El sindicalismo está en alerta. Así como la CGT fue la primera en levantar la voz y llevar a cabo una medida de acción directa contra las políticas que impulsa el Gobierno de Javier Milei, también será la primera en intentar dinamitar el “pacto de mayo”. Desde la central obrera trabajan en una agenda de reuniones con los gobernadores para garantizar que ninguna de las reformas que propone La Libertad Avanza para avanzar en contra de la regulación laboral pueda concretarse.
Sin embargo, la estrategia no es uniforme y comienza a haber divergencias en cuanto al rumbo a tomar para limitar las acciones del gobierno. Héctor Daer, uno de los cotitulares de la CGT, sostiene tanto públicamente como puertas adentro que los esfuerzos se deben concentrar en voltear el Mega DNU y que el resto de las discusiones son funcionales al Gobierno. Por su parte, Pablo Moyano, otro de los cotitulares de la CGT, asegura que la central obrera tiene que reunirse con los gobernadores para frenar tanto la sanción de las leyes como el “pacto de mayo”.
En medio de las estrategias divergentes que emanan de la cúpula de la CGT, la tensión en cada sector y en cada gremio crece al ritmo del deterioro del poder adquisitivo. Los paros se multiplican y las actividades se recientes. El cronograma de conflictos marca que esta semana arranca con un paro docente en todo el país, continúa con un paro de transporte el martes y podría terminar con el anuncio de una nueva medida de fuerza de los trabajadores del ferrocarril.
“El apoyo a Milei no es tan sólido como dicen ustedes. A la última movilización nuestra ya vino una buena cantidad de gente que votó a este gobierno”, confirma un líder sindical que accedió a tener una charla informal con El Observador. “Se le está rompiendo por abajo”, asegura el sindicalista. Por ahora, las encuestas no dicen lo mismo. El presidente mantiene un apoyo cercano al 50% de la sociedad.
En ese marco, en los pasillos del histórico edificio de la CGT, en Azopardo al 800, aseguran que la situación se encamina a una “gran paro nacional” y que la intención de los dirigentes es que más allá del paro se hagan marchas en todo el país.
Desde el sindicalismo entienden que la mención a la “democratización” de los sindicatos en medio del discurso de apertura de sesiones ordinarias no es casual y busca profundizar aún más la visión negativa de la sociedad sobre los sindicatos y sus secretarios generales.
Para los dirigentes de la CGT, Javier Milei busca desviar la discusión y poner en el ojo de la tormenta a los dirigentes mientras avanza en una reforma tanto sobre los sindicatos como sobre la legislación del trabajo.
Parado en esa posición Héctor Daer sostuvo que “en términos de puesta en escena y retórica» Milei “sigue en campaña” y que los planteos sobre los sindicatos y los convenios colectivos de trabajo “pretenden atomizar la negociación colectiva”.
En referencia puntal a las elecciones dentro de los gremios, el secretario General de Sanidad y cotitular de la CGT señaló: “hay un criterio amplio del Ministerio de Trabajo desde el gobierno de Cristina Kirchner, fue un poquito menor en la época de (Mauricio) Macri, de amplitud en términos de participación democrática en todas las elecciones”.
En ese marco, Daer insistió con que la prioridad de la central obrera es el rechazo del DNU y se mostró confiado en que los legisladores nacionales avanzarán con su rechazo en las próximas semanas.
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