Contexto
¿Cómo fue el accidente en la estación Medrano?
El accidente ocurrió el jueves 27 de marzo a las 08:30 de la mañana, en plena hora pico, en la estación Medrano de la línea B del subte porteño. Ángela Molina, contadora venezolana residente en Argentina desde hace siete años, viajaba con su hija de 14 años rumbo al centro de la ciudad. En medio del tumulto habitual de esa franja horaria, la adolescente logró subir al vagón, pero su madre quedó atrapada con la mochila enganchada en las puertas. A pesar de estar visiblemente obstruida, la formación arrancó, arrastrando a la mujer, cuya pierna quedó atrapada entre el vagón y el andén.
Según su esposo, Gregorio, “todo el mundo gritaba, pero el subte no se detenía”. La mujer fue asistida por bomberos, personal de Emova y el SAME, y trasladada al Hospital Durand. Las lesiones fueron tan severas que los médicos debieron amputarle la pierna derecha. Su estado de salud sigue siendo delicado.
¿Qué denunció la familia de la víctima?
El esposo de Molina denunció públicamente que “no hubo ningún sistema de seguridad que evitara que el subte arrancara”. Sostuvo que el tren avanzó a pesar de los gritos de pasajeros que advirtieron lo que estaba ocurriendo, y que incluso la propia víctima estaba parcialmente fuera del vagón cuando el tren inició su marcha. Según su relato, ella veía abierta la ventanilla del conductor, pero aun así no hubo reacción para detener la formación.
La familia, acompañada por un abogado, inició acciones legales. El representante legal expresó que “lo llamativo acá es la negligencia o la imprudencia que no detuvo la marcha del tren” y que ahora buscarán justicia por las consecuencias físicas y emocionales que enfrenta la víctima. El reclamo también incluye un pedido para que se tomen medidas que eviten tragedias similares: “Queremos que esto no le vuelva a pasar a nadie más”, dijo Gregorio.
¿Qué respondió la empresa concesionaria Emova?
En un comunicado oficial, Emova explicó que el incidente ocurrió cuando la usuaria “intentaba subir a una formación tras el anuncio sonoro de cierre de puertas”. Según la empresa, una vez ocurrido el hecho, se activaron los protocolos correspondientes y personal especializado asistió a la víctima junto a los bomberos y el SAME.
Sin embargo, el comunicado no ofrece precisiones sobre por qué el tren no se detuvo si había una persona atrapada. Emova agregó que “las autoridades a cargo de la investigación del hecho están llevando a cabo el análisis correspondiente”, deslindando por ahora responsabilidades hasta que se esclarezcan los hechos. La falta de claridad sobre la reacción del conductor y los sistemas de seguridad en funcionamiento en ese momento es uno de los puntos centrales de la investigación en curso.
¿Qué sistemas de seguridad existen en el subte ante este tipo de situaciones?
El sistema de transporte subterráneo cuenta, en teoría, con mecanismos que impiden el arranque de la formación si las puertas no están correctamente cerradas. Además, el conductor debería poder observar desde su cabina si algún pasajero está obstruyendo las puertas. A esto se suma la posibilidad de frenar en caso de una emergencia detectada por los pasajeros u operadores.
El hecho de que el subte haya arrancado con una persona visiblemente atrapada entre las puertas y el andén plantea dudas serias sobre el funcionamiento de estos sistemas. También está bajo análisis si hubo errores humanos o fallas técnicas. La investigación judicial, junto con las pericias técnicas, buscará determinar si existió responsabilidad penal o civil por parte del personal que operaba la formación y de la empresa concesionaria.
¿Hay antecedentes recientes de incidentes similares en la línea B?
Semanas antes del episodio en Medrano, un hombre de 80 años fue atropellado por una formación en la estación Tronador, también de la línea B. El hombre caminaba por las vías por causas que no fueron aclaradas y resultó con un traumatismo de cráneo, aunque sobrevivió. Fue rescatado por bomberos y personal médico, y recibió atención psicológica junto con el maquinista. Este caso, aunque distinto en su naturaleza, refuerza las preocupaciones sobre la seguridad operativa de la línea B.
¿Cuál es la situación actual de la víctima?
Ángela Molina permanece internada en el Hospital Durand. Su estado es delicado, no solo por la gravedad de las heridas físicas sino también por el impacto psicológico del accidente. Su familia, que reside en Argentina desde hace siete años, pide apoyo y justicia. “El trauma va a ser muy grande, no solamente físico”, expresó Gregorio. Tanto él como el abogado que los representa insisten en la necesidad de revisar los protocolos de seguridad del subte porteño.
Cómo sigue
La causa se encuentra en etapa de investigación y las autoridades judiciales analizan la posible existencia de negligencia o fallas en los sistemas de seguridad del subte. Emova quedó en la mira, aunque por ahora no se han imputado responsables. La familia de la víctima ya inició acciones legales, y se esperan peritajes técnicos para establecer cómo fue posible que el tren arrancara con una persona atrapada. En paralelo, organismos de control podrían intervenir para revisar los procedimientos actuales y, eventualmente, recomendar o exigir cambios en los sistemas de prevención de accidentes.