La ex presidenta Cristina Kirchner envió este miércoles un mensaje grabado desde su domicilio en el barrio de Constitución, donde cumple prisión domiciliaria tras la confirmación de su condena a seis años de prisión por el caso Vialidad. Dirigiéndose a la militancia concentrada en Plaza de Mayo, la ex mandataria arengó: "Vamos a volver" y lanzó duras críticas contra la gestión económica del presidente Javier Milei.
"Estoy aquí en San José, firme y tranquila. Eso sí, con prohibición de salir al balcón. Qué cachivaches que son", comenzó Kirchner en su mensaje, que se difundió a través de los parlantes instalados en la plaza. La expresidenta agradeció "las muestras de cariño" de los presentes y destacó: "Los he escuchado cantar consignas, la marcha. Pero quiero contarles que lo que más me gustó es escucharlos cantar otra vez 'vamos a volver'".
Cristina Kirchner explicó que ese cántico no se escuchaba "desde hace mucho tiempo" y lo interpretó como "una voluntad de tener un país con argentinos que comen cuatro veces al día, que tengan computadores, puedan ir a la escuela, puedan comprar un auto con el esfuerzo de su trabajo. Un país en donde los jubilados tengan remedios".
Críticas al modelo económico
Kirchner centró sus críticas en el modelo económico implementado por la actual administración y lo comparó con experiencias anteriores. "Este modelo que encarna Milei, se cae. Se cae no solo porque es injusto e inequitativo, sino porque es insostenible en términos económicos. Ya lo vimos con Martínez de Hoz en el 76 y Cavallo en los 90", advirtió.
La ex presidenta cuestionó la viabilidad del sistema actual: "¿Cómo se sostiene un modelo donde la gente tiene que tarjetear la comida y no puede pagar la tarjeta, donde es mejor comprar ropa afuera ya que es más barata que en el país?". En este marco, dirigió especiales críticas al ministro de Economía Luis Caputo, a quien calificó como "el impresentable de Caputo" y acusó de "alquilar dólares para simular que tiene reservas".
"¿Alguien puede pensar que esto es sostenible? Más chanta no se consigue. El verdadero poder económico sabe que esto se cae. Por eso estoy presa", sentenció Kirchner, estableciendo una conexión directa entre su situación judicial y la coyuntura política.
La exmandataria también aseguró que "pueden encerrarme a mí, pero no a todo el pueblo argentino. Están asustados" y advirtió: "Es necesario organizarse para clarificar cuál es el verdadero problema que tiene nuestro país".
Mensaje de resistencia y proyección política
Tras el mensaje grabado, Kirchner estableció una comunicación en vivo desde su domicilio para reforzar sus agradecimientos. "Tenemos que darnos maña para poder comunicarnos. Dependemos de la tecnología ahora", expresó, en referencia a las restricciones de su prisión domiciliaria.
La expresidenta comparó la movilización con la del 9 de diciembre de 2015 y destacó la unidad de los presentes: "Están todos juntos. Quiero agradecerles tanto cariño y afecto, que junten codo con codo y brazo con brazo. Tenemos razón. La razón nuestra es la razón de los pueblos, que se niegan a ser arrasados".
En su mensaje de cierre, Kirchner reforzó su postura de resistencia: "No sé qué me depara el futuro inmediato, pero sí sé algo: ya he pasado casi todo en esta vida. He soportado este proceso judicial infame que se arrastra desde hace años y que llegó a su fin con la misma corrupción con la que empezó".
La ex mandataria concluyó con una arenga dirigida tanto a sus seguidores como al conjunto de la ciudadanía: "Queridos argentinos y argentinas, vamos a volver. Y desde la trinchera que sea voy a seguir haciendo todo lo que esté a mi alcance para estar junto a ustedes. Tenemos algo que ellos jamás van a tener. Tenemos pueblo, tenemos memoria, tenemos historia y tenemos patria. Vamos a volver, una y mil veces".
La movilización se planeó inicialmente hacia los tribunales de Comodoro Py, pero con la notificación de la prisión domiciliaria los militantes pasaron el acto a la Plaza de Mayo. El Gobierno desplegó controles especiales en los accesos a la ciudad y la Policía de la Ciudad estableció un tercer anillo de seguridad en los alrededores de la plaza.