Un Tribunal rechazó este lunes la oferta de un productor rural chubutense acusado de haber afectado una colonia de pingüinos de Magallanes. El hombre pretendía entregar 300 hectáreas de tierras para ampliar la reserva de Punta Tombo a cambio de ser absuelto.
Ricardo La Regina fue llevado a juicio por haber afectado una colonia de pingüinos en la que fueron perjudicados 175 nidos en los que había 300 ejemplares compuestos por crías y huevos en el 2021.
El Tribunal integrado por los jueces María Martini, Eve Ponce y Carlos Richieri rechazó el pedido realizado por el productor en el marco de la causa que se inició en la sala del Superior Tribunal de Justicia de la provincia de Chubut, caratulada como "daños agravados en concurso real en tres hechos, malos tratos y acto de crueldad a los animales".
Es que la defensa a cargo de Federico Ruffa, había solicitado la suspensión del juicio a prueba por pedido del propio La Regina a raíz que según se indicó "pidió establecer un equilibrio de convivencia como estableció su familia hace un centenar de años entre su actividad y los pingüinos".
Según se indicó para evitar el debate se había ofrecido poner a "disposición del Estado unas 300 hectáreas linderas a Punta Tombo, para su ampliación y también generar un área de protección en la zona de Punta Clara, que abarcarían 5 kilómetros de costas adicionales a la reserva de Tombo.
Según la acusación de la fiscal Florencia Gómez los hechos ocurrieron entre el 10 de agosto y 4 de diciembre del 2021 "cuando sin autorización administrativa previa sobre impacto ambiental y mediante la autorización de una maquina retroexcavadora La Regina produjo actos de crueldad animal y daños reversibles sobre la fauna y flora autóctona del lugar".
El primer testimonio del debate estuvo a cargo de Luis Alberto La Regina, tío del productor con el cual no tiene vínculos y en el que expresó que "he trabajado toda la vida en ese lugar, siempre se trabajó en conjunto con el Estado y se trató de preservar el pingüino".
"Quiero decir que Tombo hoy es una marca registrada a nivel mundial. He estado toda la vida ahí. No sé si se cometió un error o fue una salvajada. El daño que se hizo fue inútil, innecesario", afirmó.
"El pingüino no tiene dueño, está afectando a mucha gente", dijo al indicar que además del pingüino en el lugar "hay zorros, peludos, liebres, guanacos, martinetas, por todo el campo".
El hombre dijo también que en el establecimiento "siempre se usó ovejas, no es campo para vacas, no sirve me parece, pero va a criterio para cada uno".
Sobre cómo se enteró de los hechos dijo que "el 20, 21 o 22 de noviembre (2021) recorriendo el campo vi el alambre y desmonte, un desastre había sido, al ver eso me impactó muchísimo".
El testigo dijo que se contactó con el biólogo e investigador Juan Pablo García Borboroglu quien visitó el lugar, llevó a cabo un informe el cual luego fue tomado por el área de Turismo para radicar una denuncia ante la Justicia.
"A mi lo que me interesa de todo esto que no ocurran más las cosas, que hayan sanciones para este tipo de cosas, hoy se puede hacer cualquier cosa en la costa con la fauna, conozco todos los lugares", afirmó el testigo de 69 años.
Sobre las tareas de mantenimiento en el campo y sobre los alambres dijo que "se arregla, se repara con barreta y pala, eso es lo que se usa" y que "nunca se había usado maquinaria pesada en la colonia" de pingüinos.
La reserva de Punta Tombo es el principal apostadero de pingüinos de Magallanes, que llega a tener en el esplendor de la temporada cerca de un millón de ejemplares.
Punta Tombo cuenta con un Centro de Interpretación que invita a formar parte de un recorrido desde el fondo del mar hasta la superficie y su convivencia con la fauna actual.
Los ejemplares comienzan a llegar "por mangas" para dar inicio en breve a la etapa de apareamiento, incubación y adiestramiento de las nuevas generaciones.
Los pingüinos "Spheniscus magellanicus", tal su nombre científico, son muy amigables y permiten que se les tomen fotografías, filmen o contemplen desde muy cerca.
El lugar cuenta con un sendero de unos 3 kilómetros con miradores que permiten sacar fotografías, disfrutar del entorno y observar de la naturaleza plena sobre la costa.
También se pueden encontrar además de las gaviotas y cormonares, entre otras aves, a los guanacos, maras, zorros y hasta peludos, entre otros animales del lugar.