Esta medida busca reducir riesgos de incendio en vuelos. Descubre qué dispositivos están afectados y cómo transportarlos de manera segura.
La Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) actualizó sus directrices de seguridad aérea, prohibiendo el transporte de baterías de litio en el equipaje facturado.
Esta medida, en vigor desde mayo de 2025, responde a preocupaciones sobre el riesgo de incendio que presentan estas baterías si sufren daños, sobrecalentamientos o cortocircuitos en la bodega del avión, donde la tripulación no puede intervenir rápidamente.
La prohibición afecta a todos los dispositivos que contienen baterías de litio, incluyendo:
Power banks (baterías portátiles): Utilizadas para cargar dispositivos electrónicos en movimiento.
Teléfonos móviles y tabletas: Comúnmente transportados por los pasajeros.
Ordenadores portátiles y cámaras digitales: Equipos electrónicos personales.
Cigarrillos electrónicos: Dispositivos de vapeo.
Baterías de repuesto: Para cualquier dispositivo electrónico.
La normativa establece que estos dispositivos deben ser transportados exclusivamente en el equipaje de mano. Además, se permite un máximo de dos unidades por pasajero y deben estar protegidos individualmente para evitar cortocircuitos.Está prohibido recargar estos dispositivos a bordo del avión.
Para cumplir con la nueva normativa y garantizar la seguridad durante el vuelo, se recomienda:
Transportar dispositivos con baterías de litio en el equipaje de mano: Nunca en el equipaje facturado.
Proteger las baterías: Utilizar fundas o cinta aislante para cubrir los terminales y evitar cortocircuitos.
Consultar las políticas de la aerolínea: Algunas aerolíneas pueden permitir baterías con capacidades superiores a 100 Wh con autorización previa.
Evitar el uso de power banks para cargar otros dispositivos a bordo: Utilizar únicamente los sistemas de alimentación del avión para cargar dispositivos electrónicos.
Esta medida busca reducir el riesgo de incendios a bordo, ya que las baterías de litio pueden sobrecalentarse o sufrir daños que podrían provocar incendios. En la bodega del avión, donde la tripulación no tiene acceso inmediato, un incendio podría ser difícil de controlar. En cambio, en la cabina, la tripulación puede intervenir rápidamente en caso de emergencia.