Viaje a la sede de un país imposible

La República de Parva Domus Magna Quies abre sus fronteras, su teatro, su jardín y su museo

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03 de octubre de 2014 a las 19:33

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Parva Domus es una manera de entender el mundo, desde el buen humor, tal como lo establece su constitución: “El reino espiritual del buen humor constituye la base fundamental de sus instituciones y la aspiración común de sus habitantes deberá quedar constantemente sometida a dicho reinado”.

Lo que hace a esta broma entre amigos algo con un significado especial, digno de estar representado en el Día del Patrimonio, es que la broma ya tiene 136 años, con sede propia en Punta Carretas (bulevar Artigas y Parva Domus), museo, teatro y atuendos ceremoniales.

Una buena parte de los ciudadanos de la Parva estará presente hoy y mañana, desde la hora 10, cuando se abran las fronteras para recibir a los visitantes, y estarán ataviados con sus mejores galas para la ocasión.

El programa prevé para hoy una visita guiada al Museo Parvense y también la exhibición de un millar de objetos que cayeron en desuso, cuyas tecnologías obsoletas provocan una sonrisa o un suspiro de nostalgia, desde hojas de afeitar hasta vitrolas y sus accesorios. A la hora 16 habrá un encuentro nacional de coros en el teatro de la Parva.

El domingo se mantendrá la apertura de los museos y además habrá una exposición de autos y motos antiguas en los jardines. A la hora 16 comenzará el jazz y a las 18 proseguirá el festival de coros.

Más allá de las particularidades del programa, la de este fin de semana es una oportunidad de ver a la Parva de fiesta, la invicta, la gloriosa, la independiente, donde los visitantes harán mejor en tener en cuenta las costumbres de la casa.

“Proclámese la benevolencia mutua como virtud suprema en la vida social de la Parva y se proscriben todos aquellos actos o manifestaciones que contraríen el principio fundamental de la asociación”.

Si bien el párrafo se refiere a las obligaciones de los ciudadanos parvenses, convendría que los visitantes estuvieran en sintonía.

Orígenes
Todo comenzó en un Montevideo muy distinto al actual. Punta Carretas se comportaba como un pueblo de pescadores. Hasta allí concurría José Chinelli, llevando sus avíos de pesca en tranvía, con toda la incomodidad del caso, hasta que alquiló una de las piezas de pisos de terrón, paredes agrietadas y techos que se llovían, para dejar sus avíos y pasar el rato, por tres pesos por mes.

Pronto a sus amigos les interesó y empezaron a alquilar las piezas contiguas, y a realizar las reformas como para que fuera una sola cosa. El nombre surgió de la lectura de Alphonse Daudet: Parva domus, magna quies, y luego se enteraron de que significaba, en latín: “Casa chica, gran reposo”, lo cual le pareció muy bien a todos.

La Parva ha florecido a través de los años, aunque hay un detalle que desentona en tiempos modernos: las mujeres no pueden ser ciudadanos. Una fuente allegada a los círculos más selectos de la nobleza de la Parva expresó a El Observador, al respecto, que “algunas cositas se van a tener que revisar” porque esa exclusividad masculina para la ciudadanía de la Parva la ha privado de reconocimientos oficiales. “Los tiempos cambian, y la Parva tendrá que adaptarse”, señaló la fuente.

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