El Gobierno operó fuerte y con la anuencia de la UTA, alineada con el sector más dialoguista de la CGT, logró desactivar el paro de colectivos en el AMBA. Confianza, buena voluntad y decisión política formaron parte del combo ofrecido por el Gobierno que por ahora no incluye plata.
La situación fue tensa. Promesas concretas, pero nada de dinero. En esas condiciones el Gobierno logró destrabar un paro que podía dañar su imagen. O por lo menos así quedó expuesto en el marco de las negociaciones que se llevaron a cabo contra reloj en la secretaria de Trabajo.
El acuerdo se dio en los siguientes términos: durante noviembre va a actualizar la estructura de costos que determina el nivel de subsidios necesarios, esto incluye los aumentos del combustible, el nuevo acuerdo salarial y el precio de los repuestos. El resultado de ese cálculo deberá financiarse con un aumento de tarifas o con un aumento de subsidio.
No hay magia. La paritaria impacta de lleno el costo del transporte, en ese marco el Gobierno deberá definir si aumenta la erogación en subsidios o si fija un nuevo valor del boleto. La decisión será política.
Desde la Cámara empresaria aseguran que el Gobierno se inclinará por el aumento de la tarifa y dejará congelados los subsidios que se siguen licuando al ritmo de la inflación.
La UTA, el Gobierno y un acuerdo sin plata
En ese marco, y para destrabar el conflicto sin plata sobre la mesa se acordó con los gremios y los empresarios aumentos, pero a futuro. Esto quiere decir que el aumento para los trabajadores se fino para noviembre, diciembre y enero. O sea que recién las empresas pagarán los nuevos montos con el salario de diciembre.
El acuerdo estableció una pauta de poco más del 20% de incremento en tres tramos, por los que un chofer que hoy cobra un básico de $1.060.000 pasará a percibir 1.200.000 pesos a partir de enero.
Así las cosas, el Gobierno tiene menos de 30 días para calcular los nuevos costos y definir como compensará el aumento que fue sellado en paritarias. “Todos cedimos. Fue una forma de ganar tiempo hasta que haya algo concreto. Si no hay definición, volveremos al conflicto”, señaló ante la consulta de El Observador uno de los hombres que estuvo presente en la definición del acuerdo.
Para los empresarios el costo del pasaje, sin los aumentos de este último mes, es de $1300. Un valor que desde el Ejecutivo no reconocen por ahora. La diferencia entre lo que se denomina “boleto técnico” y lo que paga el usuario es el monto del subsidio. A esa discusión no saldada, ahora se suma la discusión sobre quien financia el acuerdo paritario.
En ese contexto, la discusión será tensa. Los empresarios ya advirtieron que si desde el Ejecutivo no define el modo de financiación del aumento no podrán pagar lo establecido por el acta firmada en la secretaria de Trabajo.
Desde la UTA, con la paciencia que los caracteriza, señalaron ante la consulta de El Observado, que por ahora no definieron qué hacer ante el posible incumplimiento, pero no descartan una medida de fuerza.