Matías Alé compartió con Mariana Fabbiani en DDM el momento en que tocó fondo en su vida y cómo logró salir adelante. Tras sufrir un brote psicótico en noviembre de 2015, que lo llevó a agredir a su esposa y a su suegra, fue internado en el Sanatorio La Trinidad y luego trasladado a una clínica psiquiátrica por orden judicial. Su recuperación fue un proceso lento, pero con el apoyo incondicional de su madre, Elena, y su propia determinación, logró superar la adversidad.
Hoy, se muestra renovado y agradecido por haber atravesado esa experiencia. “Si no me hubiera ido a la banquina, hoy estaría peor. Creo que lo que me pasó a mi fue para evitar un mal peor”, destaca.
“El pasado 5 de noviembre mi mamá cumplió 70 años y ojalá le queden muchos años más por delante. Yo volví por ella. El día que mi vieja no esté, yo quiero que ella sepa que su hijo quedó de pie”, contó y expresó el deseo de contar su historia a través de una serie o docuserie: “Yo tengo una biografía muy interesante para hacer. Tengo ganas de hacer una serie, una docuserie. Y si lo hiciera, obviamente sería el protagonista, aunque no me gustaría... Porque me aburro de mí mismo, no me gusta verme. Pero creo que la protagonista de toda esta historia sería mi vieja, sin dudas”.
“Yo tengo 25 años de historias, de anécdotas... Nos podemos sentar a hablar tres horas, te cuento seis anécdotas y vos me vas a decir: ‘Mati, esto da para hacer una película’”, reveló. Aunque no busca centrar la trama en su enfermedad, considera que su historia única merece ser contada, “No es que quiera hacer una biopic de mi enfermedad, pero poca gente ha estado adentro de un neuropsiquiátrico y salió y está sentado así como estoy”.
“No sé si es el momento ahora, tal vez hay que esperar cinco años y tener más desarrollo de vida, pero por ahí estoy en un momento en que esto se puede empezar a escribir”, reflexionó. “Mi vida es una locura, me pasan cosas todos los días. Y si eso se puede plasmar, se puede hacer, se puede vender, sería buenísimo. Tengo testimonios de todo tipo, tengo testigos, material, fotos, viajes, ex novias famosas... Esto se puede capitalizar, tiene que aparecer alguien que diga: ‘¡Hagámoslo! y lo empezamos a hacer”.
“A veces me encuentro con cosas mías en Internet y yo no puedo creer las cosas que hice. Soy autorreferencial ahora porque me estás preguntando, pero no me gusta hablar de mi, me avergüenza”, admitió. “No me considero Guillote (Coppola) ni mucho menos, pero yo donde voy me dicen: ‘Contate algo’ y siempre tengo una anécdota a mano”, cuenta con respecto al potencial que podría tener una biopic suya. Si bien prefiere no dar nombres “para no involucrar a otras personas”, asegura que "a cualquiera del ambiente le podés preguntar por mi y te va a hablar bien. Nunca me peleé con nadie y si pasó, lo hablé y lo subsané".
¿Cuáles son las escenas clave en la vida de Matías Alé? Él elige tres. "La última vez que lo vi a mi papá, en el Paseo Alcorta, un 3 de enero de 1997, tres días antes de que se me muera", recuerda primero. Luego, agrega: "También, en ese mismo shopping, cuando tenía 19 años, yo estaba sin celular y hacía castings. Entonces, me paraba al lado de los teléfonos públicos, sin un peso, y esperaba que me llamaran los productores. Un día me llamaron para decirme: ‘Mati, hoy está el desfile de Jorge Ibañez, va a estar Graciela (Alfano), tenés que ir a verla’. Mis sueños antes de ser famoso eran conocer a Graciela Alfano y jugar un partido con Diego Maradona: con ella estuve de novio diez años y con Maradona fui amigo".
Y finalmente: "El último año nuevo, con mi vieja. Me planté y le dije: ‘Acá cambia mi vida’. Empezó el año de otra manera y acá estoy".