Atrapado en una luna

Taylor es un astronauta casi sin comida, sin agua y sin compañía y que solo puede comunicarse con una persona: usted

Tiempo de lectura: -'

16 de agosto de 2015 a las 05:00

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Lifeline-2.jpg
"¿Con quién te estás mandando mensajes?", me preguntó mi esposo un tanto celoso. "Con un astronauta", le respondí. No era una exageración. Esa es la idea detrás de Lifeline, un juego en el que se intercambian mensajes de texto con Taylor, un sobreviviente de un accidente en una luna desconocida. Casi sin comida, sin agua y sin compañía, la única persona con la que puede hablar es: usted.

Ante la desesperación, Taylor pide consejos: ¿entierra o no a sus compañeros?, ¿acampa en los restos de la nave o duerme junto a una fuente de calor que emite radiación potencialmente letal? ¿O se aventura a una montaña? Cada respuesta lo mantendrá con vida o lo matará. Al principio, Taylor es un poco sarcástico, pero a medida que avanza el juego, se vuelve cada vez más humano. Taylor tiene miedo.


Lifeline, un juego para iOS y Android, no tiene gráficos. Solo son mensajes entre dos desconocidos que se envían en tiempo real. Si Taylor dice que tardará una hora en cruzar un cráter, recién a la hora avisará si pudo hacerlo. La narración llega a un punto de tensión en el que se espera la notificación para saber que está a salvo. Lamentablemente, Taylor se me ha muerto varias veces. "Tengo que ser honesto. Estoy muy nervioso por esto. Supongo que no lo sabré hasta que me despierto por la mañana", me escribió Taylor una vez, sin saber que era la despedida.

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.