Brexit y la renuncia de Theresa May: cómo Europa se convirtió en la tumba de los últimos primeros ministros conservadores de Reino Unido
Tiempo de lectura: -'
25 de mayo de 2019 a las 02:11
Te quedan {{observador.articlesLeft}} notas gratuitas.
Accedé ilimitado desde US$ 3 45 / mes
La salida de Reino Unido de la Unión Europea, el Brexit, ha demostrado ser tan complicada que en realidad hasta ahora la única salida que se ha producido es la de sus gobernantes.
Si en junio de 2016 fue David Cameron quien renunció como primer ministro un día después de que los ciudadanos votaran a favor de iniciar el proceso de ruptura entre Londres y Bruselas, este viernes fue su sucesora, Theresa May, quien anunció su próxima dimisión.
En una alocución en la que terminó visiblemente emocionada, May comunicó que a partir del 7 de junio dejará de ser líder del Partido Conservador y permanecerá como primera ministra interina hasta que su formación elija a su reemplazo.
- La primera ministra de Reino Unido Theresa May anuncia que dimitirá el próximo 7 de junio
- Qué es el Brexit y otras preguntas básicas para entender la salida de Reino Unido de la Unión Europea
Según informó el partido en un comunicado, se espera que para finales de julio haya nuevo o nueva residente en el número 10 de Downing Street en Londres, sede oficial del gobierno británico.
En el mismo texto, los parlamentarios elogiaron a May por su "dedicación, valentía y tenacidad".
Horas antes, al anunciar su decisión de dar un paso al costado, May expresó su "profundo pesar" por no haber podido cumplir su promesa de ejecutar el Brexit.
Quizá le sirva de consuelo pensar que no es la primera líder del Partido Conservador cuyo mandato se ahoga en las aguas europeas.
El autogolpe de Cameron
Cameron llegó triunfante al gobierno de Reino Unido en 2010.
Aunque no consiguió mayoría absoluta, su victoria le permitió pactar con los liberal-demócratas y hacer regresar al poder al Partido Conservador después de 13 años de gobiernos laboristas (Tony Blair 1997-2007 y Gordon Brown 2007-2010).
En sus primeros años de gobierno, Cameron vio cómo su popularidad bajaba en los sondeos de opinión, al tiempo que Nigel Farage y su partido de derecha y antieuropeo, UKIP, gozaban cada vez de más apoyos.
Farage supo capitalizar el ambiente de frustración y decepción en el Reino Unido de la postcrisis financiera y la austeridad.
En este contexto, Cameron hizo un anuncio que terminó por convertirse en su sentencia.
De cara a la reelección y preocupado por la posibilidad de que Farage lo superara por la derecha, Cameron prometió que convocaría un referéndum sobre la salida de Reino Unido de la UE.
Fue una táctica exitosa, al menos a corto plazo: Cameron ganó las elecciones de 2015 con mayoría absoluta, la primera para los conservadores desde 1992.
El problema es que, al gobernar en solitario, no podía eludir su compromiso del referéndum, ya que no le podía achacar a ningún socio de coalición la imposibilidad de celebrar la consulta.
Mirando hacia atrás, algunos analistas apuntan que allá en 2015 y 2016 a los británicos no les importaba demasiado el tema europeo y que quizá a Cameron se le podía haber "olvidado" su promesa.
Pero no la olvidó. Probablemente pensó que los ciudadanos respaldarían su postura a favor de la permanencia del país en el bloque europeo.
Cameron no supo leer el estado de ánimo colectivo y sufrió una dura derrota: perdió el referéndum, el liderazgo de su partido y el cargo de primer ministro.
El "Brexit" de John Major
Salvando las distancias por tratarse de épocas distintas, el caso de las dificultades de May con Europa recuerda a los quebraderos de cabeza europeos que tuvo el también conservador John Major durante su gobierno (1990-1997).
