¿Todos vegetarianos dentro de 40 años?

Un posible mundo sin asados dentro de algunas décadas

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07 de septiembre de 2012 a las 00:00

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Según el Stockholm International Water Institute a mediados de este siglo, cuando la población de nuestro planeta haya aumentado en otros dos mil millones y pase a ser de más de nueve mil millones, quienes vivan entonces se verán obligados a prescindir de asados, churrascos y similares y tendrán que resignarse a ser casi rigurosamente vegetarianos, prácticamente veganos. O sea que, de confirmarse este pronóstico, para los carnívoros uruguayos, que tienen (tenemos) el récord mundial de consumo de carne vacuna, el impacto en sus costumbres alimentarias será enorme.

Un informe del profesor Malik Falkenmark y de sus colegas de ese instituto científico sueco, a presentarse en estos días en la Conferencia Mundial sobre el Agua a celebrarse en Estocolmo, señala que por el 2050, de no cambiar los hábitos alimentarios actuales, no habrá suficientes alimentos para la población mundial.

Los científicos suecos afirman en su estudio –publicado por el diario londinense Guardian- que los actuales métodos de producción de alimentos están provocando una creciente escasez de agua dulce, fundamental para la agricultura, y en pocas decenas de años se puede producir una catastrófica carencia alimentaria para la gran mayoría de los seres humanos. Por otra parte, de acuerdo con cifras de la ONU, actualmente ya hay 900 millones de personas que padecen hambre y dos mil millones que pueden considerarse desnutridos.

Hoy en día, a escala mundial el 20% de las proteínas necesarias para una alimentación adecuada proviene de productos de origen animal, ya sea carnes o lácticos, pero este porcentaje deberá bajar a un 5% o menos -según el instituto de Estocolmo- para el 2050 si se quieren evitar hambrunas o conflictos causados por la escasez de alimentos.

El problema básico –señala el estudio- está en el uso del agua dulce en la producción agrícola actual. En muchas regiones del planeta ya escasea el agua y se le considera un bien más precioso que el petróleo e imprescindible para la supervivencia de nuestra especie. Dentro de 40 años, el agua a disposición seguramente no alcanzará para producir los alimentos necesarios, anticipan los científicos suecos.

Sucede que el alimento obtenido de los animales requiere un consumo de agua (sobre todo para producir el forraje utilizado en la cría de ganado) de cinco a diez veces mayor que el que haría falta a fin de producir vegetales sólo para consumo humano. Por lo tanto, un cambio en la dieta no sólo permitiría consumir menos agua sino también disponer de más tierras para cultivos de vegetales de uso humano. Actualmente, un tercio de las tierras arables del planeta se destinan a cultivos y cosechas con destino a la alimentación de animales de cría. Si se comieran menos carnes, sobre todo bovinas, se ahorraría agua y habría más tierras para uso agrícola y la producción de alimentos para la especie humana. Amén de los beneficios para el clima resultantes de la reducción de la producción de gases invernadero atribuida al ganado vacuno…

O sea que, según los científicos suecos, para que en el 2050 haya suficientes alimentos vegetales para todos los habitantes del planeta, se deberá renunciar casi por completo al consumo de carnes y lácticos. Aunque Uruguay tenga –hasta ahora- una serie de ventajas por poseer amplias zonas de pasturas naturales y buenas reservas hídricas (un tesoro), evidentemente su modelo de producción agropecuaria y sus preferencias gastronómicas deberán cambiar ampliamente si, como temen el profesor Falkenmark y sus colegas, se produce la escasez de agua y alimentos de aquí a 40 años. Para empezar habrá que renunciar al “feed lot” que ahora está poniéndose de moda en el campo uruguayo y que contradice el eslogan de “Uruguay Natural”.

Y no poder comer un jugoso churrasco o disfrutar de un tradicional asado será para los uruguayos del 2050 un golpe muy fuerte.

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