La actividad económica argentina continuó su recuperación con un crecimiento interanual del 5,7% en febrero de 2025, según el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del INDEC. Este es el décimo mes consecutivo de mejora, un indicio de que la recuperación, impulsada por las reformas del presidente Javier Milei, está tomando fuerza. Además, la actividad económica logró superar el nivel de agosto de 2023, que marcó el inicio de la recesión más reciente, y ya se encuentra apenas un 0,1% por debajo de los picos alcanzados en 2022.
A nivel mensual, la economía creció un 0,8% respecto a enero, lo que refleja un repunte constante en la actividad. A pesar de la desaceleración interanual en comparación con el 6,7% registrado en enero, el dato de febrero fue un avance respecto al incremento mensual de 0,6% registrado en el primer mes del año. Este crecimiento está siendo interpretado como una confirmación de que las reformas económicas de Milei, como la liberalización del mercado cambiario y los ajustes fiscales, están empezando a dar resultados.
¿Qué sectores fueron los principales motores del crecimiento?
Los sectores clave que impulsaron el crecimiento interanual de febrero fueron la intermediación financiera, con un impresionante aumento del 30,2%, el comercio, que creció un 7,4%, y la industria manufacturera, que registró un alza del 5%. En particular, la intermediación financiera destacó por su alta incidencia en el crecimiento, beneficiada por la recuperación de la confianza en los mercados y las reformas implementadas por el gobierno.
El sector financiero se benefició de una creciente estabilidad en el mercado cambiario, con una apreciación del peso en relación al dólar en los últimos meses. Esto permitió una mayor circulación de crédito y facilitó las operaciones de los bancos, lo que se tradujo en un crecimiento acelerado de la intermediación financiera.
En cuanto a la industria, se observó una mejora del 5,6% interanual, con el sector de maquinaria y equipo liderando el crecimiento, especialmente en la fabricación de maquinaria agropecuaria, favorecida por la flexibilización de las importaciones. Esto permitió que el sector industrial tuviera acceso a insumos que antes estaban restringidos, lo que impulsó la producción. También se destacó el crecimiento de los alimentos y bebidas (+9,6%), un reflejo de la recuperación de la demanda interna, que estaba muy afectada por los elevados niveles de inflación y el encarecimiento de los productos.
La construcción, por su parte, mostró un crecimiento anual del 3,7%, el primero desde que Milei asumió la presidencia. Este repunte en la actividad de la construcción se debió a varios factores, incluyendo la mejora en el acceso a materiales de construcción y la mayor disponibilidad de financiamiento, lo que permitió la reactivación de obras de infraestructura. Entre los productos más destacados estuvieron el asfalto (+82,2%), que se utiliza principalmente en la renovación de rutas y pavimentos, y los pisos cerámicos (+24,8%), que reflejan una fuerte demanda del sector residencial.
¿Qué sectores mostraron caídas?
A pesar de la recuperación general, algunos sectores continuaron mostrando números negativos. Los hoteles y restaurantes fueron de los más afectados, con una caída interanual del 7,3% en las pernoctaciones, especialmente por la baja en el arribo de turistas extranjeros. Esto se atribuye principalmente a las restricciones cambiarias y el atraso cambiario que aumentaron el costo de la estadía en el país, lo que desalentó la llegada de turistas internacionales. La actividad turística sigue siendo uno de los sectores más vulnerables ante la inflación y el tipo de cambio.
También hubo caídas en el sector de otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales (-2,6%) y la administración pública, lo que redujo en 0,17 puntos porcentuales el crecimiento interanual del EMAE. Estos descensos reflejan tanto una menor demanda de ciertos servicios como el impacto de las medidas de austeridad adoptadas por el gobierno de Milei, que recortó gastos en áreas como la seguridad social y el gasto público.
¿Qué significa este crecimiento para las políticas económicas del gobierno?
El crecimiento económico observado en febrero es un reflejo de la salida progresiva de la recesión y de la efectividad de las reformas impulsadas por el gobierno de Milei. El ministro de Economía, Luis Caputo, celebró el dato de crecimiento, señalando que es el más alto desde junio de 2022 y resaltando la tendencia positiva que se ha mantenido durante once meses consecutivos. Sin embargo, es importante notar que, aunque la recuperación es significativa, persisten sectores rezagados, especialmente aquellos relacionados con el turismo y servicios, lo que sugiere que la recuperación es desigual.
Eugenio Marí, economista jefe en la Fundación Libertad y Progreso, destacó que el crecimiento en varios sectores se debe a un "reacomodamiento de la estructura económica", impulsado por la baja de la inflación, las reformas y las desregulaciones. Las reformas estructurales, como la eliminación de los controles de cambios, la baja de las retenciones y la reducción de los subsidios a los servicios públicos, están proporcionando un nuevo marco de incentivos para la inversión y la producción.
No obstante, la variabilidad en los sectores y la desaceleración en el crecimiento interanual comparado con los primeros meses del 2024 podrían ser señales de que el camino hacia la estabilidad económica sigue siendo desafiante. El gobierno deberá trabajar en continuar estimulando la demanda interna, especialmente en sectores como el turismo y los servicios, que siguen siendo los más rezagados.
¿Cómo se comparan estos datos con los de enero y las expectativas para el futuro?
En cuanto a la comparación con enero, el crecimiento de febrero (0,8%) refleja una mejora en la actividad industrial, que lleva cuatro meses consecutivos con números positivos. Sin embargo, la desaceleración interanual en la tasa de crecimiento de febrero, frente al 6,7% de enero, muestra que aún existen desafíos por delante. La base comparativa más baja de 2024, debido a los primeros efectos de las medidas de devaluación y los ajustes fiscales y monetarios, hace que los datos actuales deban interpretarse con cautela.
A futuro, el gobierno mantiene expectativas de que la recuperación continúe, respaldada por el crecimiento de sectores clave como la industria y el comercio, pero con la advertencia de que la estabilidad económica depende de factores internos y externos, incluyendo la evolución de la inflación y el comportamiento de los mercados internacionales. Además, se espera que el sector de la construcción y la industria sigan siendo impulsores importantes de la recuperación en los próximos meses, mientras que la actividad en el sector turístico y en los servicios deberá continuar siendo monitoreada.
Cómo sigue
El crecimiento económico podría continuar en los próximos meses, impulsado por las políticas de reforma y la recuperación de sectores clave, pero la sostenibilidad de esta expansión dependerá de cómo se manejen los desafíos estructurales como la inflación y la deuda externa. Además, el gobierno deberá atender las caídas en sectores como el turismo y los servicios, buscando equilibrar el crecimiento entre las distintas áreas de la economía.
