La Suprema Corte de Justicia (SCJ) rechazó el recurso de casación presentado por la familia de Adrián Mastandrea, un joven condenado a 10 años de prisión por los delitos de violación, violencia privada y rapiña, informaron fuentes de Fiscalía.
El joven fue condenado por un hecho ocurrido en setiembre de 2019: según contó una testigo en aquel entonces, ella vio una pareja frente a su casa, el hombre salió corriendo y ella se acercó a hablar con la mujer, quien le dijo que él la había rapiñado y abusado sexualmente. En ese entonces Mastandrea tenía 20 años y la mujer, de nacionalidad extranjera, era 20 años mayor.
La testigo luego declaró ante el juez Marcelo Malvar que la fiscal de Delitos Sexuales Sylvia Lovesio la había “manipulado” y le hizo creer que “era una heroína” por supuestamente haber salvado a la mujer violada. Ella tenía “muchas dudas” sobre lo que en realidad pasó, aseguró a la defensa durante el juicio.
Según la familia la relación era "consentida", y acusaron a Fiscalía de inventar la causa. “Todo el barrio los vio, hay filmaciones y testigos que los vieron y no se han aceptado por parte de Fiscalía (…) No logramos entender cómo pueden equivocarse tan mal estando las filmaciones”, aseveraron.
Los familiares presentaron la casación en julio de 2021 “debido a que el Tribunal (de Apelaciones) incurrió en errónea aplicación del derecho de forma y de fondo”. Argumentaron que la Fiscalía no pudo probar “sin lugar a dudas” la existencia de violencia o amenazas en el vínculo entre Mastandrea y la denunciante, algo que debió haber hecho, y que a nivel de la pericia forense “no hay ningún elemento” que compruebe la violación.
En agosto del año pasado la familia de Mastandrea se manifestó frente a la Suprema Corte de Justicia (SCJ) denunciando que Fiscalía se manejó "con total impunidad” y “sin las garantías de un debido proceso” en el caso.
Según el relato de la víctima, ella se encontraba esperando el ómnibus para ir a trabajar a las 5:30 de la mañana cuando Mastandrea la tomó por detrás y la condujo a un descampado donde la violó e intentó asfixiarla. Ella se quejó y pidió agua; juntos se dirigieron a un kiosko donde compró una gaseosa e intentó hacer alguna seña pidiendo ayuda, pero sus señales no fueron interpretadas por un ciclista que pasó por allí.
Tratando de demostrar que eran una pareja, él intentó llevarla hacia una plaza, pero ella trataba de ir en dirección contraria. Luego forcejearon, ella le ofreció $ 1.000 y él le permitió irse.
El condenado dijo que se trataba de una relación clandestina, consentida y a espaldas de su esposa que se encontraba en el interior del país trabajando.
La pericia psicológica determinó que el victimario tiene una personalidad borderline, pensamiento infantil y alta impulsividad. La víctima, por su parte, después del hecho se vio afectada en su vida psíquica y social, según el reporte de los peritos que la entrevistaron.
Además, hay una serie de imágenes que a juicio del juez Malvar volvieron verosímil la declaración de la víctima. Una de ellas es los gestos que le realizó al ciclista cuando estaban frente al kiosko donde compraron la gaseosa. Luego, hay otra filmación que muestra que en dos oportunidades la víctima pretendió dirigirse a la parada de ómnibus y el hombre se lo impidió.
Según el juez, la defensa no pudo probar su hipótesis, "tan solo pudo señalar los defectos de la investigación", pero estas, a su juicio, no alcanzan para eliminar la acusación. También destacó que su versión no resulta verosímil.
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