29 de noviembre 2024
1 de noviembre 2024 - 10:05hs

En una visita especial a Los Ángeles, el reconocido actor argentino Luciano Cáceres nos trae su obra unipersonal Muerde. Inspirada en una historia real, esta pieza teatral explora los caminos complejos y profundos del dolor, la empatía y la felicidad.

Cáceres, aclamado por su versatilidad y profundidad en escena, se embarca en una narrativa conmovedora que promete capturar y emocionar a su audiencia, revelando un espectro de emociones humanas en su máxima expresión. En esta entrevista, nos comparte los desafíos y aprendizajes detrás de Muerde y su conexión íntima con la obra.

- Estuve leyendo “Muerde” y está en vibración con el mensaje de que ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos. Contame un poco de eso.

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René es un chico que primero abandonó su madre al nacer y después a los 10 años, su padre, porque rehizo su vida, lo abandona en un taller de carpintería de ataúdes y él queda suspendido en esos 10 años intelectualmente. Se vuelve un hombre físicamente, pero con la mirada de un niño, la inocencia. Y se vuelve el raro, el diferente de este pueblo rural argentino. Arranca la obra con René con las manos llenas de sangre y uno no sabe qué pasó ni en cuánto tiempo pasó. Y como bien dijiste, creo que la obra propone ponerse en otro lugar, en el lugar del otro, cambiar el punto de vista. Si uno a primera vista enjuicia a este René y seguramente, no va a tener una buena visión sobre este personaje. Y ese fue el disparador para nuestro autor y director, y es una historia que a mí me conmovió, que me sacudió y tuve una primera imagen. Mi madre trabajó 30 años en barrios carenciados y en villas como asistente social y cuando yo no tenía clases o los fines de semana que hacía horas extras para mantenernos. Me llamaba la atención como pibitos de mi edad siempre estaban con mocos y yo le decía ‘por qué mamá ellos tienen moco y yo no’. Y mi vieja decía ‘bueno, por eso se le dice mocoso a los chicos’. ‘¿Pero por qué ellos sí y yo no?’ ‘Porque vos tenés una mamá presente que todo el tiempo te está asistiendo’. Y esa fue la primera imagen que yo tuve de René, cómo de golpe aparece esto del abandono naturalizado.

- Claro, y cuando también el proyecto que uno hace está alineado con lo que está pasando en la sociedad, con esas historias que son comunes a todos, con el dolor...

Me pasó mucho en Nueva York, que todos me hablan después de la pandemia que mucha gente quedó con problemas psiquiátricos o en situación de calle. Y me pareció muy violento. Ciudades explotadas de luz y de consumo, y de cómo pasaban por arriba de esas personas. Me impresionó mucho. Esos rascacielos gigantes y ese pesar enorme, como no queriendo ver lo que nos rodea. Bueno, en Buenos Aires también está pasando mucho.

- Hay siempre dos realidades de una misma moneda. Y estuviste en Miami. Como la obra es en español, me imagino a cubanos y argentinos que te han ido a ver. Y en Nueva York a dominicanos y portorriqueños.

Sí, y lo que pasó en Nueva York, en las dos funciones, es que vino gente no hispano parlante y que me decían ‘no entendía una palabra pero entendí todo’. Y llorando, conmovidos, abrazándome a la salida del teatro. Gente que no conocía…

- ¿Tuviste tiempo de recorrer Los Ángeles?

Llegué hace un rato. Estuve en la sala con entrevistas y ahora tuve otra. Pero hoy a la noche saldré a pasear un poco. Mañana tenemos el montaje.

- ¿Hasta cuándo te quedás?

Me voy después de la función a las dos de la mañana. Llego el 3 a las 12 de la noche a Buenos Aires y el 4 a la mañana salgo para Ushuaia. O sea, desde Los Ángeles a Ushuaia con Muerde.

- ¿Tenés la ilusión de trabajar en Hollywood o no?

Debo confesar que tuve tres propuestas en su momento. Con participaciones pequeñas. Y todavía no se dio porque no tenía la visa de trabajo. Pero en algún momento sí, me hace ilusión los equipos de trabajo más allá de lo que significa Hollywood: la experiencia. Me ha tocado trabajar en otros idiomas. Ahora recientemente, se estrenó “La noche que luché contra Dios”, una película que hago del Jacob de la Biblia, de 3.500 años de historia para atrás y hablando en hebreo antiguo. La filmamos en Córdoba y en Jerusalén. Esas cosas tiene este trabajo.

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