Un jurado popular en La Plata condenó al urólogo Pablo Francisco Colaci por abusar sexualmente de 14 pacientes. Las víctimas relataron que Colaci las hacía desnudarse en su consultorio y se aprovechaba de su situación vulnerable para abusarlas.
Pese a tener un veredicto, este viernes a las 13 hs la jueza Silvia Hoerr del Tribunal Oral Criminal N° 2 de La Plata fijará la cantidad de tiempo que el médico tendrá que pasar en la prisión, que podría ser de hasta 50 años de prisión.
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En julio, la jueza condenó a Colaci, después de dos semanas de escuchar pruebas y testimonios importantes. La investigación comenzó en 2015, 18 personas habían denunciado pero uno de ellos fue quitado del caso durante el juicio, y otros dos no fueron considerados porque no había pruebas suficientes. Así que, durante el juicio, el cual llevó casi 10 años en realizarse, se probó 14 denuncias.
La jueza Hoerr presidió el juicio, donde escuchó los testimonios de las personas que habían sufrido bajo Pablo Colaci y vio los análisis periciales que mostraban patrones de comportamiento abusivo de parte del urólogo. Aunque su defensa negó las acusaciones y dijo que sus métodos "eran malinterpretados", el jurado decidió que era culpable.
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La fiscal Helena De La Cruz, a cargo de la acusación en el juicio, expresó que los crímenes eran muy graves y que era importante que se condenara a la persona para hacer justicia por las víctimas. Hoy se sabrá si la sentencia será lo más severa posible según la ley.
Durante el juicio, dos incidentes llamativos ocurrieron. El defensor Villada fue baleado en un ataque extraño, y la fiscal sufrió un grave ataque a su hogar en City Bell, donde su vivienda fue completamente incendiada.
La investigación comenzó en 2015, cuando Pablo Francisco Colaci empezó a trabajar en un consultorio privado en una clínica de Ensenada. La primera persona que lo denunció fue un hombre de 51 años al que le practicó una penescopía, y que desconocía completamente cómo se realizaba un estudio de ese tipo.
En el consultorio, Colaci cerró la puerta y le dijo al paciente que necesitaba examinar su semen para ver si tenía alguna enfermedad sexual. Pero en lugar de eso, según lo que dijo el paciente, el médico lo masturbó mientras le anestesiaba la zona pélvica y le tapaba la visión con su espalda. El hombre se sintió muy asustado y denunció el abuso una semana después.
Después de la primera denuncia, más de 17 personas se acercaron a denunciar que el urólogo las había abusado de manera similar. Todos ellos dijeron que Colaci les pedía que se desnudaran y se acostaran en la camilla.
Mientras ellos estaban de espaldas, les practicaba maniobras de masturbación, diciendo que era parte de un examen médico. Algunos de los que denunciaron dijeron que él los obligó a eyacular, les practicó sexo oral o incluso los llevó al baño del consultorio para abusar sexualmente de ellos.
La forma en que Colaci trabajaba fue descrita como “sistemático y engañoso”. Él engañaba a los pacientes, les mentía y les decía que era parte de un estudio. Utilizaba un microscopio para mirarles las secreciones y les decía que “era parte de una investigación”. Muchos pacientes no sabían cómo debería ser un examen urológico y confiaban en él, creyendo que lo que hacía era necesario.
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Las audiencias estuvieron marcadas por los relatos de las victimas, los testimonios de varios médicos del Hospital Evita Pueblo (donde Colaci ejercía su profesión), los analisis de los peritos oficiales en psicología, las declaraciones de tres especialistas del hospital San Martín (quienes aportaron su análisis y evaluaciones sobre el comportamiento del médico), etc.
Cuando se discutió sobre la salud mental de Colaci, los abogados que lo defendían, Mendy y Villada, dijeron que los informes psicológicos no mostraban signos de parafilia ni desviaciones sexuales con el objetivo de demostrar que el médico no tenía intenciones sexuales al tratar a sus pacientes.