Educación laica, gratuita y online
Coursera, la plataforma que brinda cursos digitales de algunas de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos, acaba de recibir US$ 43 millones para continuar democratizando la enseñanza de calidad
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14 de julio de 2013 a las 05:00
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Un paso importante
Estudiar en una universidad de prestigio en Estados Unidos no es sencillo. Requiere de un excelente manejo del inglés (avalado por un examen), tener buenas calificaciones, mejores recomendaciones y una gran capacidad para el marketing personal. Por si esto fuera poco, estas instituciones tienen costos tan altos que los estudiantes llegan a endeudarse de por vida. E incluso, si uno cumple con todos los requisitos anteriores, la universidad puede no elegir al candidato y quedar afuera.
En este contexto es que empiezan a aparecer plataformas que brindan cursos online masivos y abiertos (MOOC, por su sigla en inglés), asociados con las universidades estadounidenses más reconocidas. Una de las MOOC de mayor crecimiento y con más alta variedad de opciones es Coursera.
La educación debería ser un derecho, no un privilegio, y pienso que Coursera es una forma de lograr que eso suceda", dice Daphne Koller, cofundadora y CEO de la empresa
La plataforma fue creada hace poco más de un año por dos docentes de ciencias de la computación de la Universidad de Stanford, Andrew Ng y Daphne Koller. Según cuenta Koller en el sitio, fue “una privilegiada en tener la oportunidad” de estudiar en una universidad importante y ahora se siente “entusiasmada de darle eso mismo a otros”.
Y por “otros” se refiere a millones. Según datos de Coursera actualizados el mes pasado, el sitio tiene unos 4 millones de estudiantes de 196 países inscritos para sus casi 400 cursos online, donde la clase más popular reúne nada menos que 180 mil alumnos. Hoy son 83 las instituciones educativas que forman parte de su plantilla, la mayoría de Estados Unidos (Stanford, Columbia y Berklee, por ejemplo), pero cada vez se encuentran en lugares más variados del mundo. Los únicos socios en América Latina son la Universidad Nacional Autónoma de México y Tecnológico de Monterrey.
Coursera funciona de manera clara y amigable (ver recuadro), por lo que cualquiera con ganas de aprender de algunos de los mejores del mundo puede hacerlo gratis. Solo hace falta una conexión a internet y estudiar.
Es cierto que, al finalizar un curso, el estudiante no termina con un posgrado en física cuántica y un título para enmarcar. En realidad, lo que puede obtener es, por ejemplo, una sólida noción de la teoría de la relatividad de Einstein dictada por Larry Lagerstrom, director académico de Stanford. En cuanto a papeles, según el curso, puede irse con las manos vacías, obtener una declaración de cumplimiento o pagar un máximo de US$ 200 para pasar por un riguroso sistema de comprobación de identidad y recibir un certificado verificado con el sello de la universidad.
Todo esto es un paso importante en la búsqueda por democratizar el conocimiento. No en vano, a dos meses de haber surgido como startup, Coursera recibió US$ 22 millones de financiamiento de capitales de riesgo y universidades socias. Esta semana, el portal obtuvo una inversión de US$ 43 millones del Banco Mundial, empresas y particulares.
Con este dinero, Coursera plantea expandir la cantidad de socios y de países donde se encuentran, duplicar su personal (hoy son 50 empleados) y crear una aplicación para llevar la enseñanza a todos lados. De esta forma, como dice Koller, siguen trabajando para que la “gran educación” sea un derecho, no un privilegio.
Coursera en tres pasos
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