El dilema de las reservas sigue siendo un tema que preocupa a los economistas. El Gobierno no compra en el mercado de cambios y busca conseguir divisas mediante emisiones de deuda. La estrategia hace más lenta la acumulación de divisas y deja al Banco Central muy lejos de tener el nivel de respaldo como otros países de la región. De hecho, para que la Argentina tenga el mismo nivel de reservas contra el PBI como otras naciones, el Central debería tener en sus arcas US$ 110.000 millones. Actualmente hay tan solo US$ 38.635 millones.
Según Econviews, la consultora de Miguel Kiguel, cuando se miran otros países de la región, se ve que a pesar de tener un tipo de cambio flotante, mantienen un nivel elevado de reservas. Por ejemplo, Brasil tiene reservas internacionales por unos US$ 340.000 millones (15% del PBI), México por US$ 250.000 millones (12% del PBI), Chile por US$ 45.000 millones (13% del PBI), y Uruguay, Paraguay y Perú tienen reservas por más del 20% de su PBI.
Ocho veces menos que en Brasil
"En Argentina, llegar a un nivel similar equivaldría a tener reservas por unos US$ 110.000 millones. La respuesta es que tener reservas les permiten evitar fluctuaciones extremas en el tipo de cambio ante eventos disruptivos. Más importante aún, han sido fundamentales para asegurar el pago de la deuda externa y sobrellevar crisis como la caída de Lehman Brothers o la pandemia", dice Econviews.
Y agrega que no es casualidad que estos países tengan un riesgo país inferior a los 300 puntos. "En otras palabras, las reservas son el botiquín de emergencia de la economía: sirven para capear tormentas cuando el mundo se pone feo, cuando hay sequías en el campo, cuando llega el momento de pagar deuda, para bajar el riesgo país o para evitar una corrida cambiaria si surge desconfianza", destaca.
Cómo comprar reservas, según Miguel Kiguel
¿Cómo se hace para acumularlas? La consultora explica que hay básicamente tres formas. La primera es que el Banco Central las compre directamente en el mercado, como estaba estipulado en el programa con el Fondo, en el que las iba a comprar dentro de la banda. "Esta opción hoy parece cerrada porque el Banco Central dijo que solamente las compraría si el dólar llegaba al piso de la banda, lo que parece una utopía", recuerda.
La segunda opción es que el Tesoro emita deuda, ya sea en pesos o dólares, pero se suscriba directa o indirectamente en dólares. Este fue el mecanismo que utilizó el gobierno de Mauricio Macri para lograr llevar el stock de reservas a 70.000 millones de dólares, y algo se avanzó en esa dirección con el Bonte 30.
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El riesgo país de Argentina experimentó un aumento este lunes hasta llegar a los 863 puntos básicos.
Menos dólares y menos inflación
La tercera alternativa es que el Tesoro las compre con superávit fiscal, cosa que podría tener dentro de algunos años pero que entra en conflicto con la necesidad de bajar impuestos.
"Tanto el Gobierno como el FMI tienen muy en claro estas cuestiones. Así se evidencia en las metas de acumulación que se pusieron en el programa. Pero por el momento, el FMI va a tener que esperar", sostiene Econviews.
El Gobierno considera que comprar reservas va contra su objetivo de bajar la inflación, y mientras tanto encontró en la emisión de los nuevos bonos en pesos con suscripción en dólares una manera ingeniosa de sumar reservas sin poner presión sobre el dólar.
"En el fondo, todos sabemos que las reservas son como el paraguas que uno lleva 'por las dudas'. Nadie lo valora demasiado cuando hay sol, pero cuando llegan las nubes negras, todos quieren uno. Y mientras discutimos si el Banco Central debería salir de compras o no, el Tesoro va pasando la gorra. Porque, en la Argentina, llenar la billetera siempre es un desafío, pero no tenerla a mano cuando truena… puede salir muy caro", concluye la consultora de Kiguel.