La tensión crece en la Cámara de Diputados de cara a los últimos 20 días del período de sesiones ordinarias. El gobierno, montado al exitismo del horizonte que asoma en el plano macroeconómico, va a todo o nada. En ese marco, desafía a la oposición y deja ver que si cambian la legislación de sobre los DNU o derogan el decreto que otorga absoluta libertad para canjear deuda no pondrá consideración el presupuesto 2025.
La batalla parlamentaría tendrá lugar este martes en la Cámara de Diputados. La oposición pidió una sesión especial con dos temas que ponen en guardia al oficialismo. En ese marco, tanto lejos como cerca de los micrófonos los libertarios comienzan a coquetear formalmente con la idea de transitar el 2025 con el presupuesto prorrogado.
Habrá negociaciones de última hora. Se esperará por la voz de Mauricio Macri. Pero por ahora nada hace pensar que la oposición pueda retroceder en un objetivo. Tampoco, por ahora, el oficialismo parece tener los votos para bloquear la avanzada opositora.
En ese marco, la respuesta libertaria al intento de la oposición de limitar sus facultades es ir por mayor discrecionalidad. Se sabe, que la prórroga del presupuesto acarrea impunidad tanto para llevar adelante gastos, como ajustes.
1707850426408.webp
Martín Menem
La amenaza de la discrecionalidad por ahora no parece torce la balanza. Por eso, el propio presidente de la Cámara baja, Martín Menem, se encargó de intentar tender puentes durante todo el fin de semana. Más allá de su actividad partidaria con Karina Milei en Chaco, el riojano estuvo atento al teléfono durante las últimas 48 horas.
El poroteo en Diputados
El trabajo a destajo de Menem tiene que ver con la posibilidad cierta de que el oficialismo vuelva a caer derrotado en Diputados. La cuenta más sencilla le da a la oposición las 129 voluntades necesarias para habilitar la sesión y alzarse con la victoria en las votaciones de cada uno de los temas. Pero el escenario podría ser peor. Desde la oposición aseguran que la cuenta de votos en contra del Gobierno podría ascender a 140. Una cifra para nada despreciable, pero lejos de los dos tercios que marcan el punto de no retorno en lo parlamentario.
Sin embargo, no todo está dicho. La apuesta del oficialismo por romper los acuerdos opositores está en marcha y eso puede hacer variar el número. Lo mismo sucede del otro lado, la definición de Mauricio Macri y el bloque PRO puede cambiar definitivamente la convivencia en el Congreso de cara al año electoral que comenzará en breve.
El Gobierno juega a romper, hace cuña en la interna de los propios bloques y reparte promesas a los gobernadores. El combo de la oferta y la demanda a cambio de votos, desde ya entra el presupuesto, pero las negociaciones van más allá.
Si el oficialismo logra su cometido, podrá esmerilar la mayoría opositora. En los pasillos del Congreso, los hombres que hacen cuentas, señalan que los libertarios podrían conseguir por lo menos una decena de deserciones si las negociaciones son efectivas. Así las cosas, el peso de Macri crece casi con la misma intensidad que la incertidumbre sobre el resultado de las votaciones sobre los dos temas que se pondrán a consideración este martes en el recinto de la Cámara baja.
La sesión está prevista para las 15, dos horas antes los bloques se reunirán en labor parlamentaria. Hasta esa hora, el gobierno tendrá abierto los teléfonos para negociar. La cuenta regresiva ya está en marcha.