El Banco Central de la República Argentina (BCRA) aumentó en 1.541 millones de dólares su posición vendida en el mercado de futuros durante mayo, según datos oficiales publicados por la entidad monetaria. La cifra llevó el saldo vendedor total a 1.946 millones de dólares, multiplicando por cinco la posición que mantenía en abril, cuando registraba apenas 409 millones de dólares.
Esta intervención masiva se produjo durante el primer mes de operaciones tras el levantamiento parcial del cepo cambiario implementado en abril, cuando el gobierno de Javier Milei estableció un sistema de flotación del dólar dentro de una banda de entre 1.000 y 1.400 pesos, ajustada mensualmente en un 1%. La medida permitió que las personas físicas accedieran casi sin restricciones al mercado de cambios, mientras que las personas jurídicas aún enfrentan limitaciones.
Santiago Bausili, presidente del BCRA, había anunciado que la autoridad monetaria no intervendría directamente en el mercado mayorista de cambios (MULC) para permitir una flotación "limpia" del tipo de cambio. Sin embargo, los datos oficiales confirman que la entidad operó intensamente en el mercado de derivados para mantener controlada la cotización del dólar.
Estrategia oficial para controlar la inflación
Federico Filippini, economista jefe de AdCap, explicó que esta intervención indirecta forma parte de la estrategia gubernamental para reducir la inflación. "El objetivo del gobierno, y del BCRA, es bajar la inflación lo más rápido posible. Desde la desaceleración del crawling del 2% al 1% mensual, el gobierno dejó en claro la importancia que le da al tipo de cambio como uno de los principales factores para formar precios y expectativas", declaró a Infobae.
El especialista destacó que aunque el Central ya no interviene en el MULC, "tampoco está dispuesto a dejar que la determinación de precios futuros sea completamente libre". Esta estrategia busca limitar la volatilidad esperada del dólar sin comprometer las reservas internacionales del país.
Los resultados de esta política se reflejaron en los indicadores de mayo: el dólar oficial subió apenas 18 pesos (1,54%) y cerró el mes en torno a los 1.200 pesos, mientras que la inflación fue del 1,5%, la más baja en cinco años según el INDEC. Esta combinación de estabilidad cambiaria y desaceleración de precios reforzó el anclaje de expectativas promovido desde el BCRA.
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Gráfico de Fernando Marull
Juan Manuel Truffa, analista de Outlier, identificó dos factores que explican el aumento de mayo: una intervención directa neta del Central por aproximadamente 400 millones de dólares y la absorción de operaciones de cobertura relacionadas con la colocación del bono Bote 2030.
"El BCRA tiene casi 2.000 millones de dólares cortos en futuros. La posición de interés abierto de diciembre era de 1.200 millones. Estimamos que era mayoritariamente el BCRA, lo que dejaría aproximadamente 800 millones para el resto", indicó Truffa.
Esta operatoria permitió que el Tesoro captara dólares de fondos extranjeros sin generar presiones sobre el tipo de cambio, ya que el BCRA absorbió las posiciones de cobertura que tomaron los inversores internacionales al suscribir el bono soberano.
El economista Gabriel Caamaño, también de Outlier, señaló que los datos oficiales desmienten las versiones que negaban la intervención: "Para los que dicen que no hay intervención en futuros, que no hubo presión a la baja desde futuros durante mayo... El BCRA reconoce que cerró mayo 2025 con una posición corta de casi 2.000 millones de dólares en futuros. Venimos de cero pre 11/4/25".
Antecedentes y perspectivas
Esta no es la primera vez que el BCRA utiliza el mercado de futuros para influir en el tipo de cambio. Entre 2021 y 2022, la entidad llegó a acumular posiciones vendidas por más de 6.000 millones de dólares en un contexto de alta presión cambiaria e inflación ascendente.
La diferencia con el escenario actual radica en que la intervención no ocurre junto con un mercado spot administrado, sino dentro de un esquema de flotación con intervención indirecta en derivados. Este modelo permite al BCRA sostener un tipo de cambio estable sin vender reservas en el mercado spot, aunque implica riesgos: si el dólar oficial subiera por encima de lo pactado en los contratos, la autoridad monetaria deberá asumir pérdidas que impactarán en sus balances.
Desde Romano Group advirtieron que, pese a una disminución parcial registrada en junio, "el nivel sigue siendo elevado en términos históricos" y "por el momento no vemos una baja considerable de la exposición del BCRA a futuros de dólar".
La estrategia oficial combina la libre flotación en el mercado mayorista con la intervención indirecta en derivados, buscando mantener la estabilidad cambiaria como ancla para la reducción de la inflación, objetivo prioritario del gobierno de cara a las elecciones de octubre.