Argentina enfrenta un brote de sarampión que preocupa a las autoridades sanitarias y a la población con niños pequeños. Según el Boletín Epidemiológico Nacional (BEN) de la semana epidemiológica 20, se confirmaron 31 casos distribuidos principalmente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y la Provincia de Buenos Aires (PBA), con un caso aislado en San Luis.
El sarampión es una enfermedad viral aguda, altamente contagiosa, que puede generar complicaciones graves en personas no vacunadas. Este rebrote evidencia un problema estructural en la cobertura de vacunación y en la implementación de campañas efectivas.
¿Cuántos casos hay y dónde se concentran?
Hasta la fecha, los datos oficiales indican:
La mayoría de los contagios se dieron entre convivientes o contactos laborales, aunque se registran casos de transmisión comunitaria sin vínculo claro con otros pacientes. Además, se reportaron cuatro casos importados, dos en febrero y dos en mayo, aún en estudio para determinar su genotipo viral.
Por qué el sarampión volvió a circular: la clave está en la vacunación
El infectólogo pediatra Eduardo López explicó con claridad la causa principal del brote: "El sarampión es una enfermedad de muy alta contagiosidad. Un individuo con sarampión puede contagiar hasta 15 personas susceptibles. En Argentina, entre 2022 y 2023, se dejaron de vacunar a prácticamente 400.000 de 490.000 chicos nacidos".
La clave para protegerse contra el sarampión es la aplicación de dos dosis de la vacuna triple viral: una al año y otra al ingreso escolar. Sin embargo, la cobertura es insuficiente: 78,5% para la primera dosis y apenas 46,2% para la segunda. Esta baja inmunidad colectiva favorece la circulación del virus y la aparición de brotes.
Las serias consecuencias que puede tener el sarampión
El sarampión es una enfermedad viral aguda que afecta principalmente a niños, aunque puede infectar a personas de todas las edades no vacunadas. Su alta contagiosidad lo convierte en un riesgo serio para la salud pública. Las complicaciones más frecuentes y graves incluyen:
- Neumonía: La causa principal de muerte relacionada con el sarampión, especialmente en niños pequeños y personas con sistemas inmunitarios debilitados.
- Encefalitis: Inflamación cerebral que puede provocar convulsiones, daño cerebral permanente, discapacidad intelectual o la muerte.
- Diarrea severa y deshidratación: Que pueden llevar a complicaciones adicionales.
- Otitis media: Infección del oído que puede derivar en pérdida auditiva.
- Complicaciones durante el embarazo: Riesgo de parto prematuro, aborto espontáneo o muerte neonatal.
- Síndrome de panencefalitis esclerosante subaguda (SSPE): Una enfermedad neurológica rara pero fatal que puede aparecer años después de la infección.
- La vacunación oportuna es la única forma efectiva de prevenir estas complicaciones y evitar la propagación del virus.
La campaña de vacunación: avances y obstáculos
El Ministerio de Salud distribuyó casi 695.000 dosis de vacunas dobles y triples, pero apenas el 16,3% se aplicaron hasta ahora. López aclaró: "Entregar vacunas es el primer paso, el paso final es que las dosis estén aplicadas en el brazo de los chicos".
Entre las barreras para mejorar la cobertura, mencionó horarios de vacunatorios poco accesibles y la falta de atención en fines de semana y feriados, lo que dificulta la vacunación para familias que trabajan durante el día.
Para López, la solución pasa por estrategias proactivas: "Hay que ir a buscar a los pacientes, vacunar en escuelas, jardines maternales, plazas o clubes de barrio, especialmente en municipios con recursos limitados". También destacó la necesidad de que las provincias apoyen a los municipios en esta tarea.
Recomendaciones oficiales para la vacunación
El Ministerio de Salud estableció un esquema específico para proteger a la población más vulnerable:
- 6 a 11 meses: una dosis de vacuna doble viral (dosis cero).
- 12 meses: primera dosis de vacuna triple viral.
- 13 meses a 4 años: dosis adicional de vacuna doble viral.
- 5 años: segunda dosis de vacuna triple viral.
- Mayores de 5 años: se requiere contar con al menos dos dosis para una protección adecuada.
Además, se recomienda la vacunación del personal de salud para evitar que transmitan el virus en ambientes hospitalarios.
La importancia de la vigilancia epidemiológica y la comunicación constante
La vigilancia epidemiológica está fortalecida para detectar casos y cortar las cadenas de transmisión, pero la comunicación debe mantenerse sostenida y clara. López afirmó: "No alcanza con campañas aisladas de uno o dos días. Hay que insistir en la vacunación para reforzar las coberturas y controlar el brote". La alta contagiosidad del sarampión y la posibilidad de transmisión por personas asintomáticas en lugares concurridos hacen urgente una respuesta firme y constante.
El último brote de sarampión en Argentina
El brote más reciente de sarampión en Argentina ocurrió entre agosto de 2019 y marzo de 2020. Se registraron 174 casos confirmados, incluyendo una defunción. La mayoría de los casos fueron de origen desconocido. El último caso confirmado presentó el exantema (es decir, la erupción en la piel) el 19 de marzo de 2020, y a partir de esa fecha no se registraron nuevos casos durante más de 12 semanas, permitiendo así dar por finalizado el brote y mantener el estatus de país libre de sarampión.
Un llamado a la acción para evitar futuros brotes
El brote actual de sarampión en Argentina refleja una crisis en la cobertura de vacunación que debe ser abordada con medidas urgentes y sostenidas. Las autoridades y los sistemas de salud deben garantizar el acceso y la facilidad para que toda la población reciba las dosis necesarias. Las campañas activas en escuelas, horarios ampliados y apoyo a municipios con recursos limitados son pasos esenciales para evitar que la enfermedad se replique.
Como advierte López, "si no logramos controlar el brote y aumentar la cobertura, los casos seguirán apareciendo y podrían surgir brotes en lugares no previstos".