Bolsonaro festeja el bicentenario de la independencia con desfile militar y manifestaciones proselitistas

La celebración, de marcado tono oficialista y con la presencia de altos jefes militares, acentúan los temores de que el presidente vuelva a plantear un desafío al orden democrático en caso de no ser reelecto el próximo 2 de octubre.

Centenares de ómnibus financiados por empresarios ruralistas de Minas Gerais, Goiás, Mato Grosso y la región amazónica comenzaron a llegar ayer a Brasilia.

Pero a diferencia del año pasado, cuando avanzaron hacia la Plaza de los Tres Poderes donde el Supremo Tribunal Federal, en desafío al poder judicial tras la liberación de Lula, este año debieron aguardar en las inmediaciones por las medidas de seguridad.

El gobierno del Distrito Federal impidió a los camiones de ruralistas acceder a la Explanada de los Ministerios, donde se hará el desfile oficial de las Fuerzas Armadas.

La capital administrativa del país se encuentra virtualmente paralizada desde comienzos de semana por este motivo.

A diferencia de otros países que festejaron el bicentenario con grandes festejos públicos e invitados extranjeros, en Brasil los únicos protagonistas de la celebración oficial serán Bolsonaro, las fuerzas armadas y los aliados del gobierno.

Por la tarde, en cambio, están convocadas grandes marchas de sus partidarios en Copacabana, en Rio de Janeiro, y en Sao Paulo concebidas como actos de campaña más que festejos patrios.

"Será un movimiento nunca visto en la historia de Brasil", pronosticó hoy Bolsonaro al hablar con la radio de ultraderecha Jovem Pan.

Atacó a jueces de la Corte Suprema al afirmar quie lo persiguen y trabajan para el candidato del PT, el dos veces ex presidente Lula da Silva, que según todos los sondeos es el favorito para las elecciones de comienzos de octubre.

En este marco, el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente, convocó por las redes sociales a "voluntarios" de los clubes de tiro a sumarse a la campaña en defensa del mandatario, quien repitió que "un pueblo que no está armado será esclavizado".

Para incentivar un clima patriótico que supone que lo favorece, Bolsonaro hizo traer desde Oporto, Portugal, el corazón en formol de Dom Pedro I, el emperador que declaró la independencia brasileña de la casa real portuguesa el 7 de septiembre de 1822.

Los únicos invitados extranjeros son los gobernantes de los países de habla portuguesa: Portugal, Cabo Verde, Guinea Bissau, Angola, Mozambique y el secretario general de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa.

La convocatoria a sus seguidores se realizó a través de redes sociales, a los que llamó a lucir colores verde y amarillo, un distintivo del símbolo patrio.

Para evitar confrontaciones, la oposición prepara un acto el sábado y exhortó a evitar enfrentamientos callejeros que puedan incidir en el clima electoral.

"Tenemos un candidato usurpando el 7 de septiembre para hacer algo personal. Trata el Día de la Independencia como si fuera algo suyo, cuando es la fiesta de 215 millones de brasileños", dijo Lula durante la reunión del consejo político de su campaña.

"Él pudo tener la grandeza de convocar al pueblo pero no, quiso que sea de él. Es triste, pero es así. Dice que las Fuerzas Armadas son de él, ahora dice que la fiesta de la independencia es de él", añadió.

Las últimas encuestas ubican a Lula 13 puntos porcentuales por arriba del presidente ultraderechista, y aun con chances de ganar en primera vuelta. mientras el expresidente Lula se encuentra a 13 puntos en las encuestas por encima de Bolsonaro y tiene chances de ganar sin necesidad de balotaje.

Los festejos por la independencia son diferentes según la región del país. En Bahía, la independencia está vinculada a la victoria militar contra los portugueses el 2 de julio de 1823.