Hace un mes el oficialismo trabaja en silencio para llegar al recinto con los votos necesarios para cambiar la ley electoral
Victoria Villaruel, la presidenta del Senado, deberá convocar a la sesión para tratar la reforma electoral.
El oficialismo, pese a sus internas y divisiones, avanza en la construcción de una mayoría que le permita convertir en ley el proyecto de Boleta Única Papel que ya cuenta con media sanción en diputados.
Más allá de los argumentos que tienen que ver con el ahorro por parte del Estado a la hora de llevar adelante un proceso electoral y las mejoras que impondría el nuevo sistema respecto a la transparencia, hay una búsqueda política que tiene que ver con la posibilidad de debilitar al peronismo en la provincia de Buenos Aires.
Como cada provincia, la de Buenos Aires, tiene su ley electoral. Eso implica no sólo la posibilidad de definir el sistema de primarias, sino también el sistema de votación.
La postura del Gobierno de Axel Kicillof es clara respecto a darle continuidad al actual sistema electoral con la clásica boleta de papel divida en tramos. Así las cosas, y en caso que avance la modificación a nivel nacional, la provincia de Buenos Aires estaría obligada a desdoblar las elecciones o realizar elecciones concurrentes como ocurrió hace un año en la Ciudad de Buenos Aires.
En cualquiera de los casos, La Libertad Avanza, lograría su objetivo: evitar el efecto arrastre de la entre los cargos nacionales y los cargos provinciales. Algo que según los libertarios mejoraría las chances de cualquiera de los candidatos que no represente al peronismo.
Hay una regla no escrita en el Congreso que aún se respeta. No modifica la ley electoral en año electoral. Por eso el oficialismo trabaja contra reloj para llevar al recinto el proyecto de ley que reforma el sistema electoral e establece la Boleta Única Papel (BUP) como mecanismo de elección para los cargos nacionales.
En la Casa Rosada esperan que la nueva modalidad se pueda llevar a cabo en las elecciones del próximo. Para eso la norma tiene que terminar su recorrido legislativo antes de fin de año.
En su camino LLA encuentra dos obstáculos claros: la mayoría especial que se necesita para aprobar la reforma electoral y la posibilidad de que el texto sufra cambios y que sea Diputados la Cámara que defina la cuestión.
En la antesala del debate la posición de Unión por la Patria volvería a ser monolítica. Por lo que la norma contaría con 33 votos en contra. La cuesta es sencilla, en ese marco, el oficialismo deberá conseguir 37 votos de los 41 que quedan por definir. Ya que por tratarse de una norma electoral para poder modificarla se debe contar con la voluntad de la mitad más uno del total de los Senadores.
Por ahora los votos no están. Desde el bloque libertario aseguran que “tan sólo falta un voto”, pero lo cierto es que lo más cerca que para avanzar el oficialismo deberá conceder algunas modificaciones. Y en ese marco dejar que sea la Cámara de Diputados la que defina la suerte del proyecto.
Al cierre de esta nota, el oficialismo todavía esperaba poder convocar a sesión el próximo 7 de agosto. Ni los bloques dialoguistas, ni los opositores recibieron la convocatoria. Tampoco hubo sondeos informales para ponerle fecha al debate. Así las cosas, lo más probable es que la norma pueda llegar al recinto recién la el 14 de este mes.
