El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, anunció un cambio profundo en la currícula de las escuelas primarias porteñas, como parte del Plan Estratégico Buenos Aires Aprende. Durante una presentación en la Escuela Nº 24 de Villa Urquiza, Macri subrayó la necesidad urgente de una transformación educativa, enfatizando que "hoy los chicos no aprenden en la escuela", lo que ha impulsado una reestructuración del sistema de enseñanza con foco en la comprensión de textos y la resolución de problemas matemáticos vinculados a la vida cotidiana.
"Decidimos cambiar porque lo que se hizo hasta acá fracasó. Vamos a corregir el error para nivelar hacia arriba", afirmó Macri. La nueva metodología tiene como objetivo central el paso de la enseñanza al aprendizaje, asegurando que los estudiantes no solo reciban contenidos, sino que sean capaces de aplicarlos en situaciones prácticas.
El problema de fondo, según explicó el jefe de Gobierno, comienza desde la primaria: “Cuatro de cada 10 chicos de primer grado no reconoce las letras, y seis de cada 10 de séptimo grado no puede resolver problemas matemáticos sencillos”. Estos datos alarmantes son los que motivaron el rediseño de la currícula, que no se modifica desde 2004.
El rediseño curricular, que se implementará a partir de 2025, se inspira en modelos educativos de países desarrollados y tiene como objetivo que los alumnos adquieran competencias clave como leer en forma fluida, comprender lo que leen, y expresar sus ideas de manera clara y precisa, tanto en forma escrita como oral. Además, se buscará que los estudiantes puedan resolver problemas de la vida cotidiana utilizando sus conocimientos matemáticos y trabajar de manera autónoma y colaborativa.
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El nuevo diseño curricular se centrará en fortalecer habilidades clave en lengua y matemática.
El alcance del plan es amplio: involucra a 271.300 alumnos de nivel primario, 28.000 docentes y 889 escuelas, tanto públicas como privadas. Lengua y Matemática serán las áreas centrales, pero también se fortalecerán asignaturas como Arte y Ciencias, con la inclusión de contenidos innovadores, como la Inteligencia Artificial y una mayor integración de la educación digital a través del Plan Sarmiento.
El nuevo modelo educativo se dividirá en dos ciclos. En el primer ciclo (1°, 2° y 3° grado), el foco estará en la alfabetización inicial, enseñando a los niños a reconocer sonidos y letras desde una edad temprana para que puedan leer y escribir con fluidez al finalizar el primer grado. En el segundo ciclo (4°, 5°, 6° y 7° grado), se trabajará en la comprensión de textos complejos y la producción escrita, así como en el desarrollo de la oralidad para que los alumnos puedan expresarse con claridad.
En Matemática, se propondrá una enseñanza vinculada a situaciones reales e interdisciplinarias. Los alumnos aprenderán, por ejemplo, a calcular promedios, pero también a identificar cuándo es necesario aplicar estos conocimientos en contextos como el análisis del rendimiento de un equipo de fútbol, utilizando variables como partidos ganados, goles, y desempeño de rivales.
El plan también incluye una intensificación de Ciencias Naturales, con un enfoque en la comunicación científica y la incorporación de temas como la alimentación saludable, el cuidado ambiental y la prevención de consumos problemáticos. Además, la educación financiera será un pilar fundamental para preparar a los alumnos en la toma de decisiones responsables, mientras que la educación digital permitirá que los estudiantes sean tanto usuarios como creadores de tecnología, habilidades clave para enfrentar los desafíos del siglo XXI.
Capacitación docente y seguimiento del aprendizaje
Los docentes ya están siendo capacitados en este nuevo diseño curricular, que incluirá un manual de 70 páginas con láminas y objetivos específicos para Lengua y Matemática, así como una plataforma en línea con recursos didácticos. Además, se introducirán indicadores y metas de aprendizaje claras para garantizar que los estudiantes alcancen los logros esperados.
El cambio en la currícula no solo busca mejorar el rendimiento académico en áreas tradicionales, sino también incorporar una serie de temáticas transversales, como la educación sexual integral, la educación ambiental, y la programación y robótica, lo que posiciona a la Ciudad de Buenos Aires como pionera en la modernización de la enseñanza primaria.