El azul a la final, lejos de su techo

El azul -que fue local en Woodlands porque tenía su cancha suspendida- nunca corrió riesgo. El decano necesitaba una gran remontada para revertir los cuatro puntos totales de diferencia que Christians había cosechado con el 20-6 de la ida, pero como en ese primer partido le faltó efectividad para traducir en puntos sus mayores virtudes.

De hecho, los cinco primeros minutos fueron todos de MVCC, que con su medioscrum Gastón Nicolás poniendo el equipo adelante, se estacionó en las 22 rivales y encontró en el scrum una forma de hacer daño. Pero a la hora de los bifes, perdonó: un penal en contra en un scrum a favor en cinco yardas impidió que arrancaba arriba. En una tarde en la que necesitaba efectividad antes que nada, el decano la dejaba pasar.

En cambio, Christians fue lo contrario: tuvo menos la pelota, pero aprovechó cada resquicio que le dio el rival para sumar. Por ejemplo a los 15, cuando una pelota quedó sin techo afuera del ruck, Favaro lo identificó, tomó la pelota y se fue a toda velocidad al ingoal.

MVCC necesitaba quemar las naves aun más que antes, pero tuvo una fatídica tarde en el line, donde apenas obtuvo un par de pelotas en más de 10 lanzamientos. Obtenía algún penal en defensa y en el scrum, pero era incapaz de asegurar la pelota en ataque.

Christians siguió probando más o menos lo mismo: defensa sólida, arriba -algunas veces en penal-, juego con el pie y apuesta a que MVCC se equivocara y jugara en su campo.

El decano nunca dejó de luchar, pero la serie le quedó demasiado arriba, sobre todo cuando Bourdiel se fue con roja en el segundo tiempo por un golpe peligroso a Tomás Inciarte.

Además, la apuesta conservadora de Christians le terminó dando réditos a los 60, cuando Manuel Ardao -de buen ingreso en el segundo tiempo- recuperó una pelota en un ruck defensivo y puso quinta a findo para correr toda la cancha y apoyar el 10-0, que terminó con cualquier esperanza que albergara el visitante.

Así y todo, con el empuje de los forwards MVCC terminó llegando al try de la honra, su primero en la serie, lo cual también fue justo para un equipo que dio todo pero nunca tuvo la claridad para generar peligro en el ingoal.

En el cierre, con el partido ya definido, Christians tuvo alguna oportunidad más con pelota, pero errores de manejo le impidieron llegar a un tercer try.

Para el decano se cierra una muy buena temporada, la segunda consecutiva en la que se mete en semifinales, dentro de una notoria evolución en los últimos tiempos.

Para Christians es la séptima clasificación consecutiva a una final, en la que buscará el tetracampeonato, marcando toda una era en el rugby uruguayo. Para la definición deberá mostrar otra cara: a la gran defensa que mostró a lo largo del año deberá agregarle más volumen de juego, porque difícilmente le alcance en una definición con el escaso poder ofensivo que mostró en esta serie.

A su vez, el otro punto importante será saber cuántos jugadores pierde para la final. Ya sabe que no contará, como en casi todo el año, con los jugadores contratados por Los Teros (Echeverría, Arata, Leivas), además de Segredo y Diana, que participaron del Combine para entrar a la liga de Estados Unidos. Pero además puede perder a Ardao, Tomás Inciarte, Andrés De León, Federico Favaro y Manuel Blengio, ausencias difíciles de suplir y que le sacarían el cartel de favorito.