En poco menos de doce meses, Carmen Maura visitó dos veces Buenos Aires. El año pasado lo hizo para presentar el filme Como el mar de Nicolás Gil Lavedra, acompañando a sus protagonistas Zoe Hochbaum y Sofía Gala Castiglione. En esta ocasión, vino por el estreno de Vieja loca, escrita y dirigida por Martín Mauregui con producción de JA Bayona, historia que protagoniza junto a Daniel Hendler.
“Fue un rodaje intenso, agotador, pero a la vez muy divertido. Cuando vi la película por primera vez, me dije 'pero no te das cuenta lo que estabas haciendo?', dice risueña la actriz española en su cuarta jornada de estadía en la ciudad. Desde que llegó en un vuelo diurno de 13 horas de Madrid, se sentó a la mesa de Mirtha Legrand, visitó a Mario Pergolini en su late show Otro día perdido y aprovechó para hacer su plan favorito: ir al teatro.
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“Fui a ver La Revista del Cervantes y me ha encantado. Están todos muy bien. He sentido de no haber podido ir a saludarlos pero es que ese día estaba muerta de cansancio. Me resultó muy conmovedor el personaje de Pinti”, caracterizado por Sebastián Suñé.
“Yo era muy amiga de él, cenábamos juntos, hice una película con Pinti y verlo allí en escena fue bastante duro para mi”, detalla Maura. Tiene 80 años y es infatigable. Llega al sitio en donde se pacto la charla con El Observador vistiendo unos pantalones color fucsia, está radiante, feliz. Le gusta venir seguido a la Argentina, hablar de cine y reencontrarse con los compañeros de rodaje. Apenas divisa a Daniel Hendler se funden en un abrazo. Se hablan al oído, ríen, se nota cierta complicidad.
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“Fueron siete semanas de rodar todo el día juntos”, explica Hendler. “De tomarnos recreos con un puchito entre escena y escena. Obviamente, nos conocimos más de lo que yo imaginaba”, dice el actor uruguayo.
La trama de Vieja loca gira en torno a Alicia, una mujer mayor que sufre demencia senil y dejó de tomar la medicación. Pedro (Hendler), su ex yerno, va a su casa a cuidarla por pedido de la hija de Alicia, su ex pareja. Y allí se desata la pesadilla que dura una noche y una mañana de tormenta. Al ritmo de “Vive” éxito de Sergio Denis en los ´70, Alicia rememora momentos de tortura en donde ella solía ser la víctima para transformarse en la victimaria.
“Estoy muy burra, muy bestia, muy bestia. Pero pasé divertidísimo. Era como estar en un parque de atracciones. Todo era de mentira. Y con Daniel estuvo fantástico, había hecho algo muy pequeño hace años. Tiene un sentido del humor increíble y podía hacerle todas las bromas y nunca se ofendía”, dice la ex chica Almodóvar. “Para hacer la película, hice cuatro meses de pesas a lo bestia. Ahora voy tres veces por semana. Odio hacerlo, me gusta más la clase de aquagym”, revela.
La Maura irradia energía y vitalidad. “Aunque me encanta ser la viejecita. Cuando llego a los rodajes empiezo a preguntar “qué edad tiene tu madre y tu abuela?”. Me tiene que cuidar como si fuera una porcelana”, y no puede contener la risa, una vez más. El paso del tiempo suele ser incómodo para muchas personas. “De momento no me preocupa nada. Porque no me gusta cómo está el mundo. Nada. Entonces, es un momento bueno para ser mayor y para irse. Lo digo en serio”.