La CGT volverá a salir a la calle el próximo miércoles. La movilización se dará el marco del día del Trabajador, que se conmemora el 1 de mayo, pero tendrá como principal objetivo mostrar una vez más el descontento con el rumbo planteado por Javier Milei para la economía argentina en general y para los trabajadores en particular.
La movilización se dará en medio de la tensión creciente con algunos sindicatos por la falta de actualización de los salarios. Quizá el punto más álgido en ese terreno lo muestre la falta de acuerdo en las negociaciones paritarias que tienen como protagonista a la Unión Tranviaria Automotor (UTA).
Más allá de los conflictos puntuales de cada sindicato o de cada sector, la central obrera toma la movilización con el punto final de un plan de lucha que se inició el 24 de marzo y que contempló, con la del próximo miércoles, tres movilizaciones y un paro general.
La marcha del próximo miércoles no solo es convocada por la CGT. Las dos CTA y los movimientos sociales son parte activa de la organización de la movilización que se llevará a cabo desde las 14 y que recorrerá el bajo porteño desde la intersección de las avenidas 9 de julio e Independencia hasta el monumento al Trabajo sobre avenida Paseo Colón.
En ese marco, el consejo directivo de la CGT, que busca la compañía de gobernadores peronistas, hará una oración ecuménica en homenaje al papa Francisco, quien murió el pasado 21 de abril.
La central obrera, además, prepara un documento para volver a rechazar las políticas económicas del gobierno de Milei y, sobre todo, las reformas que el FMI le está reclamando, entre ellas la reformas laboral y previsional, además de profundizar aún más el ajuste.
En ese marco, desde la CGT invitaron a los jubilados, que todos los miércoles se movilizan frente al Congreso, a participar de la actividad.
Las dudas de la CGT
La marcha será masiva. Así lo pronostica la CGT. El Gobierno, que no abrió ningún canal de diálogo tras el último paro general, no cambiará de parecer luego de la marcha. Las cartas están jugadas. En ese sentido, los dirigentes sindicales tendrán que decidir qué rumbo tomar. La profundización del plan de lucha o una tregua en el marco del proceso electoral.
En consecuencia, la decisión aún no está clara. La conflictividad creciente en algunos sectores, sobre todo los vinculados a la industria, podría terminar de torcer la balanza hacia un nuevo paro general. Pero por ahora se trata solo de especulaciones avivadas por el sector más combativo de la central obrera.
