Alimentación durante la lactancia

Los alimentos aportan nutrientes no sólo para la mamá sino también para el bebé, por eso es importante cuidarlos

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26 de febrero de 2018 a las 05:00

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Muchas mujeres se preguntan si deben seguir una dieta especial mientras amamantan a sus bebés. No es necesario hacer un cambio radical en el menú, pero sí es importante que tengan en cuenta lo siguiente.

No se recomienda hacer dietas estrictas durante el periodo de lactancia, ya que puede verse afectada la calidad de la leche materna. Esto se debe a que algunos tipos de ácidos grasos y vitaminas dejan son necesarios para el crecimiento y desarrollo del bebé.

En algunos casos, la madre siente más hambre de lo normal durante esta etapa, debido a que el cuerpo está trabajando laboriosamente para producir leche para el bebé. En estos casos, es recomendable que coman en menor cantidad pero con más frecuencia, más que nada con colaciones saludables. Esto ayudará a mantener los niveles de energía y a calmar los ataques de hambre que puedan surgir.

Dieta equilibrada

La variedad y el equilibrio son factores claves para una dieta saludable. El menú debe contar con una mezcla de carbohidratos, proteínas y grasas en las comidas. De esta forma, la mamá se sentirá satisfecha por más tiempo y proveerá de los nutrientes necesarios que su cuerpo necesita. Por ejemplo, los granos, los cereales integrales, las frutas y los vegetales frescos no solo son más nutritivos que los alimentos procesados, sino que también son importantes fuentes de energía.

Es bueno recordar que la vitamina C, presente en muchas frutas y hortalizas, favorece la absorción del hierro. Por otra parte, se recomienda consumir una variedad de fuentes de proteínas durante la lactancia, incluyendo particularmente pescado, por su aporte de Omega-3. Sin embargo, hay que evitar los que tengan altos niveles de mercurio como tiburón, pez espada, blanquillo y atún enlatado blanco.

Mucha agua y poca cafeína

Cuando se amamanta, el cuerpo necesita alrededor de 16 tazas de líquidos (esto incluye el líquido que se encuentra en las comidas, como en sopas o frutas y vegetales). No es necesario llevar un control estricto de la cantidad de líquidos que se consumen al día.

Es un mito que tomar mucha agua mejora o aumenta la producción de leche. Por lo que una buena regla general suele ser beber siempre que se tenga sed. Si la orina es de color claro es señal de que hay una correcta hidratación.

Es aconsejable limitar el consumo de té o café a no más de una taza (250ml) en forma diaria, ya que la cafeína pasa a la leche y puede afectar el sistema nervioso del bebé.

Si ya se recibían vitaminas prenatales se pueden continuar durante la lactancia, por lo menos los primeros meses. Aunque por mayor seguridad se recomienda consultar con el médico durante la visita posparto. Los suplementos vitamínicos no sustituyen a una dieta equilibrada y saludable, pero brindan una protección adicional.

Calcio

Las vitaminas prenatales y multivitamínicos contienen pequeñas cantidades de calcio. Sin embargo, se necesitará tomar un suplemento de calcio si no se consumen por lo menos tres porciones de alimentos ricos en calcio (como leche y otros productos lácteos, pescado en lata, o alimentos que estén fortificados con calcio como cereales, jugos, panes, soya).


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