La reunión de mesa chica de la CGT que se llevó a cabo el martes en UPCN, con apenas un puñado de representantes sindicales, sirvió para que la cúpula sindical sellará la paz social para fin de año y descartar un paro general.
En ese marco, la CGT allana el camino para retomar las negociaciones con el Gobierno y avanzar con la reglamentación de la reforma laboral, en especial en el capítulo de los despidos por acciones gremiales.
Durante la reunión que se extendió durante casi tres horas, los gremios del transporte, alineados con Pablo Moyano, plantearon la necesidad de endurecer las medidas de fuerza durante la última parte del año, e incluso sobrevoló la posibilidad de realizar un nuevo paro general. Sin embargo, la postura no logró consenso. Los Gordos y los independientes impusieron su mirada y abrieron la puerta al dialogo con el Ejecutivo.
La reunión se dio dentro del marco de lo esperado. La postura más combativa fue presentada por Juan Carlos Schmid, histórico dirigente de Dragado y Balizamiento, que puso sobre la mesa la postura de Pablo Moyano.
Lo lógica expresada por Schmid, no estuvo lejos de lo que planteo Moyano, que no asistió al encuentro, en sus últimas declaraciones públicas. La idea central era endurecer la postura sindical frente a la crisis y convocar a un nuevo paro general durante el mes de diciembre.
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Pablo Moyano, referente de ala combativa de las CGT
La postura fue descartada de plano por los gremios dialoguista que mantuvieron su postura y su mirada estratégica que la central obrera tiene que mantener con el Gobierno.
De la cita participaron Héctor Daer (Sanidad), Andrés Rodríguez (PCN); Gerardo Martínez (UOCRA), Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Sergio Romero (UDA), Rodolfo Daer (Alimentación), Alejandro Amor (municipales porteños), Julio Piumato (judiciales), Jorge Sola (seguros), Cristian Jerónimo (vidrio) y Miguel Paniagua (espectáculo público).
Del encuentro no sólo no participó Pablo Moyano, sino que tampoco hubo representantes de la Corriente Federal de Trabajadores, cuya cara más visible suele ser el bancario Sergio Palazzo. Los dialoguistas, encabezados por Héctor Daer, no tuvieron problemas en imponer su mirada. El número los acompaña en todos los estamentos de la CGT. Pero además, contó con la ventaja de que el insipiente armado de Moyano, que tiene como pilar los gremios de transporte, empezó a crujir.
El portazo de Omar Maturano, secretario General de La Fraternidad, a la mesa gremial del sector dejó en claro que dentro del ala combativa también hay matices.
El mapa que se terminó de plasmar en la reunión de la mesa chica de la CGT, exhibe la cada vez más notable fractura de la central obrera.
Más allá de la decisión de la CGT, Moyano sigue adelante
Pablo Moyano, consciente de su debilidad puertas adentro de la CGT, horas antes del encuentro salió a marcar la cancha. “Se está hablando con las dos CTA, los movimientos sociales para que en diciembre haya una gran jornada de movilización o de paro general. Hay compañeros que quieren llevar adelante una nueva medida de fuerza”.
Lo cierto es que ante la decisión de la cúpula sindical, Moyano tiene dos opciones: aceptar la decisión de la central obrera o realizar una medida de fuerza sólo con los gremios combativos, las dos CTA y los movimientos sociales.