Un grito que atraviesa la ciudad ¡Tranquilo el Goes!

El misionero llegó al clásico del básquetbol nacional tras una campaña irregular (tres victorias, cuatro derrotas, una de ellas en los escritorios), un insípido pasaje por la Liga Sudamericana (perdió ante Welcome el partido que tenía que ganar) y un recambio de extranjero que había dejado dudas: el argentino Juan Manuel Torres por el estadounidense DeAndre Upchurch. 

Aguada en cambio tenía tres sólidos extranjeros (uno de ellos el mejor foráneo de la pasada y competitiva Liga Argentina) y un rendimiento ascendente tras un pobrísimo pasaje por Liga Sudamericana. Seis victorias y una sola caída. Cuatro triunfos en fila. 

Pero los clásicos tienen un componente mágico: son impredecibles. Y Goes lo ganó de principio a fin. 

Por actitud defensiva sobre todo. Pero también por juego: se pasó más y mejor la pelota y tuvo mucha más fluidez en ataque. 

Fernando Martínez, quien llegó hace dos temporadas tras una gloriosa etapa por Malvín para ser el base suplente, se ganó la titularidad en esta temporada a fuerza de demostrar lo que es: un crack. 

Marcó el pulso del partido de entrada: dio seis asistencias en seis minutos. Goes sacó siete puntos y Fernando "El Hechicero" Cabrera se vio obligado a pedir tiempo. 

El Enano jugó 38 minutos, terminó con 20 puntos y 11 asistencias. Manejó el juego, metió tres de seis triples. Fue líder y figura. 

Pero de nada hubiera valido su talento sin la presencia del estadounidense Jarred Shaw, autor de 26 tantos y 10 rebotes. Otro doble-doble. 

Shaw fue presencia debajo del aro y caracter como cuando le hizo frente a Ricardo Glenn que andaba a los manotazos con Martínez. 

Cada gol lo gritó a la tribuna en modo buzzer beater (el doble agónico sobre la bocina que define un partido) y eso llevó a su hinchada a empujar más y más a su equipo. 

Dominó Goes el partido de principio a fin, pero Aguada siempre estuvo a tiro. Básicamente por la presencia de Dwayne Davis, quien se puso solo el equipo al hombro. Fue el error que condenó al aguatero que renunció a la identidad de su juego asociado para pasar a ser dependiente de un tirador. 

Tiró para 62 puntos Davis. Metió 31. Fue el goleador de la noche, sí. Pero a Aguada no le alcanzó. 

Ver al rival siempre al acecho fue para Goes un aliciente extra para no bajar nunca la guardia. Para mantener la tenacidad defensiva. Para pelear cada pelota como si fuera la última. En esa faceta también fueron muy importantes Deonta Stocks, Martín Aguilera y el Tito Borsellino cuando entró por Torres que arrancó bien pero se fue quedando. 

Un triple de Demian Álvarez, tal vez su aporte más lúcido en el juego, puso a Aguada un solo punto abajo (50-51) de cara al último cuarto. Pero Goes estiró rápidamente la ventaja y supo cerrar el partido con personalidad. 

La personalidad y el carácter que le ha dado al equipo su entrenador, Gustavo "Colo" Reig, quien agarró un equipo desahuciado la temporada pasada llevándolo a ganar el Clausura y clasificándolo al primer torneo internacional de su historia. Un tipo que siente los colores y el barrio. Y esa esencia Goes la llevó a la cancha para volver a ganar el clásico. 

Parciales

Primer cuarto: Goes 22-20
Segundo cuarto: Goes 36-31
Tercer cuarto: Goes 51-50
Final: Goes 76-67

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