El mercado de las aerolíneas low cost en Argentina atraviesa una transformación clave tras la venta de Flybondi. La aerolínea, que había desembarcado en 2018 con la promesa de democratizar los vuelos, enfrenta hoy su mayor crisis desde su fundación. Problemas operativos, caída de pasajeros, pérdida de participación y sanciones públicas marcan el presente de una empresa que pasó de liderar la disrupción a quedar rezagada frente a sus competidoras.
Tras un 2024 turbulento, Flybondi fue adquirida por el fondo estadounidense COC Global Enterprise, especializado en aviación y tecnología. Aunque el nuevo dueño se presenta como la tabla de salvación, los números más recientes indican que el deterioro es profundo y que la recuperación, si llega, no será inmediata.
Un año de retroceso
Según el último informe de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), Flybondi transportó 205.472 pasajeros en vuelos de cabotaje durante mayo de 2025, una caída del 32,9% interanual respecto a los 280.007 de mayo de 2024. A la par de esta baja, su cuota de mercado se redujo drásticamente, pasando del 26% al 16%, lo que representa una pérdida de 10 puntos porcentuales en solo un año.
El retroceso se da en un contexto de crecimiento general del sector. En el mismo período, el volumen total de pasajeros de cabotaje aumentó un 22%, lo que convierte a la caída de Flybondi no en un síntoma del mercado, sino en un fracaso particular.
Mientras tanto, JetSMART protagonizó el mayor salto del año: transportó 308.075 pasajeros, frente a 120.946 del año anterior, con un crecimiento del 82,6%. Esto le permitió ampliar su participación del 11% al 24%, quedando muy cerca de Flybondi y consolidándose como el segundo jugador del sector. Por su parte, Aerolíneas Argentinas se mantuvo como líder absoluto con 762.700 pasajeros transportados (59% del mercado), y un crecimiento del 48,97% interanual.
En paralelo, el factor de ocupación —un indicador clave de eficiencia comercial— también se resintió para Flybondi, que pasó de 84% a 82%, mientras sus competidoras mostraron mejoras: JetSMART subió de 77% a 83%, y Aerolíneas Argentinas se mantuvo estable en 84%.
Vuelos cancelados, demoras y multas
Detrás de la caída comercial hay una crisis operativa evidente. En el primer trimestre de 2025, Flybondi encabezó el ranking de impuntualidad entre todas las aerolíneas que operan en Argentina. Según datos de la consultora Adventus y de ANAC, la compañía registró un índice de cancelaciones del 2,04%, el más alto del país y más del doble que el de su competidor más cercano.
En febrero, la situación alcanzó un pico crítico: Flybondi fue responsable del 74% de las cancelaciones domésticas del país y solo el 30,6% de sus vuelos salió a tiempo. Para ponerlo en contexto, Aerolíneas Argentinas alcanzó un 89% de puntualidad, y JetSMART, un 80%.
Durante la temporada alta de fin de año, la compañía debió reprogramar 71 vuelos, afectando a más de 13.000 pasajeros. Las quejas se multiplicaron, y la empresa fue sancionada por el gobierno bonaerense con una multa cercana a los 300 millones de pesos por incumplimientos masivos en reembolsos y atención al cliente. La Defensoría del Pueblo y autoridades provinciales también elevaron quejas formales por el manejo deficiente de la crisis.
Estos problemas no son nuevos. Desde mediados de 2023, Flybondi ya arrastraba inconvenientes con su flota reducida, mantenimiento postergado y demoras frecuentes. Pero 2024 y lo que va de 2025 marcaron un punto de quiebre, con una desconexión total entre su capacidad operativa y su oferta comercial, que terminó impactando en la confianza del público.
Cambio de mando
La llegada de COC Global Enterprise, nuevo dueño de Flybondi, fue anunciada como un relanzamiento. El fondo, con base en Estados Unidos, tomó control del directorio de la compañía y presentó un plan que incluye renovación de flota, expansión regional y mejoras operativas.
Entre las prioridades figuran la recuperación del índice de puntualidad, una nueva estrategia de precios y la reconquista de mercados perdidos. Sin embargo, los analistas del sector son escépticos: con una imagen muy golpeada, un historial de incumplimientos y una pérdida de competitividad evidente, la nueva gestión parte desde una posición de debilidad.
Además, Flybondi enfrenta un mercado donde las low cost ya no son una novedad, sino una parte consolidada del ecosistema. La fidelización del cliente y la regularidad operativa son hoy más importantes que el precio del ticket, y allí es donde la compañía deberá reconstruir su valor de marca.
¿Crisis de una empresa o del sistema?
El caso Flybondi despierta preguntas más amplias sobre el modelo low cost en Argentina. Desde su desembarco en el mercado, estas aerolíneas se presentaron como una solución accesible para viajar por el país. Y en parte, lo lograron: el mercado doméstico creció en cantidad de pasajeros y rutas.
Sin embargo, la promesa del bajo costo sostenido sin un respaldo sólido en infraestructura, flota y servicio posventa demostró ser insostenible para algunas compañías. JetSMART pudo crecer porque mantuvo consistencia operativa y una estrategia agresiva pero ordenada. Flybondi, en cambio, parece haber apostado a crecer más rápido de lo que su estructura podía sostener.
La situación no es terminal, pero sí difícil. La venta a COC Global podría ser el punto de inflexión que necesita Flybondi para reestructurarse. Pero también podría marcar su declive si no logra cumplir con lo prometido.