Donald Trump nominó a Ronald Johnson como embajador de Estados Unidos en México, un puesto crucial para combatir la inmigración ilegal y el tráfico de fentanilo, dos de sus prioridades. Ese es el principal mensaje que da el presidente electo con su designación.
El enviado de Trump a México es un halcón experto en seguridad e inteligencia militar. La elección de Johnson pone en el centro de la relación bilateral a la crisis migratoria y el tráfico de fentanilo. ¿Y el vínculo comercial? Si bien la retórica trumpista se basó en los problemas derivados de los más de 3.000 kilómetros de (porosa) frontera compartida, la relación comercial entre ambos países es clave. Durante la administración de Joe Biden, México desplazó a China como principal socio comercial de EEUU.
Al optar por Johnson, Trump comunica que es él será quien marque la agenda respecto a lo comercial y arancelario en el trato con el México de Claudia Sheinbaum. La presidenta sabía que era muy probable un triunfo de Trump, pero tanto a ella como a su partido Morena los sorprendió la magnitud de la victoria, que le garantizó al republicano mayorías en ambas cámaras y mucho margen de acción. Sheinbaum hubiera preferido un presidente del país vecino más contenido. Ella, en cambio, viene de lograr un triunfo arrollador. La primera presidenta mexicana de la historia consiguió el control de ambas cámaras, en un dominio que algunos comparan con la vieja hegemonía del PRI.
Un Trump limitado frente a un gobierno de Morena poderoso a nivel doméstico era, dentro de los posibles, el escenario deseable para Sheinbaum.
"Al hacer el anuncio de la designación de Ron Johnson, Trump resaltó su trayectoria en las fuerzas armadas y en la CIA e identificó como parte de sus logros en su más reciente gestión diplomática en El Salvador la reducción de la delincuencia y la migración", señala ante El Observador USA el diplomático mexicano Víctor Arriaga.
Académico y editor de la publicación Expediente COMEXI, Arriaga agrega: "Más relevante aún, Trump señaló como prioridad en la relación con México poner un alto a los delitos cometidos por los migrantes y al flujo de fentanilo y otras drogas. Llama la atención que en su mensaje no haya incluido el tema comercial".
Para muchos especialistas, una mayor exigencia de Trump a Sheinbaum podría representar una "oportunidad", porque "efectivamente México tiene que poner en orden el tema migratorio y el tema de los carteles", explicó una analista mexicana a este medio, que habló de un posible intento del republicano de que la mandataria mexicana actúe más "a lo Bukele". De todas formas, al presentar en octubre, poco después de asumir, su plan de seguridad, Sheinbaum había asegurado que no quiere enfocarse en "una guerra contra el narcotráfico", sino en "atender las causas de la violencia".
¿Trump y Johnson "bukelizarán" a Sheinbaum? ¿La forzarán a que adopte un estilo de mano dura sin miramientos hacia los derechos humanos en México? Está por verse.
El pasado de Johnson en la CIA y como embajador en El Salvador
"¡Enhorabuena Ron! Juntos, pondremos fin a los delitos cometidos por migrantes, detendremos el flujo ilegal de fentanilo y otras drogas peligrosas hacia nuestro país y ¡HAREMOS QUE ESTADOS UNIDOS SEA SEGURO OTRA VEZ!", escribió el republicano en su red Truth Social, utilizando mayúsculas.
Johnson hizo carrera en el ejército y trabajó en la Agencia Central de Inteligencia (CIA) antes de ser embajador en El Salvador durante el primer mandato de Trump. "Trabajó incansablemente con las autoridades salvadoreñas y nuestro equipo para reducir los delitos violentos y la migración ilegal a los niveles más bajos de la historia", asegura el magnate.
Ahora trabajará en estrecha colaboración con Marco Rubio, elegido jefe de la diplomacia, "para promover la seguridad y la prosperidad de nuestra nación a través de políticas exteriores sólidas que prioricen a Estados Unidos", agrega.
Ambas nominaciones están pendientes de confirmación en el Senado después que Trump asuma el 20 de enero.
La amenaza de los aranceles
Trump acusa a los principales socios comerciales de Estados Unidos, Canadá y México, de no hacer lo suficiente para detener el flujo de migrantes sin visa y el tráfico de drogas por las fronteras, y ha amenazado con imponer aranceles del 25% a las importaciones de estos países.
Y eso a pesar de que ambos forman parte de un acuerdo trilateral de libre comercio con Estados Unidos, el T-MEC.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, le contestó por carta. "Presidente Trump, no es con amenazas ni con aranceles como se va a detener el fenómeno migratorio, ni el consumo de drogas en Estados Unidos", escribió hace 15 días.
Ambos mantuvieron al menos una conversación telefónica, según él "maravillosa", lo que no ha impedido que el republicano siga considerando al vecino del sur como una carga.
"¿Por qué estamos subvencionando a estos países?", dijo Trump en una entrevista televisada que se emitió el domingo, refiriéndose a México y Canadá. "Si vamos a subvencionarlos, que se conviertan en un estado" de Estados Unidos, declaró a la NBC.
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AFP
El punto positivo de la designación para Sheinbaum
Si bien es un halcón, Ronald Johnson mantiene una posición contraria al uso del Ejército para el combate al crimen organizado.
El injerencismo directo es una postura que creció durante los últimos meses en los sectores más duros del Partido Republicano. Johnson disiente. Y eso podría representar un punto positivo para el gobierno de Claudia Sheinbaum, ya que lograría reducir las tensiones y generar un vínculo bilateral para luchar contra el narcotráfico.
La designación también puede generar alivio para Sheinbaum en otro sentido. Durante semanas circularon rumores en México de que Trump nominaría a la ex presentadora de noticias y candidata al Senado de Arizona, Kari Lake. Johnson tiene experiencia diplomática y de gestión, además de contactos fluidos con Marco Rubio y el sector de los aliados del futuro secretario de Estado en Florida.
El perfil de Johnson refuerza el mensaje que Trump había dado con Rubio hacia América Latina. La postulación del cubano-americano Rubio como secretario de Estado y del ex embajador en México Christopher Landau como su segundo encierran una promesa. ¿Cuál? Que la administración Trump prestará más atención a su "patio trasero", en el contexto de la rivalidad con China. El republicano no quiere regalarle la región a China, que en los últimos 20 años creció en América Latina a caballo de su política de inversiones ventajosas y comercio de materias primas.
Los enviados estadounidenses a Ciudad de México en el pasado tuvieron perfiles mixtos. El embajador de salida Ken Salazar se volvió casi un "cuate" de Andrés Manuel López Obrador. Esa cercanía le generó algunas críticas. El funcionario que usa sombrero cowboy fue atacado por ser demasiado indulgente ante el gobierno de AMLO. El enviado de la administración Reagan, John Gavin, ocupó la posición opuesta. Presionó al máximo en cuestiones de delincuencia y tráfico de drogas.