El más grande de esos problemas tuvo nombre propio: Tratado de Maastricht, uno de los tratados fundacionales de la actual UE y en el que los líderes europeos acordaron reforzar la integración del bloque, lo que fue fuertemente rechazado por los euroescépticos.
El acuerdo, firmado en la ciudad holandesa de Maastricht en febrero de 1992 y en vigor desde noviembre de 1993, fue objeto de airados debates en el Parlamento británico pese a que incluía una serie de exclusiones voluntarias para Reino Unido.
La más valiosa era su derecho a mantener la libra esterlina como moneda en lugar de adoptar el euro.
Major sufrió para ganar la votación en el Parlamento. Los laboristas apoyaban el tratado, pero tácticamente se opusieron a ciertas provisiones para explotar las divisiones en el gobierno conservador.
El 22 de julio de 1993, varios parlamentarios conservadores, conocidos como "los Rebeldes de Maastricht", votaron contra el Tratado y el gobierno fue derrotado.
Major convocó un voto de confianza para el día siguiente y lo ganó, pero el daño a su autoridad en el Parlamento ya estaba hecho.
La agitación no cesó, sus enfrentamientos con los euroescépticos fueron constantes durante el resto de su mandato y finalmente perdió el poder en las elecciones de 1997, en las que el laborista Tony Blair obtuvo una apabullante victoria.
Fue la peor derrota electoral de los conservadores desde 1832.
El punto débil de la Dama de Hierro
El final del gobierno de John Major fue el cierre a casi dos décadas de dominio conservador en Downing Street, que estuvieron marcadas por la figura de Margaret Thatcher (1979-1990).
Quien fuera mundialmente conocida como la Dama de Hierro también chocó con Europa.
Su caso es paradójico.
Por un lado, era defensora del mercado único europeo. Pero no podía ocultar su antipatía hacia Bruselas.
"No hemos reducido el tamaño del estado en nuestro país para darle más poder en el ámbito europeo con un superestado que ejerza un nuevo dominio desde Bruselas", dijo Thatcher en un discurso pronunciado en 1988 en el que defendió la soberanía de Reino Unido.
"Ciertamente queremos ver una Europa más unida y con mayor sentido de un propósito común. Pero debe ser de manera que preserve las diferentes tradiciones, los poderes parlamentarios y el sentido de orgullo nacional en el país propio", señaló.
La posición de Thatcher frente a la Comunidad Europea (predecesora de la actual Unión Europea) aceleró su final como primera ministra.
El 1 de noviembre de 1990, Geoffrey Howe, el último miembro que quedaba de su gabinete original, renunció como vice primer ministro después de que Thatcher se negara a aprobar un programa para la adopción de una moneda europea única.
Al anunciar su dimisión, Howe describió así la postura de Thatcher ante la CE: "Es algo así como enviar a tu bateador inicial al campo solo para que, al momento en el que se lance la primera bola, encuentre que sus bates fueron destrozados antes del juego por el capitán del equipo".
La renuncia de Howe fue fatal para el mandato de Thatcher.
Otro miembro del gabinete, Michael Heseltine, desafió su liderazgo en el Partido Conservador y hubo una votación.
Thatcher se quedó a cuatro votos de ganar en primera ronda. Desafiante, la Dama de Hierro se mostró lista para la segunda ronda: "Peleo, lucho para ganar".
Pero los miembros de su gabinete la convencieron para que se retirara de la batalla y finalmente renunció.
Quien aspire a liderar el Partido Conservador a partir de julio, seguro que tomará nota del destino que tuvieron sus cuatro antecesores..
Recuerda que puedes recibir notificaciones de BBC News Mundo. Descarga la última versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.
https://www.youtube.com/watch?v=LG4RsHXcmws&t=15s
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Alcanzaste el límite de notas gratuitas.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
Registrate gratis y seguí navegando.
¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.
Para comentar debe iniciar sesión.