Si hay uno de los sectores más golpeados por el "modelo Milei" es el textil. Acusados por querer un país cerrado y proteccionista, los popes de este sector le piden al gobierno que "nivele la cancha" y que la baje impuestos tal como está haciendo con los productos importados. "Lo que decimos nosotros es que queremos competir, estamos dispuestos a competir, hemos hecho grandes inversiones para eso, no tenemos miedo a eso, para competir ni mucho menos, pero sí en una cancha nivelada. Que nos permitan competir de igual a igual", dice Luciano Galfione, presidente de la Fundación Pro Tejer.
Los textiles están teniendo un 2024 complejo por la caída del consumo masivo, el encarecimiento en dólares de la producción y una apreciación cambiaria que fomenta el ingreso de productos importados.
Dicen que en 2022 y 2023 hubo un récord histórico de importaciones de textiles en la Argentina como nunca se tuvo registro, mucho más que en el 2018. Pero la diferencia, dice Galfione, es que no se importaba ropa terminada sino telas, hilados, o sea insumos para producir. "Cuando uno habla de importaciones habla de toda la cadena de valor. En la Argentina se importa de todo. Se importa hilado, se importa tela, se importa ropa, se importa todo. De hecho, las importaciones en el último año cayeron estrepitosamente. Las importaciones no regulan los precios, los precios durante este año muy por el contrario de bajar, subieron y sin embargo subieron con las importaciones absolutamente abiertas", sostiene.
El titular de Fundación Pro Tejer afirma que en los últimos tres años en la Argentina se invirtieron más de US$ 1.300 millones solamente en equipamiento tecnológico para el sector textil. Y que esa inversión hoy está casi sin usar. "Todas las inversiones que se hicieron para aumentar la capacidad productiva hoy están paradas. Cinco de cada diez máquinas en nuestro sector las tenemos paradas El titular de Fundación Pro Tejer afirma que en los últimos tres años en la Argentina se invirtieron más de US$ 1.300 millones solamente en equipamiento tecnológico para el sector textil. Y que esa inversión hoy está casi sin usar. "Todas las inversiones que se hicieron para aumentar la capacidad productiva hoy están paradas. Cinco de cada diez máquinas en nuestro sector las tenemos paradas
Consumo en caída libre
Según el ingeniero y director de la empresa familiar textil Galfione y Cía, el consumo de textiles en la Argentina cayó 40%. "Hoy se recuperó un poquito y estamos en el orden de 30% por debajo de los volúmenes del año pasado, con lo cual para nuestro sector ha sido un golpe tremendo".
El titular de Fundación Pro Tejer afirma que en los últimos tres años en la Argentina se invirtieron más de US$ 1.300 millones solamente en equipamiento tecnológico para el sector textil. Y que esa inversión hoy está casi sin usar. "Todas las inversiones que se hicieron para aumentar la capacidad productiva hoy están paradas. Cinco de cada diez máquinas en nuestro sector las tenemos paradas", asegura. La razón es por la caída del consumo.
En lugar de facilitar la importación bajando aranceles, por qué no bajamos en la misma proporción los impuestos al que produce y genera riqueza en la Argentina. Nosotros no decimos que no se deje importar, pero bájenme los impuestos a mí primero. Pónganme la cancha un poquito más nivelada, yo después si soy malísimo jugando es un problema mío pero no puedo estar en una cancha toda llena de pozos En lugar de facilitar la importación bajando aranceles, por qué no bajamos en la misma proporción los impuestos al que produce y genera riqueza en la Argentina. Nosotros no decimos que no se deje importar, pero bájenme los impuestos a mí primero. Pónganme la cancha un poquito más nivelada, yo después si soy malísimo jugando es un problema mío pero no puedo estar en una cancha toda llena de pozos
La recesión golpea a la industria
"Lo que ha pasado es que, si bien en los últimos meses el poder adquisitivo de la población va subiendo un poquito y le va ganando nuevamente a lo que fue la inflación, la realidad en la Argentina es que cambió esa matriz de gastos. Antes nosotros destinábamos a comprar ropa un determinado porcentaje, hoy nuestro mayor porcentaje están para las tarifas", afirmó. "Yo puedo tener el mismo poder adquisitivo, pero gasto distinto, y entonces mis ingresos se van fuertemente a cubrir los servicios básicos", explicó.
Para los textiles, la apertura de la economía y los beneficios para los productos importados (desde aranceles a bajar el costo de los couriers) tienen un impacto muy negativo. "Estamos compitiendo en una cancha totalmente inclinada. Tenemos todo para competir de igual a igual. Puertas adentro de nuestras fábricas somos muy competitivos. El problema de Argentina es que cuando cruzamos la puerta de una fábrica nos metemos en un tren fantasma. Y ese tren fantasma hace que todo lo que nosotros podemos producir en forma eficiente llegue a los consumidores en productos totalmente fuera de mercado, poco competitivos, con cosas que no dependen de nosotros", dice el presidente de Fundación Pro Tejer con respecto a los impuestos.
Los costos ocultos
El empresario explica que un producto que el consumidor compra en un shopping tiene como componente impositivo solamente de casi el 50% de lo que paga. Es decir, cuando se compra un jean de $100.000, 50.000 pesos son impuestos. "Y eso no lo determino. No digo que esté bien o esté mal. Lo que pasa es que no le endilguen al productor la responsabilidad de que el producto es caro porque lo fabrica caro. No, no lo fabrico caro. Se vende caro, que es otro problema, y se vende caro porque en la Argentina el gran problema que tenemos es comerciar. El tema es que en la ropa se nota más porque es un producto de consumo masivo. Pero si vos empezás a analizar, te vas a dar cuenta que en la Argentina no es cara la ropa solamente. Es caro todo", sostiene.
Estamos compitiendo en una cancha totalmente inclinada. Tenemos todo para competir de igual a igual. Puertas adentro de nuestras fábricas somos muy competitivos. El problema de Argentina es que cuando cruzamos la puerta de una fábrica nos metemos en un tren fantasma. Y ese tren fantasma hace que todo lo que nosotros podemos producir en forma eficiente llegue a los consumidores en productos totalmente fuera de mercado, poco competitivos, con cosas que no dependen de nosotros Estamos compitiendo en una cancha totalmente inclinada. Tenemos todo para competir de igual a igual. Puertas adentro de nuestras fábricas somos muy competitivos. El problema de Argentina es que cuando cruzamos la puerta de una fábrica nos metemos en un tren fantasma. Y ese tren fantasma hace que todo lo que nosotros podemos producir en forma eficiente llegue a los consumidores en productos totalmente fuera de mercado, poco competitivos, con cosas que no dependen de nosotros
Para el empresario, la industria "es rehén de un sistema que tiene a la Argentina no competitiva". Cuenta que el sistema de cuota simple, el más buscado hoy por los consumidores, el 20% del ticket es pagado por el fabricante de ese bien. "Te compras un jean de 100 mil pesos, 20 mil pesos es la cuota simple y otros 50 mil son los impuestos", afirma Galfione. Además las billeteras virtuales cobran 3,5% más IVA de un ticket que ya tiene IVA.
"En lugar de facilitar la importación bajando aranceles, por qué no bajamos en la misma proporción los impuestos al que produce y genera riqueza en la Argentina. Nosotros no decimos que no se deje importar, pero bájenme los impuestos a mí primero. Pónganme la cancha un poquito más nivelada, yo después si soy malísimo jugando es un problema mío pero no puedo estar en una cancha toda llena de pozos, que es un desastre, no tengo líneas marcadas y demás, y del otro lado le ponen una alfombra", advierte el presidente de Fundación Pro Tejer.