¿Por qué es importante fomentar la lectura en la primera infancia?
Leer para un niño estimula su desarrollo intelectual y creativo, y despierta su imaginación
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20 de julio de 2017 a las 14:58
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Acompañar a los niños en su crecimiento implica brindarles herramientas que ellos puedan seguir manejando a medida que crecen. Eso sucede, por ejemplo, con los libros; cuando un adulto le lee a un niño le abre las puertas a un mundo que van descubriendo juntos.
Relatar historias es algo frecuente, desde lo que hicimos hoy hasta anécdotas de nuestras propias vidas. "Los beneficios de la lectura compartida son muchos y de muy bajo costo", señaló Niré Collazo, narradora oral y directora de la escuela de cuentacuentos del Teatro Solís.
Para Itaú, narrarles cuentos a los niños tiene múltiples beneficios, porque enseñan con mucho más que palabras, facilitan el aprendizaje, ayudan a entender el mundo, fortalecen los vínculos y estimulan la creatividad.
Por ello, Itaú trajo a Uruguay el programa "Lee para un niño" -surgido en Brasil en 2012- que promueve la lectura a niños. A través de un sitio web, se puede acceder a distintos libros interactivos online, en www.leeparaunnino.com, con ilustraciones y moralejas, que componen la colección del programa.
Desde clásicos como Caperucita roja, Los tres cerditos, El gato con botas o El príncipe rana, hasta títulos más originales como El elefante generoso, El lagarto rojo, Los patines mágicos, El tren del bosque, Partido de Caballeros y La paloma indecisa; están disponibles para leer online o descargar en PDF.
Más que palabras
Entre los 0 y 5 años, los niños viven una etapa clave en su formación intelectual y emocional. A esa edad la lectura de historias ayuda a desarrollar su capacidad de razonamiento, a enriquecer su lenguaje, a adquirir nuevos conocimientos y a formar su personalidad.
"A los niños se les puede empezar a leer desde que son muy chiquitos. No es necesario que sepan hablar para hacerles o leerles cuentos. Podemos mirar juntos las ilustraciones, ir diciendo los nombres de los que vemos o dejarlos explorar el objeto 'libro'", explicó la psicoterapeuta infantil Natalia Trenchi.
A esto, Collazo le añadió: "En los primeros años lo que más interesa es la lectura como encuentro con el otro desde lo sensible, emotivo y vivencial.".
El psicólogo Alejandro De Barbieri, por su parte, fue por el lado de la estimulación al lenguaje e indicó: "Con los niños que todavía no saben leer ni escribir hay que ir generando la aptitud para la palabra, para el vocabulario, más allá de estimular la imaginación".
Aprender y entender el mundo
La curiosidad es una característica de los más chicos y leerles es una de las mejores formas de despertar aún más su interés, imaginación y ganas de aprender. Padres, hermanos, tíos, abuelos y todos los adultos que compartan tiempo con niños pueden colaborar con su desarrollo.
"Si un papá se acuesta y le lee un cuento a un niño de dos o tres años, le está enseñando a calmar el cerebro, está moldeando un sistema nervioso central que a los 4 años tiene que lograr la autorregulación emocional. Y eso se puede hacer con un cuento porque logro paz, tranquilidad y que el niño aprenda a dormirse solo", explicó De Barbieri.
Además, como cada historia contiene algo de realidad y algo de fantasía, el momento de la lectura con los niños es una oportunidad para hablar sobre el mundo que los rodea e imaginar juntos uno mejor, abriendo la puerta a la sensibilidad y a estimular la creatividad.
Niré Collazo habló sobre la constancia para enseñar a un niño a fomentar el hábito de la lectura y agregó: "La lectura introduce costumbres, animales, paisajes de otros países y aunque el niño no haya viajado sabe que el oso polar no vive en Uruguay."
Fortalecen los vínculos
Los personajes y las situaciones de los cuentos contribuyen a que los niños se sientan identificados y aprendan a resolver diferentes conflictos del día a día. Cuando un adulto lee para un niño se fortalece la confianza entre ellos y se establecen vínculos que duran para siempre.
La lectura genera un clima favorable a la interacción con el niño. "El mayor vínculo es el afectivo, el encuentro con el otro, esa ida y vuelta retro alimentándose fortalece vínculos imborrables a futuro, sin importar la edad del escucha", dijo Collazo.
Trenchi opinó que el adulto debe acompañar al niño "en la exploración de los colores, los sonidos, la vida de las hormigas o el brote de las tomateras. Si en ese clima de sensibilidad general y de amor por la vida y valoración de lo estético y ético se vuelven lectores, buenísimo". Y añadió: "Todo lo importante se aprende compartiendo".
De Barbieri acotó: "Para los vínculos tener un espacio de lectura es fundamental, sino te vas quedando con poco vocabulario para crecer vos como persona".
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