La inoperancia total de Trump con los inmigrantes
El mandatario es responsable de la falta de opciones para resolver la crisis humanitaria en la frontera
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21 de junio de 2018 a las 04:45
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Cuando un hombre le pega a un niño, a una mujer o a un anciano, la imagen del agresor queda destruida de por vida. Hay futbolistas que en forma aparentemente intencional le han quebrado una pierna a un contrincante durante un partido. A partir de ahí dejan de ser llamados por su nombre y apellido y pasan a ser conocidos como "el que le partió a pierna a...".
Las imágenes provenientes de Estados Unidos en centros de detención fronterizos y que muestran a niños llorando y sufriendo con alma y vida por haber sido separados de sus padres, van a marcar a fuego el resto de la presidencia de Donald Trump. En tiempos en que todo se olvida rápido y los medios informativos cambian de tema a la velocidad de la luz, las imágenes terribles y devastadoras que exaltan una situación inhumana con quienes padecen mayor desprotección van a permanecer por mucho tiempo.
Con muy poco margen de error, me animaría a decir que en estos días de junio de 2018 Trump ha hipotecado las posibilidades que pudiera tener de alcanzar la reelección en 2020. Las imágenes, y la inoperancia del presidente para sortear la situación con altura moral y dignidad, lo perseguirán y van a volver como boomerang con la misma fuerza condenatoria del presente cuando comience la próxima campaña electoral.
A pocos días de realizada la histórica reunión con el líder norcoreano, pocos estadounidenses hablan de la misma. El impacto será de corta permanencia. Sin embargo, la crisis humanitaria que viven miles de inmigrantes, por el solo hecho de que hay niños de por medio y los detalles han sido registrados por las cámaras, tendrá un efecto devastador sobre quien es hoy en día considerado el gran responsable de la falta de opciones para resolverla.
Por otra parte, resulta preocupante que Trump siga disparando tuits como maníaco en serie culpando al partido demócrata de que miles de niños hayan sido separados de sus padres en la frontera estadounidense-mexicana y estén recluidos en centros de detención como si fueran criminales. Cuando un presidente con un discurso cargado de odio y xenofobia utiliza a menores de edad como coartada de su política inmigratoria y para lograr resultados políticos a corto plazo, es porque la ética dejó de ser tenida en cuenta.
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