Fishshot: el lado oscuro de Finlandia
Fishshot es un proyecto documental que trata sobre la soledad, el aislamiento emocional y la represión de sentimientos que padece la sociedad finlandesa. Si bien Finlandia es un país que se ha alzado como referente mundial por su calidad de vida, esconde elevadas tasas de suicidios, homicidios y violencia de género. El denominador común, presente en más de la mitad de los casos, es el consumo excesivo de alcohol
Tiempo de lectura: -'
09 de octubre de 2015 a las 05:00
Te quedan {{observador.articlesLeft}} notas gratuitas.
Accedé ilimitado desde US$ 3 45 / mes
Desde el comienzo de la crisis económica Finlandia ha estado en boca de todos. Hemos encumbrado a esta sociedad como referente mundial de lo que debería ser un país moderno, con políticas honradas y servicios de calidad para el pueblo; y si bien es cierto que los finlandeses están arropados por el Estado, los problemas reales de esta sociedad vienen desde adentro.
El consumo excesivo de alcohol tiene múltiples manifestaciones, y ha sido detectado como su mal mayor, vinculado a más de la mitad de los casos de suicidio, homicidio y violencia de género; rankings mundiales que Finlandia encabeza o se mantiene año tras año entre los primeros puestos. En el año 2013 el número de suicidios en Finlandia se incrementó 5% en comparación al año anterior.
Si nos detenemos a observar las causas que llevan a un ser humano a poner fin a su propia existencia, daremos en primer lugar con los trastornos mentales; especialmente la depresión y los de tipo relacionado con el consumo de alcohol. Estos han sido detectados en Europa como uno de los principales factores de riesgo.
Beber para no estar solo
El factor principal que lleva al consumo de bebidas alcohólicas es la desinhibición, la búsqueda de elementos externos que faciliten la ruptura con las barreras emocionales fuertemente arraigadas en el carácter finlandés. Hablamos de un país donde se hace apología de la autosuficiencia y en el que la falta de comunicación entre los individuos desencadena un profundo aislamiento emocional y una fuerte represión de los sentimientos. Un gran contraste con las sociedades latinoamericanas, tradicionalmente familiares y acostumbradas a expresar afecto y compartir los problemas y las alegrías de la vida diaria, vía de escape necesaria para tomar perspectiva de cara a enfrentarse a las propias quimeras.
No obstante, hay otros factores externos que también modifican e incrementan este hábito. La ubicación geográfica y, por consiguiente las bajas temperaturas y la falta de luz solar afectan directamente el estado de ánimo de la población del país. Inviernos helados que transcurren lentamente sin llegar a percibir la luz del sol, hasta 51 días seguidos de oscuridad en el extremo Norte y temperaturas mínimas que oscilan entre los -25 ºC y -40 ºC. Circunstancias que se acumulan y desencadenan una serie de trastornos afectivo-estacionales y fuertes depresiones.
Kaarlo Simojoki, de la A-Clinic Fundation, señala que la mayoría de problemas en Finlandia no provienen de las personas que beben mucho, sino de aquellas que lo hacen con mucha asiduidad. Otra reflexión que recoge el experto en materia de EHYT ry (siglas en finés de Finnish Association for Abuse Prevention) Antti Maunu es que el estilo de vida finlandesa ha sido durante siglos bastante duro y orientado al trabajo. "Tenemos una fuerte tradición de beber los sábados. Si haces bien tu trabajo y cuidas de tu familia, entonces te has ganado un buen trago. Esto significa que beber se convierte, casi por definición, en algo que debe denotar respeto y madurez", explica Maunu, y puntualiza que, "en ese sentido, beber está también relacionado con la apreciación de uno mismo. Hablar de beber es realmente hablar de estar juntos, de la libertad individual... Y si beber representa sociabilidad y autoestima no es de extrañar que sea este el motivo por el que bebemos tanto".
Es entonces cuando se produce en la sociedad esa extraña situación en la que sabemos que otras personas tienen estos problemas, pero la gente se mantiene impasible. Al margen. La cultura finlandesa es muy cautelosa, poco dada a intervenir en los problemas ajenos. Es reservada.
"La gente no habla tanto como debería, por lo que resulta muy complicado conseguir ayuda. Hay muchos hombres que maltratan a sus mujeres en casa. Todo el vecindario estará al corriente pero nadie hará nada", relata Mari Hietala, terapista ocupacional, antes de exponer su vivencia personal. "Mi exmarido era un alcohólico. Cuando empezó a beber se volvió extremadamente violento. Abusó de mí, por lo que terminó en prisión durante un año... Es una suerte que siga con vida. Es una historia muy común en Finlandia. Las mujeres aquí somos bastante fuertes. Debemos serlo", relata.
De la misma forma que proyectan sus sueños, deseos e ideales en las diferentes situaciones en las que beben, también proyectan su frustración e ira. Por eso la violencia relacionada con el alcohol es tan común en esta sociedad.
El reto: invertir para prevenir
Existe una doble moral en Finlandia: está bien que bebas cada fin de semana y no eres un auténtico hombre si no lo haces.
Si hay alguien en un grupo que no bebe es fácil que la gente lo presione para que lo haga, pero cuando empieza a tener problemas serios con el alcohol llega el estigma, y la gente lo señalará como un perdedor y no querrá que la sociedad pague su tratamiento.Muy pocas personas con problemas de alcoholismo son capaces de salir de esto solas, pero hay demasiada gente que no tiene a nadie. "Si realmente queremos cambiar algo debemos empezar por nuestra cultura... Y eso lleva mucho tiempo. Pero existen maneras más sencillas y rápidas de conseguir algunas mejoras", insiste Kaarlo Simojoki, de la A-Clinic Fundation.
Un punto de vista compartido por todos los entrevistados, expertos en la materia, víctimas y asociaciones, es que la prevención es muy importante. Es más efectiva, es más barata y es más humana que solucionar los problemas. Se puede poner mucho dinero al servicio de los que padecen esta enfermedad, pero eso es ir con retraso, porque es un trabajo sobre algo que ya existe. Cuidar de la sociedad y de las relaciones sociales es la mejor forma de prevención.
El actual gran reto de Finlandia es la inversión en prevención, que debe afrontarse de forma simultánea al pago de tratamientos de aquellas personas que ya padecen las consecuencias. Algo difícil de aceptar para quienes ralamente terminan tomando esa clase de decisiones, pues supone tener que poner una gran cantidad de dinero para prevenir y esperar a percibir los resultados en 15 años.
La crisis económica mundial también ha afectado a los países nórdicos y los recortes suelen empezar por quitar recursos a las áreas relacionadas con trastornos derivados del consumo excesivo de alcohol. Esto se justifica alegando que la culpa es de quienes tienen esos problemas.
"Espero que la gente empiece a entender que siempre hay esperanza. Siempre hay posibilidades de un cambio. No debemos ser pesimistas, bajar los brazos y decir que no se puede hacer nada. No es cierto, hay mucho por hacer y debemos hacerlo juntos", concluye Kaarlo Simojoki, de A-Clinic Fundation.
Las nuevas medidas
Acerca del proyecto
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Alcanzaste el límite de notas gratuitas.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
Registrate gratis y seguí navegando.
¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.
Para comentar debe iniciar sesión.