El reconocido director de televisión Alejandro Ripoll compartió sus recuerdos sobre Antonio Gasalla, el icónico actor cómico argentino fallecido recientemente, en una entrevista con Horacio Cabak en Radio El Observador 107.9. Ripoll, quien trabajó en "El mundo de Antonio Gasalla" entre 1988 y 1990 y colaboró con el humorista en distintas etapas de su carrera, destacó la genialidad, la exigencia y el profesionalismo del artista.
Ripoll recordó al principio de la charla una anécdota que refleja la personalidad exigente y creativa de Gasalla. Durante la producción de "El mundo de Antonio Gasalla" en ATC, el actor necesitaba una cámara adicional para un sketch y, al no obtenerla, decidió ir caracterizado como 'La Nena' a reclamarla directamente en la oficina del directorio del canal. "Era un demonio, pero a los diez minutos apareció la cámara", contó Ripoll, resaltando la determinación del actor y su capacidad para conseguir lo que necesitaba para su arte.
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Además, el director subrayó la influencia de Gasalla en la televisión argentina, explicando que no solo hacía humor, sino que incorporaba elementos de crítica social en cada personaje. "Era como Les Luthiers: no era solo hacer reír, sino dejar algo más", aseguró. Resaltó cómo en sus programas introducía referencias artísticas y culturales en un contexto de comedia, algo que pocos hacían en la televisión de aquella época. "Mucha gente destaca hoy a Jorge Lanata por hablar de arte en televisión, pero Gasalla lo hacía mucho antes en un programa que, en teoría, solo era de humor", enfatizó.
Un maestro que impulsaba talentos
Ripoll también destacó la generosidad de Gasalla con los nuevos talentos. Recordó cuando él mismo estaba dando sus primeros pasos en la televisión y el actor le realizó una entrevista en su personaje de 'La Cholula', dándole un espacio y validándolo en el medio. "Hoy veo esa entrevista y me doy cuenta de que era una estrella dándole lugar a un pibe que recién empezaba", expresó con admiración. Para Ripoll, Gasalla entendía la importancia de abrir puertas a quienes recién comenzaban en la industria, algo que demostró en múltiples ocasiones.
Otro hito en la carrera de Gasalla que mencionó Ripoll fue su impulso a la banda Rata Blanca, cuando todavía no eran conocidos. "Me pidió que los llevara y los puso al aire en su programa, cuando nadie los conocía", relató. Esta visión y audacia lo diferenciaban de otros artistas: siempre buscaba innovar y sorprender al público con algo inesperado.
También recordó la competencia que Gasalla tuvo en la televisión con otros grandes del humor, como Carlos Perciavalle. "Primero Percivale hizo televisión en Tele 2 y luego Antonio se lanzó también, motivado por esa movida. Era como lo que pasaba con Porcel y Olmedo: te hacían elegir de qué equipo eras", explicó. Según Ripoll, esta rivalidad creativa llevó a la televisión a una era de gran calidad en el género del humor.
Su última etapa en televisión
El director también habló sobre los últimos años de Gasalla en la televisión, en especial su participación como jurado en Showmatch. "Se divertía y se enojaba a la vez. No podía creer algunos personajes que pasaban por el programa, pero al mismo tiempo se preocupaba porque aprovecharan la oportunidad", explicó Ripoll. Contó, además, que el actor daba consejos directos y sin filtros, como cuando le dijo a Karina Jelinek: "Nena, andá a comer un churrasco y volvé, porque no tenés ni fuerza para bailar".
Ripoll recordó las conversaciones en el camarín, donde Gasalla compartía su visión crítica sobre el medio y los artistas emergentes. "Él amaba a todos, pero al mismo tiempo se desesperaba porque algunos no aprovechaban el espacio como deberían. Siempre miraba desde la perspectiva de un maestro, esperando que cada uno creciera y mejorara", sostuvo.
Otro momento emotivo que destacó fue cuando Gasalla, en el aniversario de los 30 años del programa de Susana Giménez, le dedicó los últimos minutos del sketch a la conductora, sacándose la peluca y agradeciéndole por todo lo que habían compartido. "Siempre tuvo una conexión especial con Susana, que también es muy generosa y le dio un espacio donde pudo brillar", recordó Ripoll.
Finalmente, el director reflexionó sobre la personalidad de Gasalla y el modo en que su búsqueda de excelencia a veces lo hacía parecer exigente o malhumorado. "Mucha gente piensa que era un hincha pelotas, pero no era malhumorado: era exigente, porque en la exigencia está la excelencia. Lo mismo decían de Tato Bores o Nacha Guevara. En lugar de quejarnos, deberíamos estar agradecidos porque nos enseñaron a todos", expresó.
Para Ripoll, Antonio Gasalla fue mucho más que un humorista: fue un maestro de la televisión argentina, alguien que dejó una huella imborrable en el medio. "Nos llevó a todos a buscar la excelencia y eso es algo que no se olvida", concluyó.