6 de marzo 2025 - 13:36hs

El 22 de febrero, un hombre de 31 años murió después de ser reducido, atado y agredido por un grupo de vecinos en Olivera, una localidad del partido de Luján, en Buenos Aires. La víctima, identificada como Jeremías Sosa, fue confundida con un ladrón que había robado en varias viviendas, según informaron fuentes policiales.

La autopsia reveló que sufrió un shock neurogénico y un politraumatismo severo en la cabeza. La causa, que en un principio se estaba investigando como homicidio en riña, fue reclasificada como homicidio con alevosía por María Laura Cordiviola, titular de la Unidad Funcional de Instrucción Nº10 del Departamento Judicial de Mercedes, quien ya interrogó a los tres detenidos. Según fuentes cercanas al caso, solo uno de los sospechosos decidió declarar, afirmando su inocencia.

De este modo, la Justicia considera que Sosa fue asesinado con la certeza de que no podía defenderse del ataque y que no representaba una amenaza para sus agresores. Las indagaciones apuntan a que múltiples personas participaron en su golpiza mortal. Se estima que el grupo estaba formado por al menos siete atacantes.

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Carolina Sotelo, la esposa de Jeremías, conversó con radio Mitre y reveló que su pareja solía experimentar ataques de pánico, lo cual se presume que sucedió el día del trágico incidente. “Ese sábado trabajó hasta el mediodía y fue a la casa de su hermana a visitarla. En horas de la tarde, la hermana fue a comprar a Luján y cuando volvió y ya lo vio como nervioso, estaba transpirando, le dijo a ella que se sentía mal y como que le faltaba el aire”, narró Carolina.

En ese contexto, la hermana aconsejó a Jeremías que se duchara y saliera a tomar un poco de aire. Mientras tanto, él parecía “más nervioso, como ofuscado”, según lo que Carolina escuchó del relato de su familiar.

Jeremías siguió el consejo de su hermana: se duchó y salió a la vereda. Sin embargo, en el momento en que intentaba calmarse, una moto pasó a gran velocidad, haciendo ruido con su escape y con niños gritando. “Él se asustó y salió corriendo. La hermana con el papá salieron a buscarlo porque las veces que le pasó solía ir a lugares donde no había gente. Entonces ella fue a buscarlo por casas en las que no había mucha gente, una en construcción, pero no lo encontró”, relató Carolina.

Mientras buscaban a Jeremías, su hermana escuchó en un grupo de vecinos que habían reportado la detención de “una persona que estaba intentando robar”. Al oír esto, rápidamente pensó que podría tratarse de su hermano.

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“Ella sabía que no estaba intentando robar, pero supuso que los vecinos pensaron eso y lo agarraron. Pero jamás se imaginó que podrían haber hecho lo que hicieron”, manifestó Carolina durante la entrevista. A medida que se discutían las diferentes versiones sobre el número de agresores involucrados en el ataque, enfatizó: “Eran alrededor de 10 personas y lo mataron a golpes”.

Jeremías, un albañil con más de diez años de experiencia, había trabajado en diversos lugares de la provincia de Buenos Aires. Ejecutaba proyectos durante dos o tres meses, luego regresaba a su tierra natal en Misiones para visitar a su familia, y posteriormente volvía al territorio bonaerense para continuar con sus labores. Padre de dos hijos, un niño de tres años y una adolescente a punto de cumplir quince, su meta era juntar el dinero necesario para celebrar el cumpleaños de su hija mayor. Sin embargo, un grupo de personas violentas interrumpió su camino y truncó su sueño.

Con el corazón destrozado, la esposa de Jeremías no puede comprender cómo su marido pudo ser objeto de una golpiza tan brutal. “Me levanto a las mañanas y todavía creo que voy a recibir su mensaje, porque él todos los días me mandaba un mensaje en el que me decía ‘buenos días mi amor’, me mandaba una foto de la obra, que estaba arrancando su mate para empezar a trabajar”, compartió Carolina y con un dolor inmenso, finalizó: “Lo único que pedimos es Justicia”.

El estado de la investigación

Después de las tareas establecidas por la fiscal Cordiviola y gracias a los testimonios recopilados, los investigadores pudieron identificar a varios de los implicados en la agresión a Jeremías. Así fue como, en la madrugada del domingo siguiente al ataque, la policía detuvo a dos sospechosos, de 25 y 49 años, ambos originarios de Olivera.

Los acusados se presentaron ante la fiscal Cordiviola, quien, en un primer momento, les formuló cargos por el delito de "Homicidio en agresión".

Por su parte, durante la tarde, se llevaron a cabo allanamientos en cuatro viviendas de la localidad de Olivera, donde podrían habitar al menos cinco individuos sospechosos de haber participado en el ataque.

En el transcurso de los operativos, se incautaron prendas de vestir y otros objetos de interés para la investigación en dos de las viviendas, y se procedió a la detención de un tercer sospechoso. Este imputado, un hombre de 23 años, fue interrogado por la fiscal Cordiviola el 26 de febrero, donde expresó su inocencia.

A raíz de los progresos en la investigación, el delito fue reclasificado como "Homicidio con alevosía". Por otro lado, fuentes cercanas al caso informaron a este medio que actualmente hay un prófugo con orden de captura.

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