Fascinación y náuseas con la realidad virtual

Al probar el dispositivo futurista de Oculus, empresa que Facebook compró por US$ 2.000 millones, los sentimientos fueron encontrados. Mirá el video

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15 de mayo de 2014 a las 05:00

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No importó que el video fuera una animación, que al mover la cabeza la imagen se volviera un poco borrosa, que el sonido no fuera envolvente e incluso que escuchara las voces de otras personas presentes en la habitación. Al colocarme el dispositivo de realidad virtual Oculus Rift me transporté a esa montaña rusa y esa villa italiana a tal punto que mi cerebro y cuerpo entraron en conflicto.

Durante el tiempo en que los probé, mi cerebro pensaba: "Qué impresionante esta tecnología". Es que, si bien la realidad virtual existe desde la década de 1980, la empresa Oculus logró que no fuera algo privativo de firmas multimillonarias como Disney World. El dispositivo que probé, por ejemplo, es propiedad de la empresa uruguaya desarrolladora de software Synchronit, la cual se autodefine en su web como "una pequeña compañía" con "una gran pasión".

Pero, mientras mi cerebro pensaba en todo esto y "vivía" la experiencia de pasear en una vertiginosa montaña rusa o caminar por una serena villa, mi cuerpo no podía sobreponerse. Durante el tiempo que duraron los videos de demostración, los mareos y náuseas no me permitieron soltarme de la mesa que tenía delante. De hecho, mientras escribo estas palabras, 48 horas después de haber probado el Oculus, mi organismo revive el malestar.

El primer modelo del Oculus Rift, que fue el que probé, se podía conseguir donando un mínimo de US$ 300 en el proyecto de Kickstarter y, más adelante, comprándoselos a los propios creadores, tal como hicieron en Synchronit. Ahora ese diseño fue discontinuado. La nueva versión del dispositivo vale US$ 50 más y mejora varias de sus funciones, pero sigue siendo para desarrolladores.

Aún sin haber llegado al público y sin conocerse todo el potencial de esta tecnología, Facebook confió en Oculus. Este marzo, la red social compró la compañía a US$ 2.000 millones y despertó una ola de especulaciones sobre qué se puede hacer con la realidad virtual más allá de jugar videojuegos.



La review completa podrá leerse este sábado en el suplemento Cromo, en un informe que combinará las dos tecnologías futuristas del momento: los mencionados Oculus de Facebook y los lentes inteligentes Glass de Google.
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