La expresidenta y el Gobernador coincidieron en un acto homenaje a Abuelas de Plaza de Mayo. Reinó la frialdad. Sin tregua de cara al 17 de noviembre.
CFK y Axel Kicillof, un distanciamiento sin retorno.
Tenso. Esa es la palabra elegida para definir el encuentro público entre CFK y Axel Kicillof que se produjo el miércoles por la noche en la ciudad de La Plata en el marco de un evento organizado para homenajear a las Abuelas de Plaza de Mayo.
Estela de Carlotto, titular de Abuelas, lo hizo público. “No hablaban entre ellos, parecían unos chicos”, detalló la dirigente de Derecho Humanos y concluyó: “Hubo una frialdad bárbara”.
Lo que percibió Carlotto, sentada en primera fila entre ambos funcionarios no dista de lo que deja trascender el entorno de CFK. “Todo está muy tenso. Será áspera la convivencia, ellos adelantaron mucho la interna. Falta un montón. Es largo el debate, pero no va a ser un recorrido fácil de acá en adelante como las cosas quedaron planteadas”, sentenciaron desde el Instituto Patria.
Más allá de la percepción general, Estela dejó en claro que no le gustó que La Cámpora aparateara el acto. “No me gustó que canten Cristina Presidenta”, sentenció sin miramientos y consciente de lo que decía.
Esa misma línea se extiende la lectura dentro del entorno de Axel Kicillof. “Fue una vergüenza. Usaron el acto para pegarle a Axel. Una cuestión muy infantil”, describen desde La Plata y agregan: “El entorno de Máximo lleva a Cristina a hundirse en estas cosas. Ella se tendía que parar por arriba de esta discusión. De hecho, Axel se para por arriba es el único que tiene una actitud madura”.
Dentro del Gabinete bonaerense entienden que La Cámpora pasó de los cuestionamientos y la obstrucción al intento de destrucción del Gobierno de Kicillof. En el análisis que hacen en La Plata, la búsqueda del entorno de Máximo Kirchner es armar su propia lista en las elecciones del año que viene y ser parte del oficialismo en la contienda electoral.
Desde ya las certezas no abundan. El entorno de CFK se maneja como el mismo hermetismo de siempre y no adelante sus movimientos.
En principio, la campaña hacia la presidencia del PJ de la expresidenta circulará por dos vertientes. La primera tendrá a CFK como protagonista con los pies en el territorio, como ocurrió en el último tiempo en La Matanza y en Avellaneda. En ambos casos las visitas no fueron difundidas con anterioridad y se buscó “el mano a mano con la gente del lugar”. El segundo eje de la campaña estará a cargo de la mesa Cristina Presidenta que encabeza la intendenta de Quilmes Mayra Mendoza y consistirá en el tradicional armado de actos con la militancia.
La mayor cantidad de actividades se desarrollará en la provincia de Buenos Aires. La frialdad con la que el Gobernador y la expresidenta se trataron en el Teatro Argentino de La Plata, encendió algunas alarmas en el entorno de la expresidenta respecto al tenor que puede llegar a tener la campaña rumbo al recambio de autoridades del Partido Justicialista.
Desde el gobierno bonaerense siguen el proceso con calma y no se toman en serio los pedidos de definición que recaen sobre Axel Kicillof. “Axel está jugando desde el año pasado. Eso está claro. Está jugando desde que se plantó para ser candidato a Gobernador, está jugando desde que hizo la campaña solo sin el apoyo de Cristina y con la obstrucción de La Cámpora”, sostienen.
De cara a la definición de la interna y la realización de los comicios el 17 de noviembre el entorno del gobernador es escéptico. Creen que las internas no se realizarán. “Van a hacer una elección para que voten 200 mil personas. Una vergüenza. ¿Cristina va a ser la presidenta del PJ con 100 mil votos? Eso es ridículo. Y no vaya a ser que Quintela les de un susto en el interior”, analizan.
Más allá de la definición interna, desde el Gobierno de la provincia de Buenos Aires apuestan a seguir articulando con los distintos sectores para avanzar en un frente federal. Entienden, palabras más palabras menos, que la mejor defensa es un buen ataque. En ese marco, le restan importancia a los cuestionamientos sobre los tiempos en los que se comenzó a gestar el armado del Gobernador. “La cosa es así, si llegábamos al año que viene sin nada nos iban a decir que Axel no construyó nada y se iban a poner a armar las listas”.
En ese marco, desde el gobierno bonaerense entienden lo que parece obvio. El escenario de ruptura está planteado desde el entorno de Máximo Kirchner y no parece haber vuelta atrás.