Hace 30 años, la televisión argentina tenía programas de ficción que alcanzaban los 60 puntos de rating. Incluso, llegaban a superarlos. Suena utópico en esta nueva era de las plataformas. Grande, Pá o Amigos son los amigos, revolucionaron la pantalla chica. En aquel momento, IBOPE se encargaba de las mediciones de audiencia a través de los people meters. Dispositivos instalados en hogares seleccionados que registraban automáticamente cuándo se encendía el televisor y qué personas lo estaban viendo.
Ahora, no ha cambiado demasiado la manera de contabilizar la audiencia, pero sí la oferta.
La misma empresa colocó un meter preparado para medir streaming de video conectado al router del hogar. Esos hogares fueron seleccionados por Kantar IBOPE Media y pertenecen al panel de audiencia. Los aparatos reconocen las URL de las plataformas, los dispositivos desde los cuales se miran y qué perfil tienen las personas (edad, género), además del tiempo que permanecen en pantalla. Los datos recogidos se reportan minuto a minuto y las franjas pueden agruparse de distintos modos. Esta manera es la más precisa a nivel global, de hecho, se realiza así en más de 60 mercados.
Actualmente, no hay programas que deban ser levantados por falta de audiencia. Porque además, pueden ser muy buenos en crítica o viralizarse por diferentes motivos. Las redes sociales cumplen un rol fundamental en esta acción conocida como engagement, que es la conversación o interacción provocada por estos canales. El boca a boca ahora se da por Instagram o TikTok, por ejemplo.
La serie Adolescencia fue un fenómeno global y Argentina no fue ajeno. Lo mismo sucedió, recientemente, con El eternauta y antes con Envidiosa. La primera temporada de la historieta de Oesterheld provocó un vuelco masivo del público hacia Netflix, esperan que lo mismo suceda desde el 27 de junio cuando se estrene la temporada final de El juego del calamar.
En Prime Video, la serie argentina que más engagement produjo fue Cromañon (sobre la tragedia del boliche de Once), estrenada en noviembre pasado y Margarita (destinada al público infantil) por Max. Disney+ con las tres temporadas de El encargado, también se metió en la conversación por liderar la audiencia. Así es como las mismas plataformas intentan conservar la exclusividad de las estrellas que el público elige. En Netflix procuran no perder a Ricardo Darín, Griselda Siciliani y el director Marcos Carnevale (quien llega a estrenar dos pelis por año para ellos). Disney se volvió fan de Guillermo Francella y Prime Video apuesta más a los filmes que han sido galardonados en festivales internacionales. Tal es el caso de Argentina, 1985 o Puan.
Así las cosas, lo importante para permanecer en la programación de una plataforma es convertirse en un fenómeno global. Algo así como estar en la conversación de la calle.