A partir del 1 de agosto, los consumidores argentinos enfrentarán un incremento de hasta el 4% en las tarifas de electricidad y gas natural por redes, según el anuncio del Ministro de Economía, Luis Caputo. Este aumento se alinea con el tope previsto para los combustibles y afecta principalmente los costos de transporte y distribución, que habían estado congelados durante los últimos cuatro meses como parte de las medidas para controlar la inflación, una de las prioridades del gobierno actual.
La subida en las tarifas energéticas será del 4%, mientras que los combustibles verán un aumento del 2,5%. A esto se suma el incremento del 5,16% en las facturas de agua que aplicará Aysa. Aunque los detalles específicos sobre la variación en los precios del gas y la electricidad aún se están definiendo en el Palacio de Hacienda, se decidió permitir nuevamente el ajuste en los valores de distribución y transporte, a diferencia de lo que ocurrió en meses anteriores.
El costo total de las facturas de energía incluye tres componentes principales: la generación de electricidad o producción de gas (ambos subsidiados por el Tesoro), el transporte de la energía hasta los puntos de consumo, y la distribución en hogares, comercios e industrias. Los últimos dos servicios no están diferenciados por niveles de ingresos, por lo que el costo es uniforme para todos los usuarios.
El aumento para empresas de distribución y transporte
En contraste con los últimos tres meses, Caputo autorizó ahora aumentos en las tarifas para las empresas de distribución y transporte, como Edenor, Edesur, Metrogas, Camuzzi, Naturgy, TGN y TGS. Aunque en abril se estableció que los ingresos de estas empresas aumentarían mensualmente según una fórmula polinómica, esta fórmula nunca se aplicó y el incremento previsto fue postergado poco antes del inicio de mayo.
Las tarifas iban a ajustarse mensualmente según una fórmula que consideraba la variación salarial, la inflación minorista (IPC) y la inflación mayorista (IPIM), establecida por una resolución de la Secretaría de Energía. Sin embargo, el Ministerio de Economía intentó sustituir esta fórmula por una variable de actualización basada en la inflación futura para desindexar los servicios energéticos del comportamiento del pasado, aunque esta nueva fórmula nunca se concretó.
El incremento anunciado en las tarifas de electricidad y gas no se basa en ninguna fórmula específica. Está diseñado para mejorar los ingresos de las empresas de distribución y transporte, que después de los aumentos en electricidad en febrero y gas en abril, no habían recibido ajustes adicionales, a pesar de que sus costos habían aumentado un 14% en promedio, equivalente a la inflación acumulada en los últimos tres meses.
Cómo quedan los precios de los combustibles
En cuanto a los combustibles, se anticipa un aumento de aproximadamente el 2,5% en los precios de la nafta y el gasoil. Guillermo Lego, gerente de la Confederación del Comercio de los Hidrocarburos de la República Argentina (Cecha), explicó: “El crawling peg sigue al 2%, el incremento del impuesto a los combustibles oscilaría en $11, lo que impactaría en un 1% en el precio final.” Desde la asunción de Javier Milei, los precios de los combustibles han subido un 132% en los primeros siete meses del año, superando el 86% de inflación acumulada, debido al aumento de los impuestos al sector y al ajuste en los precios que estaban congelados desde 2020.
Con el aumento del 2,5% que entra en vigencia mañana, el litro de nafta súper de YPF en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) costará $966, mientras que la nafta premium alcanzará los $1191. El gasoil súper se elevará a $1002, y el diésel premium a $1275.
