El mercado de la criptoestafa está floreciendo, estas se han vuelto más creíbles y agresivas; por ejemplo, las estafas de regalos se han vuelto muy eficaces gracias a los Deep fake, históricamente han utilizado las identidades de celebridades como Elon Musk, junto con la publicidad de YouTube y una dirección cripto para engañar a las personas para que envíen tenencias. Si bien hay muchos tipos diferentes de estafas, todos tienen una cosa en común: los delincuentes detrás de ellas casi no corren el riesgo de ser identificados, atrapados y juzgados.
En la industria de criptomonedas, un proyecto se refiere a una iniciativa o empresa que busca desarrollar y lanzar una criptomoneda, token o plataforma basada en blockchain. Estos proyectos pueden variar en su enfoque, alcance y objetivos, pero generalmente buscan aprovechar la tecnología para resolver problemas específicos u ofrecer servicios innovadores.
Las criptomonedas son pseudónimas, no completamente innominadas. Esto significa que las transacciones se realizan sin revelar la identidad real de las partes involucradas, pero sí se registran en una base de datos pública llamada blockchain. Allí, cada transacción se asocia con una dirección única, que es una cadena de caracteres alfanuméricos. Esta dirección no revela la identidad real del propietario, pero sí permite rastrear el historial de transacciones asociadas con ella.
Aunque las criptomonedas son pseudónimas, existen métodos para intentar identificar a los propietarios de las direcciones, como análisis de patrones de transacciones o colaboración con exchanges y otros servicios financieros. La relevancia que ha adquirido la privacidad y la seguridad de las transacciones en el mundo de las criptomonedas, juega hoy a favor y contra según cada caso.
En los últimos años el Servicio Secreto de los Estados Unidos se enfocó en la investigación de delitos informáticos modernos y complejos tales como el acceso no autorizado a recursos y sistemas y el empleo de técnicas engaño-dolosas asociadas con criptomonedas. A nivel global el trabajo de las agencias de inteligencia y seguridad se ha complejizado a posteriori de la pandemia con un aumento exponencial del cibercrimen diario, cuyo incremento es monumental llegando hasta los ataques de ransomware, muchos de ellos incorporando a criptos como Bitcoin o Etherium como moneda de cambio debido, en parte, al anonimato que ofrece.
Solo como testimonio y surgido de nuestras tareas de campo, en 2024 el aumento en detección de ransomware fue de 35%, y 50% es el aumento de grupos que operan estas agresiones. La proyección para este 2025 es que no habrá posibilidad de tregua alguna.
Si está claro que esta ventaja en la factura del fraude no se debe exclusivamente a un problema con las criptomonedas, sin embargo, el papel de las “cripto” en el inframundo criminal va aumentando significativamente.
Por otro lado, la criptografía es una herramienta y no una clasificación del crimen. Por esta razón los crímenes que se procesan en casos de criptografía generalmente se clasifican como lavado de dinero o hurto y no como "criptocrimen".
Un sensible agravante para los que tenemos el vicio investigativo de husmear por la Darkweb: cada vez con mayor frecuencia se observa el "crimen como servicio. Los ciberdelincuentes a menudo promocionan sus productos y servicios por una tarifa, por ejemplo, el ransomware se vende configurado para ser cancelado en cripto, lo que permite que los delincuentes menos expertos en tecnología entren en acción.
Quien entienda de lo que estamos hablando o fue víctima de una estafa con cripto, sepa que no está solo.
Cada vez con mayor énfasis será necesario establecer nuevas y ágiles regulaciones. El público debe verificar si las iniciativas cripto están registradas y autorizadas antes de participar: cuentan con antecedentes y credenciales que los valide y, sobre todo, analizar “el riesgo”. En particular, deben tener cuidado con los esquemas que ofrecen altos rendimientos con riesgos aparentemente limitados.
Las pérdidas económicas y la afectación reputacional son dos de las probables consecuencias del manejo inescrupuloso, doloso y hasta basado en negligencia o impericia, en ningún caso alcanzan a comparar con la afectación sobre los niños y el abuso. Frecuentemente observamos material de abuso sexual infantil a la venta a cambio de monedas virtuales, monederos o billeteras asociados con imágenes y videos de abuso sexual infantil online en cualquier lugar del mundo. Los pederastas y delincuentes utilizan los mismos patrones de conducta, técnicas, métodos, términos y palabras clave secretas asociadas con la comercialización y distribución de material que incluye contenido de abuso sexual y la posibilidad de pagos en diferentes formatos incluyendo cripto.
Claramente, como todo en la vida y en los negocios, un excelente recurso como la blockchain y las criptomonedas, sin regulación ni control, en las manos indebidas, solo puede producir daños.