La Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) puso en marcha una ronda de charlas con los principales dirigentes de la política argentina. El objetivo parece ser sencillo: mostrar lo que no se ve.
El deterioro del tejido social es tan vertiginoso como el ajuste que lleva adelante el Gobierno de Javier Milei. Fijar los ojos en la macro, no sólo parece dejar fuera del foco a la micro, sino que hace invisible la realidad de los sectores más postergados. Hay una realidad más allá de las planillas de cálculos. Los barrios arden a fuego lento. Desde lejos no se ve.
La ronda de conversaciones del Unión de Trabajadores de la Economía Popular tuvo como protagonista a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Si bien la dirigente se mantiene al tanto de lo que sucede en el territorio por las conversaciones que mantiene con intendentes y referentes de otras organizaciones, también le prestó especial atención a los relatos de casos puntuales que utilizaron sus interlocutores para graficar el aumento de la violencia cotidiana en los barrios populares de todo el país.
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Narco pobreza y desocupación
El avance del narco en el territorio crece a la misma velocidad que el número de pobreza y de desocupados. El vértigo que asume el fenómeno puede volverlo irreversible. El retiro del Estado y las organizaciones comunales dejan a los barrios expuestos a la lógica de un mercado que tiene como principal creador de empleo a las organizaciones narcos.
Las historias que dan cuenta del deterioro social se multiplican. Los suicidios aumentan, las muertes por electrocución también. La supervivencia se vuelve dura. Algunos son empujados a terminar con sus vidas, otros en busca del mínimo confort, como poder prender una estufa eléctrica en las noches de frío, mueren electrocutados al intentar “colgarse de la luz”. Argentina 2024, y el reflejo de una crisis interminable.
La UTEP cuenta con informes detallados. Los dará a conocer dentro de un tiempo, cuando terminen de consensuar una serie de proyectos de ley para atacar de lleno la emergencia en los barrios. Antes de presentarlos en sociedad intentarán conseguir el respaldo político para dar la batalla en el parlamento.
En ese marco, las organizaciones sociales cuentan con dos antecedentes: el Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP) y la ley de salario social complementario. Ambas leyes hoy son cascaras vacías. El RENBAP fue desfinanciado por le Gobierno de Milei y el salario social complementario carece de una actualización serie desde el 10 de diciembre de 2023.
Ordenar la informalidad
Ordenar la economía informal, que es el 60% de la economía argentina, es parte del asunto. Lograr que la dirigencia política de una discusión sobre los nuevo modelos de empleo, también es parte del asunto. Sin embargo, para la UTEP lo urgente tiene que ver con lo alimentario. “Con la AUH y con la tarjeta alimentar hoy no alcanza”, sostienen.
La realidad de los barrios se cuenta en primera persona. Historias mínimas que construyen un paisaje. Cada provincia tiene una realidad diferente, aseguran desde los movimientos sociales, pero también un hilo conductor: el cambio de época que se refleja en arriesgarse cada vez más por la sola necesidad de sobrevivir.
Hombres con un trabajo estable y mal pago que renuncian para sumarse a las bandas narcos y mujeres que dejan sus trabajos en la informalidad para convertirse en mulas y entrar droga a los penales. La prostitución que se vuelve cada vez más opción y la vida que cada vez vale menos.
El crecimiento de la pobreza se nota en los barrios y también en la estadística. Se nota en la calle y en el consumo. Se nota en el trasporte público y los UBER.
Ocho meses le bastaron a Javier Milei para transformar la realidad. Ante el hecho consumado los movimientos sociales salen a buscar herramientas para que la pobreza coyuntural no se transforme en estructural. El tiempo es un enemigo. La fragmentación política, también.
Por hora, tan sólo Cristina Fernández escuchó lo que tienen para decir los dirigentes que viven la política desde el subsuelo de la patria. La UTEP extendió la invitación a todos los sectores de la política. Aseguran que el riesgo de que el daño sea irreversible es grande.