Como sucede desde hace casi una década los movimientos sociales protagonizarán una movilización masiva el 7 de agosto, día de San Cayetano. La actividad comenzará temprano en Liniers y culminará al mediodía con un acto en Plaza de Mayo.
La CGT se sumará al último de la movilización. Se acoplarán al acto central. La columna de la central obrera se concentrará a las 12 en Diagonal Norte y Perú. De la partida también serán las dos CTA y los organismos de Derechos Humanos.
La organización que encabeza el funcionario bonaerense Andrés “el Cuervo” Larroque, La Patria es el otro, también estará en la Plaza de Mayo. Habrá más organizaciones peronistas y se acercarán algunos militantes que representarán a buena parte de los intendentes del Conurbano.
El Polo Obrero, por su parte, anunció que se sumará a la marcha. Sin embargo, los encargados de la organización confirman que no forman parte de la organización y que no participaron de las reuniones previas.
Nada sorprende. Ni la fecha, ni los motivos, ni los participantes. Pero si tendrá condimentos particulares. Será la primera gran marcha de los movimientos sociales desde la asunción de Javier Milei. También será el primer día de San Cayetano en más de una década en el que la pérdida o la falta de empleo pasó a ser una de las principales preocupaciones de los argentinos. Así lo dicen los sondeos de las principales consultoras.
San Cayetano más allá de las crisis
Dentro de la coyuntura particular en la que se dará la marcha, marcada por una crisis económica que parece no tener fin, hay dos ingredientes extras: las causas judiciales contra los dirigentes de los movimientos sociales por “administración infiel de los fondos del Estado” y la causa por la que debe rendir cuentas el Gobierno en torno al abandono de la entrega de los alimentos para los comedores.
El contexto judicial tiene como puntos más altos tanto el procesamiento de Eduardo Beliboni, dirigente del Polo Obrero, como el pedido de declaración indagatoria de Emilio Pérsico, referente del Movimiento Evita y ex funcionario de Desarrollo Social durante la gestión de Alberto Fernández.
Por otro lado, desde el ministerio de Desarrollo Social siguen la batalla judicial para no entregar los alimentos a los comedores.
La movilización, de San Cayetano a Plaza de Mayo
Desde los movimientos sociales y desde la Iglesia sostiene que la postal que devolverá el amanecer en la Iglesia de San Cayetano será imponente. Esperan que miles de personas se acerque a pedir trabajo. En ese contexto, la marcha será bendecida antes de arrancar, a las 8.30 de la mañana.
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Más allá de la fe y las creencias está la política y los movimientos sociales. Los puntos de encuentro son múltiples, públicos y notorios. Sin embargo, los cada 7 de agosto se hacen visibles.
En medio de la marea de gente que se congregará en las inmediaciones de la estación de Liniers del tren Sarmiento en busca de un lugar en la fila que los deposite dentro de la Iglesia para pedir trabajo, los movimientos sociales más cercanos al peronismo volverán a demostrar su poder de movilización.
La idea extendida dentro de los movimientos sociales es “movilizar fuerte”. En esa línea se manejan los dirigentes de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), el Movimiento Evita, La Corriente Clasista y Combativa y Barrios de Píe.
Serán los protagonistas de la marcha. Las centrales sindicales y el resto de las organizaciones solo acompañarán. En ese marco, la CGT cumplirá con estar, pero no pondrá el aparato a disposición. Así lo dejó claro el co secretario de la central obrera, Héctor Daer, que en su última aparición pública vaticinó una movilización no tan grande "para evitar caer en provocaciones". Sin embargo, algunos sindicatos como Camioneros, UOM y SMATA llegarán a la plaza con columnas muy robustas.
Para los organizadores de la marcha, garantizar la masividad también es garantizar un freno a la posibilidad de una represión salvaje. En ese marco, la contundencia de la marcha y la presencia de la CGT auguran un 7 de agosto en calma, como sucedió desde 2015 hasta el año pasado.
