El gobierno argentino decidió revocar el estatus de refugiado otorgado al expresidente boliviano Evo Morales, una medida que había sido implementada por el entonces presidente Alberto Fernández a finales de 2019. La noticia fue confirmada este miércoles por Manuel Adorni, vocero presidencial, a través de su cuenta de X.
Adorni fue claro en su anuncio: "Se ha dado por finalizada la condición de refugiado de Juan Evo Morales Ayma". Este mensaje marcó oficialmente el fin de la protección especial que el líder boliviano disfrutaba en Argentina.
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La decisión fue respaldada por una dura declaración del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, quien también cuestionó la decisión inicial del gobierno de Fernández al calificarla de "indebida". “Revocamos el estatus de refugiado otorgado al intento de dictador socialista Evo Morales. Este Gobierno de ninguna manera utilizará los recursos de los argentinos para proteger a criminales, terroristas o autoritarios", enfatizó el ministro en un comunicado.
El contexto de la llegada de Evo Morales a Argentina
Morales llegó a la Argentina en 2019, tras verse obligado a renunciar a la presidencia de Bolivia en noviembre de ese año, luego de la grave crisis política desatada por las denuncias de fraude electoral en los comicios del 20 de octubre. En ese contexto, Morales buscó refugio en México inicialmente, pero luego fue acogido por Alberto Fernández en Argentina bajo el estatus de refugiado político.
La crisis boliviana estalló cuando la Organización de Estados Americanos (OEA) detectó "irregularidades" en las elecciones, lo que provocó una fuerte presión de la oposición y violentos enfrentamientos en las calles. Aunque Morales intentó calmar la situación convocando a nuevas elecciones, la oposición no se conformó y exigió su renuncia, lo que finalmente ocurrió el 10 de noviembre de 2019. Alberto Fernández justificó entonces la concesión del refugio político como una forma de proteger a Morales de la persecución política y de permitirle estar cerca de su familia y su entorno político.
Sin embargo, Cúneo Libarona criticó severamente la concesión de este beneficio. En su comunicado, señaló que "el estatus de refugiado es un derecho que debe ser otorgado con seriedad, no como herramienta de conveniencia política", sugiriendo que Morales no cumplía con los requisitos legales para mantener esta condición, dado que ya no enfrentaba los peligros que inicialmente justificaron su solicitud de refugio.
La situación actual de Evo Morales
A pesar de haber obtenido el estatus de refugiado en Argentina, Morales regresó a Bolivia en noviembre de 2020, tras un año de exilio, cruzando la frontera junto a Alberto Fernández. Desde entonces, retomó un papel activo en la política boliviana y se vio inmerso en una dura pugna interna con el actual presidente de su país, Luis Arce, exministro de Economía durante su mandato.
Recientemente, Morales negó tajantemente haber pactado con Arce para cambiar al ministro de Justicia boliviano, Iván Lima, y acusó al gobierno de estar vinculado con el narcotráfico. "Quiero que sepa el pueblo boliviano, tengo dignidad, no hay ningún acuerdo con Lucho (Arce) con semejante acto de corrupción y con un Gobierno narco", declaró Morales en una entrevista en la radio Kawsachun Coca, desmintiendo los rumores de una alianza con Arce para influir en el Ejecutivo. Además, fue enfático al afirmar: "Nunca va a haber un acuerdo con Lucho", añadiendo que considera que el presidente Arce es "una suma que resta" en términos electorales debido al bajo apoyo que reflejan algunas encuestas.
Esta guerra interna entre Morales y Arce, ambos pertenecientes al Movimiento al Socialismo (MAS), se intensificó desde finales de 2021 y gira en torno al control tanto del partido como del Ejecutivo. Morales acusó reiteradamente a Arce de intentar apropiarse de la sigla del MAS para debilitar al partido y conservar el poder para "proteger la corrupción familiar e institucional". Estas tensiones causaron un distanciamiento notable entre las dos figuras más prominentes del oficialismo boliviano.
Morales también se manifestó sobre el nuevo ministro de Justicia en Bolivia, César Siles, a quien describió como "igual o peor que Iván Lima", sugiriendo que las políticas del actual gobierno seguirán en la misma dirección que las criticadas anteriormente.
Las repercusiones de la decisión en Argentina
La revocación del estatus de refugiado de Morales se da en un contexto de cambios en la política exterior argentina tras la asunción de Javier Milei como presidente. La administración de Milei adoptó una postura más crítica hacia los líderes de izquierda en la región, y la figura de Morales, con su historial de acusaciones por fraude electoral y sedición en Bolivia, encaja en ese perfil de líderes que, según el nuevo gobierno, no deben recibir protección en Argentina.
Cúneo Libarona fue particularmente incisivo en su comunicado, insistiendo en que "desde entonces, Morales ha viajado libremente a su país de origen", lo que, según él, demuestra que el expresidente boliviano no enfrenta los peligros que justificarían su refugio en Argentina. Para el ministro, la protección que se le había otorgado a Morales fue utilizada "indebidamente como herramienta política" por el gobierno de Fernández, y la actual gestión ha decidido no continuar con ese beneficio.
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La noticia generó reacciones tanto en Bolivia como en Argentina, donde algunos sectores apoyan la decisión de revocar el estatus de refugiado a Morales, mientras que otros la critican como una medida excesivamente politizada. Morales, por su parte, sigue centrado en los asuntos internos de Bolivia y evitó pronunciarse directamente sobre la decisión del gobierno argentino, aunque no dejó de criticar duramente al gobierno de Arce y de plantear su intención de seguir siendo una figura clave en la política de su país.