial afecta la atención y la memoria de trabajo—, pero no podemos obviar la necesidad de fomentar la lectura en esas pantallas como parte de la alfabetización digital y de democratizar el acceso”, explica la investigadora en Ciencias Cognitivas Eleonora Achugar, quien además coordina el área de Lengua en Ceibal.

Refiere a que “para una estudiante con baja visión o para alguien disléxico la lectura digital ofrece posibilidades que no se encuentran en los libros de textos”. Y si se piensa en la globalidad de los niños, “a través de las bibliotecas digitales, como la de Ceibal, se democratiza el acceso a más de 10.000 libros que en muchos hogares sería casi imposible conseguir en impreso”.

El capital cultural —incluyendo los libros que hay en una casa y cuánto le leen al niño desde pequeños— es una de las variables que, junto al vocabulario, más incide en los resultados de lectura.

Dado que existen ventajas y desventajas entre optar por una u otra plataforma, los técnicos, incluyendo Achugar, son partidarios de “buscar un equilibrio y no irse a un extremo”. El mundo que rodea a los niños, explica la investigadora, “no les viene compartimentado entre digital y físico, sino que tiene de todo un poco”.

Al respecto, el doctor en Ciencias Biológicas Juan Valle Lisboa, investigador en cerebro y lenguaje, reconoce que los estudios científicos sobre las ventajas y desventajas del aprendizaje con pantallas no son concluyentes “y dependen de qué se esté midiendo, cómo, a qué edad”. Como ejemplo, dice que la lectura en un teléfono móvil suele generarle al niño mayores distracciones, una lectura más fragmentada y en la que les cuesta más hilvanar una lógica narrativa.

Por eso su colega Achugar recomienda, también en base a estudios científicos, “el aprendizaje con libros de texto durante la primera infancia”. Ocurre que hasta segundo de escuela se da el proceso de consolidación de la alfabetización, el niño aprende a decodificar, y debe adquirir la capacidad de concentración para comprender textos largos (de una página a esa edad).

En una etapa más avanzada del estudiante, explica Valle Lisboa, “la digitalización le permite al alumno seguir hipertextos, mejorar sus búsquedas, conectar…”. Pero antes de ello, insiste, el niño tiene un proceso en que consolida el proceso de decodificación y memoria de trabajo. Lo resume con la famosa frase de Woody Allen: “Hice un curso sobre lectura rápida y leí Guerra y Paz en veinte minutos. Creo que decía algo de Rusia”.

Para la académica sueca Enkvist no se trata solo de una habilidad, sino de intereses de algunos pedagogos y las grandes tecnológicas. Las computadoras “se introdujeron de manera masiva porque ofrecieron una meta en común entre unos pedagogos que no querían seguir con las clases organizadas por un profesor. Pretendían que este tipo de enseñanza era aburrida. Los vendedores de tecnología se aliaron con esos pedagogos para ofrecer algo ‘nuevo’ y supuestamente moderno y útil en el mercado laboral. Fue una alianza contra natural entre grupos con agendas diferentes. Los dos grupos aliados reprochaban a los profesores de ser unos chapados a la antigua e hicieron creer a los padres que la digitalización era el futuro asegurado para sus hijos”.

La Administración Nacional de Educación Pública de Uruguay no lo cree así. En los fundamentos de la nueva transformación curricular justifica la necesidad de prepararse para los desafíos del mundo contemporáneo e incorpora a la “ciudadanía digital” entre las diez competencias básicas.

Enkvist insiste: “La digitalización no refuerza el nivel educativo. Si se mantiene la lectura y el aprendizaje de las materias, la digitalización puede ser un plus, es decir, si se añade a algo que funciona bien no es problemático. Si se usa para reemplazar la lectura de libros o el aprendizaje tradicional de las materias, es dudoso que sea beneficioso para los alumnos trabajar con computadoras en clase”. Y concluye: “La educación consiste en la transformación del cerebro y no en el entrenamiento de la agilidad de los dedos".

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