El presidente de Brasil Luiz Inacio Lula Da Silva consideró este miércoles que su par argentino Javier Milei debe “pedir disculpas” porque “dijo muchas tonterías”. “Él debe pedirle disculpas a Brasil y a mí”, sostuvo Lula. Rápidamente, el gobierno argentino respondió: “El Presidente no ha hecho nada de lo que tenga que arrepentirse”, afirmó el vocero presidencial Manuel Adorni, en la conferencia de prensa matutina en la Casa Rosada, en Buenos Aires.
Las declaraciones declaraciones de Lula hacían referencia a la falta de contacto que hubo entre los dos mandatarios durante la última reunión del G7, de la que ambos mandatarios sudamericanos participaron y se esperaba algún tipo de encuentro informal. Según el portavoz argentino, Milei se cruzó casualmente con su par brasileño durante la cumbre en Bari, Italia, y que se saludaron “cordialmente como corresponde a dos presidentes de dos naciones”.
Milei cumbre G7 italia
Javier Milei y Lula da Silva, en los extremos opuestos de la foto de familia de la última cumbre del G7, de la que ambos presidentes participaron como invitados
La versión de Lula, en una entrevista con el portal UOL, fue otra: “No conversé con el presidente de Argentina porque creo que él debe pedirle disculpas a Brasil y a mí. Dijo muchas tonterías. Sólo quiero que él pida disculpas. Yo quiero a Argentina, es un país que me gusta mucho, es un país muy importante para Brasil, y Brasil es muy importante para Argentina. No es un presidente de la República quien va a crear cizaña entre Brasil y Argentina”. “El pueblo brasileño y argentino es mayor que los presidentes. Ellos quieren vivir bien, quieren vivir en paz. Si el presidente de Argentina quiere gobernar Argentina está bien, que no intente gobernar el mundo”, agregó el brasileño.
Argentina y Brasil, socios en conflicto
Además de ser vecinos, la Argentina y Brasil son los dos socios principales del Mercosur, el bloque económico fundado en 1991 que agrupa además a Paraguay y Uruguay. E incluso antes, ambos países tiene un acuerdo de libre comercio administrado de la producción automotriz previo al Mercosur y que estará vigente hasta 2029.
Pero las relaciones entre ambas naciones atraviesan momentos de desencuentro: Lula da Silva no concurrió al acto de asunción de Milei, quien, como contrapartida, rompió la tradición de los presidentes argentinos de que su primer viaje al exterior sea a Brasil.
Ya desde la campaña, el libertario, de inocultable afinidad con Jair Bolsonaro, definió a su colega brasileño como un socialista, “un comunista” con el que no quería tener trato, y desde su llegada a la presidencia ha mantenido una relación distante, que sin embargo no fue un obstáculo para que Brasil auxiliara a la Argentina en mayo pasado, cuando una ola de frío se adelantó al invierno y un buque de GNL de Petrobras evitó el desabastecimiento de energía.
El mayor desacuerdo entre ambas administraciones gira en torno al caso de los seguidores de Jair Bolsonaro que fueron condenados por la Justicia brasileña por el asalto a la Plaza de los Tres Poderes de Brasilia el pasado 8 de enero de 2023, sobre algunos de los cuales pesan sentencias firmes, y se refugiaron en Argentina después de que Milei asumió la presidencia.
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A más de seis meses de haber asumido, el presidente argentino Javier Milei todavía no se reunió con el brasileño Lula Da Silva, presidente del principal socio comercial de la Argentina
En la entrevista publicada hoy, Lula dijo que su Gobierno trata “con mucha diplomacia” el caso. El mandatario brasileño explicó que existen informaciones de que sobre algunos de los fugados existen ya sentencias firmes y que su gobierno analiza si pedirá formalmente la extradición o exigirá que, “en caso de que no quieran venir, que vayan presos en Argentina”.
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Hasta el momento, Lula, una de las figuras más icónicas de la izquierda latinoamericana de principios de siglo XXI, no ha tenido ningún contacto con Milei. En abril, Diana Mondino visitó Brasilia por primera vez desde que está al mando de la Cancillería argentina y le entregó una carta a su par brasileño, Mauro Vieira, escrita por Milei y dirigida al presidente brasileño, pero no trascendió su contenido.
Durante esa visita de Mondino, según la información oficial, ambos cancilleres conversaron sobre "infraestructura fronteriza, cooperación energética y de defensa, Hidrovía Paraguay-Paraná e integración”. Pero además, en el contexto del enfrentamiento que por esos días tenía el magnate sudafricano Elon Musk con el sistema judicial brasileño por órdenes de bloqueos en su red social X, la canciller aseguró que "el gobierno argentino jamás va a intervenir en los procesos democráticos o en los procesos judiciales de cada país. Confiamos en la justicia de cada país. Nosotros defendemos la libertad de expresión en todos los sentidos". Curiosamente o no, la declaración de Mondino tiene resonancias en el caso de los militantes bolsonaristas.
La canciller argentina Diana Mondino con su par brasileño Mauro Vieira en abril pasado
Fue justamente Mondino quien, un mes después de su visita a Brasilia, logró destrabar la descarga del buque de gas licuado contratado con Petrobras, frenado por una deuda de Enarsa. Lejos de “cobrarse” los destratos del presidente libertario, la burocracia del Partido dos Trabalhadores (PT) colaboró para evitar un colapso energético en Argentina.
En los próximos días, ambos presidentes volverán a encontrarse cara a cara: será el próximo 8 de julio en Asunción, la capital paraguaya, en el marco de la cumbre semestral del Mercosur, a la cual Lula ya confirmó su asistencia, al igual que lo hizo el vocero Adorni respecto del primer mandatario argentino.