Siete historietas que tienen ritmo propio

Las historias transcurren en períodos diferentes, desde fines del siglo XIX hasta 2013, y se ubican en lugares tan disímiles como Galicia, Tierra del Fuego y el barrio Sur de Montevideo.

Otra característica compartida por las siete narraciones es que todas fueron dibujadas con acuarela, aunque luego cada una tiene detalles que las diferencian como el uso (o no) de líneas, la aplicación del lápiz o la utilización de recursos digitales, como en el caso de la historia “La gruta”, que parte de un cuento del autor.

Prada explica que en este libro intenta no caer en las estructuras clásicas de la historieta, más allá de que reconoce que “es difícil zafar de los conflictos y los cliches”.

El dibujante plantea que en las siete historias, por ejemplo, no hay un villano encarnado por un personaje físico, más allá de que siempre haya una cierta “oposición” a los protagonistas.

La importancia del diálogo

El autor de 7 historias cuenta que su intención es generar un diálogo y "comunicar a los lectores de manera distinta". Su idea es que “el lector le dé el tiempo a cada historia, y no sea solo un entretenimiento pasajero”. Para esto, Prada colabora jugando con los silencios –sobre todo en los relatos “La gruta” y “Panspermia”– y las imágenes, que son descriptivas y tan o más importantes que los textos.

El libro se presentará el miércoles en el centro de exposiciones Subte, donde cada uno de los relatos será introducido por una de siete personalidades de la cultura, aunque no necesariamente relacionadas a las historietas, una iniciativa a través de la cual el autor busca generar un diálogo y un acercamiento a esta forma de arte, a la que considera “muy desaprovechada”.