La camioneta en la que viajaba el matrimonio de paraguayos asesinados

Sicario confesó crimen de Solymar pero se niega a decir quién le pagó

La investigación buscará dar con los autores intelectuales del crimen del matrimonio paraguayo
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15 de junio de 2016 a las 05:00

Uno de los dos sicarios procesados el sábado por el asesinato de un matrimonio paraguayo en febrero en Solymar (episodio en el que también falleció atropellada una adolescente de 16 años que caminaba por el lugar) primero confesó su participación en el crimen, se negó a revelar quién le pagó US$ 10 mil (como a sus dos cómplices) y finalmente se retractó y se desvinculó del crimen.

El imputado, apodado "El Peco", fue detenido el sábado 11 y trasladado a declarar ante el juez de Ciudad de la Costa Benjamín Raimondo y la fiscal Silvia Mascaró. El hombre, que no poseía antecedentes penales, fue contactado por un tercero (a quien se negó a identificar) para matar a Ramón Quevedo y Claudia Guerrero, un matrimonio paraguayo que había llegado a Uruguay el 1º de febrero y que se estaba alojando junto a su hijo de siete años de edad -que resultó ileso- en una cabaña en Parque del Plata.

Quevedo —que tenía antecedentes por narcotráfico en Brasil— fue acribillado a balazos junto a su esposa mientras circulaban en su camioneta por avenida Giannattasio en la noche del sábado 6 de febrero. Tras el ataque, la camioneta se despistó y atropelló a Marcela Artagaveytia, una adolescente de 16 años de edad que caminaba con un grupo de amigos.

Para consumar los homicidios, "El Peco" contactó a otros dos hombres: "El Tulita" (quien está preso por los homicidios de un bebé de 15 meses y su tío en el barrio Casabó a fines de enero) y "El Oreja Donato" (que está en prisión en Brasil) líderes de una banda de esa zona del oeste de Montevideo. Por ahora, la Justicia tiene elementos para imputar a los autores materiales de los homicidios de la pareja paraguaya y de la adolescente de 16 años, pero la indagatoria seguirá en busca de ubicar a los responsables intelectuales, es decir, quienes contrataron al trío de sicarios.

La fiscal Mascaró dijo a El Observador que "El Peco" admitió en el juzgado que contactó a sus dos cómplices porque sabía que "se dedicaban" al sicariato.

Según el imputado, él manejaba el auto en que se trasladaba junto a sus cómplices (un Peugeot 306 color gris y con vidrios polarizados) y cuando la camioneta de la pareja paraguaya detuvo su marcha en su semáforo, los otros dos individuos descendieron y entonces "El Oreja Donato" (cuya captura local e internacional pidió el juez) disparó utilizando una pistola Glock 9 milímetros. Inmediatamente, los sicarios se fugaron virando por avenida Giannattasio en dirección a Montevideo. Ni el auto utilizado ni el arma pudieron ser ubicados, pero las pericias de Policía Científica establecieron que fue la misma que se usó en el caso del hombre y el bebé asesinados en Casabó.

Dijo que fue presionado

El fallo del juez Raimondo señala que "El Peco", en su primera declaración, detalló "en forma precisa y pormenorizada" cómo ocurrieron los hechos, pero en la instancia ratificatoria luego de que la fiscal pidió su procesamiento con prisión "se retracta" porque "unas personas que no conoce se hicieron presentes en su casa en varias oportunidades para decirle lo que tenía que declarar", cosa que en la opinión del magistrado no es verosímil.

"El Tulita", en cambio, "desde su primera declaración niega haber participado" en los homicidios. Sin embargo, el juez entiende que eso "no hace decaer" las pruebas reunidas en su contra durante la investigación.

La resolución también señala que un testigo declaró que escuchó "de boca" de "El Oreja Donato" y de "El Tulita" que "tenían que hacer un trabajo que consista en matar a los paraguayos y que había buena plata". Según ese mismo testigo, "El Oreja Donato" comentó "por toda la cuadra que le habían entregado la plata, cerca de $ 300 mil a cada uno".

Vínculos con restos en El Tobogán

En Montevideo, la jueza penal María Noel Odriozola investiga la aparición de restos humanos enterrados en el barrio El Tobogán, atrás del estadio del club Cerro. Allí surgió información vinculada al caso del homicidio del matrimonio paraguayo y por eso la magistrada envió esos datos a su colega de Ciudad de la Costa, Benjamín Raimondo. "El Tulita", uno de los sicarios de Solymar, es indagado por la jueza Odriozola. Pero, además, hay otros nombres y testigos que se repiten en una causa y otra, dijeron fuentes judiciales a El Observador.

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